No hay desacuerdo acerca de la fecha. El 4 de noviembre de 2008, el primer martes después del primer lunes, marcará un antes y un después. El desacuerdo es acerca de su rango, en relación con fechas relativamente recientes que hemos señalado como históricas en nuestra memoria: el 11 de septiembre de 2001, cuando Estados Unidos se sintió vulnerable y su presidente decidió convertirse en un jefe de guerra; el 9 de noviembre de 1989, cuando el muro de Berlín dejó de separar las dos Alemanias y empezó el fin del sistema comunista. Más inalcanzable es conocer la etapa que se abre con el mojón calendario, por más que creamos contar con datos acerca de los nuevos aires que soplan.
Respecto al pasado, el debate entre historiadores y cronistas está ya servido: para unos es meramente el final de la presidencia de Bush, para otros el de una larga era conservadora que se identifica con la llegada de Reagan a la presidencia en 1980, y hay incluso quien piensa que hay que retrotraerse unos años antes, a la presidencia de Richard Nixon (1969-1974). Dos importantes trabajos historiográficos acompañan esta polémica, de forma que en sus propios títulos queda reflejada la tesis que defienden: 'La Época de Reagan. Una historia, 1974-2008', de Sean Wilentz (Harper Collins); y 'Nixonlandia. El ascenso de un presidente y la fractura de América', de Rick Perlstein (Scribner).
El propio Wilentz reconoce que hay razones para datar el principio de la era en la presidencia de Nixon, pues éste, justo al empezar su segundo mandato, tenía proyectos para ampliar sus poderes y acceder a una especie de presidencia imperial, al estilo de lo que ha hecho George W. Bush, pero el escándalo Watergate, que le estalló inmediatamente después de su victoria y llevó a su dimisión, no tan sólo le cortó las alas sino que se convirtió en la vacuna contra la acumulación de poder presidencial para muchos años. Nixon quería colocarse como presidente por encima de la Constitución, especialmente en el capítulo que le ha hecho más antipático y a la vez conocido: el del espionaje. A fin de cuentas, lo que terminó con él fue la manía de grabar sus propias conversaciones telefónicas, que fueron requeridas por la justicia.
Durante la presidencia de Nixon y de su sucesor Gerald Ford, sin embargo, no se rompió del todo el consenso liberal que permitió la aprobación y aplicación de las leyes antidiscriminatorias en los años 60, la famosa sentencia sobre el aborto y el mantenimiento del realismo kissingeriano en política internacional. Sin esta tibieza republicana no hubiera sido posible, más tarde, una presidencia tan radical como la de Ronald Reagan. Pero dos de los actores más destacados de la presidencia de Bush son los portadores del hilo rojo de las continuidades: Donald Rumsfeld, jefe del gabinete presidencial de Gerald Ford, y su número dos, Dick Cheney, que protagonizaron lo que Wilentz califica como "la mayor remodelación del gabinete de la moderna historia de América", sucedida en 1975 y conocida como la Matanza de Halloween, que se llevó por delante nada menos que a Henry Kissinger. Rumsfeld salió con el cargo de secretario de Estado de Defensa y Cheney como jefe del gabinete de la Casa Blanca.
En aquel momento ya se había puesto en marcha el entonces gobernador de California, Ronald Reagan. Con su candidatura fracasada en las primarias republicanas de 1976 sacó a colación las ideas económicas que conformarían la 'reaganomics', ahora retiradas de circulación: los recortes de impuestos a los más ricos y a las empresas harán crecer la economía y terminarán permitiendo mayor recaudación gracias a la nueva riqueza, lo que conducirá a equilibrar el déficit. Entonces todavía no 'coló'. Pero lo que estaba empezando era un intento muy serio de dar un golpe de timón a la derecha y desmontar la entera sociedad del New Deal creada por Franklin D. Roosevelt a partir de 1932.
La palanca en que se apoyaron los protagonistas de esta revolución conservadora (aunque más apropiado sería, en consonancia con la reforma de Roosevelt, calificar este movimiento como una contrarreforma) fue la crítica a la contracultura de los años 60, que significó la destrucción de los valores tradicionales respecto a la mujer, la familia, el sexo y las costumbres, y alcanzó, a veces con singular intensidad, a quienes se decían sus enemigos declarados. Los auténticos protagonistas, quizás de la era misma, son los neoconservadores, esos "liberales desengañados por la realidad" según frase atribuida al pope neocon Irving Kristol, que empiezan a adquirir densidad mediática, organizativa e ideológica en la década de los 70.
Aparentemente, las presidencias de Carter y de Clinton desentonan en la teoría de esta era conservadora de confines discutibles. Las condiciones en que se producen las victorias de ambos presidentes demócratas permiten aventurar que hoy es exactamente el día en que se puede cortar de verdad una racha electoral derechista que empezó en 1966. Carter venció por efecto del Watergate y de la desmoralización republicana pero su único mandato sirvió de lanzadera para Reagan. Clinton ganó en buena parte gracias a que Ross Perot dividió el voto de centro derecha y abrió las puertas a la mayor exhibición conservadora de la historia.
Esta época conservadora tan prolongada ha funcionado electoralmente bajo la hegemonía de una coalición entre los republicanos moderados de los negocios de la costa Este, el conservadurismo social de la derecha religiosa del cinturón bíblico y el conservadurismo militar construido durante la guerra fría. Esta coalición no hubiera sido posible sin la transferencia de voto blanco de los demócratas a los republicanos en los Estados sudistas, de una parte, como reacción a las leyes contra discriminación racial de los años 60, impulsadas sobre todo por el presidente demócrata Lyndon Johnson, y de la otra, en las zonas industriales clásicas, sin la mutación de la clase obrera blanca, como ha ocurrido también en Europa, donde la globalización suscita reacciones de ley y orden, populismo fiscal y sentimientos contra la inmigración.
Si hoy vence Obama, se podrá dar por cancelado un mapa electoral muy estable durante las tres últimas décadas, sustituido ahora por una nueva coalición mayoritaria más potente, que incorpora a las minorías negra e hispana, se basa en los empresarios, profesionales y universitarios jóvenes y tiene una fuerte impronta generacional, de unas cohortes de edad que están abandonando el republicanismo en masa.
Lo más curioso ha sido la finta que la historia le ha hecho al Partido Republicano y sobre todo a los neocon. Karl Rove, el mago electoral de Bush, quiso organizar un realineamiento electoral que diera la mayoría en todas las instituciones, incluyendo las judiciales, al republicanismo neoconservador para 40 años, los que duró el New Deal de Roosevelt. Ahora puede ser que lo que se esté produciendo sea precisamente un realineamiento de signo contrario. Este rebote de la realidad contra las intenciones de los revolucionarios de derechas -similar a lo que les sucede a los revolucionarios de izquierdas- podría ampliarse a muchos capítulos, desde la imposición del unilateralismo de Estados Unidos en la escena mundial hasta la difusión de la democracia en Oriente Próximo a partir de Irak, pasando también por la extensión de los poderes presidenciales.
Algunos neocon ya consideraban obtenidos sus objetivos hace más de una década, con la caída del comunismo y el éxito de la ideología capitalista en todo el mundo. Otro de los popes del neoconservadurismo, Norman Podhoretz, escribió en 1996 un prematuro discurso de difuntos de la ideología neocon, a la que creía muerta en razón de su éxito: "Si el anticomunismo fue la pasión fundamental de los neoconservadores en cuestiones internacionales, la oposición a la contracultura de los años 60 fue su pasión preponderante en casa". Lo que han hecho sus amigos tras la victoria republicana de 2000 es precisamente recuperar sus dos pasiones básicas, la exterior a través de la idea de una cuarta guerra contra un nuevo enemigo mundial, y la interior, mediante la recuperación de la guerra cultural ante las nuevas oleadas de permisividad que les permiten considerar viva y peligrosa la cultura de los 60.
Visto desde la periodificación, la victoria hoy de McCain, definido a sí mismo como soldado de Reagan, y de Sarah Palin, designada directamente por los neocon, desmentiría que estuviéramos ante la estación término, aunque es difícil pensar que sin mayoría en las Cámaras pudieran ir más allá de una prolongación agónica. Pero la victoria de Obama, en cambio, pondría punto final a varias series de acontecimientos en la esfera conservadora y constituiría un mentís en toda regla a las aspiraciones de un nuevo impulso neocon: creyeron ver detrás del 11-S las luces de un nuevo amanecer, con nuevas e ilusionantes oportunidades, pero eran en realidad las del crepúsculo, el suyo, claro está.
Comentarios
Un comentario muy completo y que creo que condensa lo que hemos hablado en este blog respecto al acontecimiento del año.
Enhorabuena y un saludo, Lluis
Un comentario muy acertado, y que refleja el imparable auge del pensamiento neoconservador en USA y por ende en resto del mundo occidental. Me parece muy interesante el foco puesto en la rebelión contra los valores morales "liberales" de los 60, que puede tener mucho más peso sobre las conductas y los votos que otras consideraciones electorales. Nada de esto es extraño si vemos la evolución del liderazgo internacional: la conjunción Reagan/Tatcher/Juan Pablo II, la caída del Muro...han configurado un escenario internacional en el que el pensamiento ultra neocon ha avanzado imparable, con pequeñas islas desmarcadas, pero sin peso fáctico real.
Un intento similar de anular el pensamiento no conservador se da en España desde el año 1989, en que se funda el PP y la derecha acapara cada vez más poder, hasta las elecciones de 2000 en que acumula Gobierno central - mayoría de gobiernos regionales - mayoría de ayuntamientos - mayoría en órganos judiciales.
Este realineamiento, logrado por Aznar ha resultado mucho más sólido de momento que el norteamericano, dada la endeblez de las propuestas de la oposición al PP (PSOE e izquierda en general), así como su inferior capacidad estructural. No en vano, el gobierno socialista tiene que hacer encajes de bolillos para sacar adelante la mayoría de sus propuestas.
Pero bueno, en USA está por ver si ese cambio electoral implica un cambio real y cultural o seguirá atando las manos de Obama a la biblia de los telepredicadores y al manual del broker.
más inalcanzable es conocer la etapa que se abre...
buen eso,,,, es predecible, pero no cierto, como siemrpe.
en este caso, si gana Obama, como me gustó ver como sacaba el pañuelo y se secaba las lágrimas, y siguió el discurso
me hubiese gustado que mi abuela me viese de Presidente,
ha visto lo mejor, no?
no hay falso amanecer,
va a ser un gran esfuerzo, y debe ser, eso
un gran esfuerzo
Change" !
Esta coalición no hubiera sido posible sin la transferencia de voto blanco de los demócratas a los republicanos en los Estados sudistas, de una parte, como reacción a las leyes contra discriminación racial de los años 60,
....
ok! ahora a por America-n
Faltan pocas horas para que el sueño Obama se desvanezca, sea porque pierde la elección, sea porque la gane. En el primer caso veremos la marcha triunfal de los halcones y en el segundo... la marcha triunfal de los halcones disfrazados de palomas.
La mera observación del estado del mundo, en el que la simple idea de un futuro común pacífico y cooperativo entre los miembros de la especie parece una locura, basta para comprender que las injusticias se acumulan y que nada tiene que ofrecer un sistema económico basado en el individualismo más cerril. Y Obama no cambiará las cosas porque, como ha repetido en multitud de ocasiones, él quiere un país en donde prospere el capital y el trabajo a la vez, y eso es simplemente imposible: se trata de una ecuación absurda que por supuesto no tiene solución. Recuerda a la ideología de los sindicatos verticales: capital y trabajo marchando cogiditos de la mano hacia un futuro radiante. Que una idea tan descabellada tenga eco confirma el analfabetismo económico (y general) en el que está sumida la población.
Gaspard: no pude contestar a tus jeremiadas e insultos, así que lo hago ahora. Digo jeremiadas, porque te haces la virgen ofendida a la Giscard d’Estaing. Insultos, porque dices cosas tan peregrinas como que los rojos somos amigos de los talibanes y demás locos de dios. A ti, con tus aficiones exquisitas, ¿quién te gusta? ¿Los señores de la guerra de la Alianza del Norte? ¿Mubarak, el gran demócrata? ¿Bokassa?
Te llamé manipulador cuando manipulabas la calificación de Cuba en el Corruption Perceptions Index. Un año estaba en un puesto y al año siguiente descendió, es verdad, pero en el primer estudio el número de países era inferior al del segundo, con lo cual, en realidad, la posición de Cuba no se movió ni un milímetro. Como no te creo gilipollas, sólo me quedaba llamarte manipulador. Además, en serio, ¿crees que necesito el Corruption Perceptions Index para saber que en Cuba hay corrupción? ¡No fastidies! Lo que me maravilla es que no haya más. Cuánto me gustaría hacer un experimento "sencillito": coger a los once millones de cubanos y colocarlos en Francia o en cualquier otro país industrializado, y a once millones de franceses o de "industrializados", encabezados por la clase política correspondiente, en Cuba. Evidentemente, cada colectivo debería heredar los problemas y las ventajas respectivos. A ver qué pasaba.
Te gusta manipular las cifras, siguiendo las enseñanzas de insignes manipuladores como el Instituto Fraser. Por ejemplo (abreviando), diciendo que algunos de los pobres que vivían con 1 $ al día hace veinte años, ahora viven con 2 $ y que eso supone un avance inconmensurable. Te digo otra vez, ¡no fastidies! Sin contar que siempre obvias el problema del reparto de la tarta, cada vez más desfavorable a los pobres y a los trabajadores. La cuestión fundamental no está en si ahora un pobre puede comerse una sardina al día o dos, sino en la distribución del producto social. "Asimismo, se está ampliando la brecha de ingresos –a un ritmo cada vez mayor– entre los altos ejecutivos y el empleado medio. En 2007, por ejemplo, los directores ejecutivos (CEO) de las 15 mayores empresas de Estados Unidos percibieron sueldos que eran más de 520 veces superiores al del trabajador promedio, comparado con una diferencia de 360 veces en 2003. Situaciones similares –aunque con salarios más bajos– pueden observarse en otros países como Alemania, Australia, Hong Kong (China), Países Bajos y Sudáfrica". Copiado del último informe de la OIT. ¿Si las diferencias económicas se agrandan como nunca en la historia, cuándo podrá el pobre tener tanto poder político como el rico? ¿No es esto una democracia que tiende a la perfección? Pues yo no veo la tendencia por ninguna parte.
Jamás ha habido tantas diferencias entre pobres y ricos como ahora, ni siquiera en la Edad Media. Los señores feudales eran potentes y poseían territorios enormes, pero no eran ricos, puesto que comparado a nuestros días apenas había circulación de capital. Tampoco había democracia en el sentido moderno y los burgueses, los ricos, se encargaron de traerla; eso sí, poniendo a los pobres en primera línea para que se llevaran las bofetadas. Gracias.
Es muy osado por tu parte llamarnos "progresistas de salón", por lo que ya te dije y porque tus referencias son como mariposillas atrapadas en el Hôtel Matignon. Tú crees o quieres creer que la única izquierda que existe es la "gauche caviar", y de ella, como de la derecha, lo que más te interesa es seguirles el árbol genealógico-político, incluso si la mayor parte del tiempo sólo dicen nimiedades y bobadas. Porque el capital no es gilipollas, pero sus gestores lo son cada día más, se llamen Sarkozy o Berlusconi, Bush, Durão Barroso (antiguo maoísta, ¡casi nada!) o Palin. Vencen, porque tienen el dinero y la fuerza bruta, pero no convencen. No hay nada más que ver en la que nos han metido. Después de años de prosperidad muy relativa, ¡en donde los salarios reales en los países industrializados han bajado en torno al 15%!, ahora terminan la fiesta anunciándonos, como mínimo, 20 millones de parados más por la crisis financiera. ¿Y por la crisis de la economía "real", como dicen los periodistas y otros "expertos", cuántos serán? Es muy gracioso porque, encima, era una crisis predicha que se retardó y ocultó hasta que ya no se pudo más, como ha confesado desde Dodge hasta Greenspan. Lo que pasa, sospecho, es que hay gente a la que eso le parece menos gracioso y quizá se enfadan. Y no son precisamente la gauche caviar, seguramente son un poco más brutos.
Gaspard, lamento que hayas tenido una vida familiar desgraciada, aunque casi puedo asegurarte que, a partir de los 50, a los que no les ha pasado una cosa, les ha pasado otra. Y que las penas con pan son menos penas. ¡Ah! y no me amenaces con romper nuestra relación cibernética. No podrás evitar contestarme y llevarme la contraria. C’est plus fort que toi !
eso ... sólo, chapu, sucede a los que sueñan,,, no sucede eso en America-n
ok!
que saben que votan
y los dos
McCain y Obama son patriotas. La patria por supuesto por encima de todo.
Ok!
vamos a por el cambio
America, es así... votan, urgan en las vidas privadas, quieren saber qué sucede a quién se presenta, y opor qué se la chupa la becaria en el despacho oval.. recuerda, chapu, dedicaón más millones de dolares a investigar a Levinsskiy, o sea a Bill que a ella y su vestido oval digo azul, pero sobre todo y lo curioso, es que le dedicaron más dinero a esa investigación que al 11-S.
ok!
America
Anita: ¡Ojalá gane Obama! ¡Las cosas estarán todavía más claras! ¡Vamos a por el "cambio" (de marcha)!
No hay mejor forma de arruinar la sensación al amanecer de un buen sueño que chafarlo antes de acostarse. El de Obama no es el discurso de sindicato vertical (corporativista fascista y planificador comunista), sino el del modelo pólder holandés de Wim Kok -laboristas y liberales en coalición morada- y el neolaborista de Hawke y Keating en Australia, creadores del blairismo antes que Blair. Es moderno, progresista, centrista y tolerante, permite la fusión de las dos grandes ramas del liberalismo (Croce): socialdemocracia radical y social-liberal, una, y liberal-democracia reformista, la otra. El Partido Demócrata es la fusión de ambas corrientes y Obama, con todas sus virtudes y sombras, aciertos y contradicciones, es su mejor personificación.
Chapuza, no he dicho que los rojos seáis tal o cual cosa, sino que achacáis a una conspiración del Imperio la noción de amenaza del islamismo extremista, como la derecha hace con “la terrible alianza conspiratoria de musulmanes, que quieren violar a nuestras mujeres y reconquistar el Andalús”, o azuza el odio al moro: Villiers con su versión del Protocolo de los Sabios, ‘Les Mosquées de Roissy’. (Por cierto, Ferrán tenía razón: Villiers no era gaullista, sino de la UDF, donde cabía todo el mundo que no era gaullista, socialista, comunista o fascista, desde Boutin a Santini). Igual de maniqueos que los que hablan del árabe socialista de Obama. No es mala fe, estáis equivocados; pero tienes la cara de hablarme de dictadores, a los que estoy en condiciones de condenar y mando inútiles cartas y e-mails de AI, mientras tú loas al asesino Fidel, ni mejor ni peor que el asesino Batista, sin que pueda entenderlo. La ventaja de las democracias es que se acaba sabiendo todo, mientras que en las dictaduras, lo mucho que no se sabe es utilizado en los juegos de poder internos del régimen, con Franco y en Cuba.
La clave está en que ayer era el 80% el que vivía en la pobreza; hoy, el 20%. Ignoráis al elefante de la habitación, que no es el Partido Republicano: 70 millones de clase media de más cada año; imposible sepultarlos acusándolos de lumpen. Los salarios escandalizan, pero en la NBA, la NFL y la MLB ganan más que los de Wall Street. Ovejas enojadas.
Me dan igual Bush, Harper o Berlusconi. Me inclino por los demócratas, Dion y Martin -que lamenta el resurgir del déficit que él enterró- y Veltroni, hace 10 años por D’Alema. Incluso el proteccionista e intervencionista en el extranjero Sarko, por el que nunca tendré el aprecio que siento hacia Rocard o Daniel. Ya me gustaría ver y votar a un Blair francés.
Europa no es ejemplo de política económica ni, en consecuencia, evolución de las disparidades. Fueron centro-izquierdistas como Clinton y Hawke-Keating los que salvaron a sus países de la ruina económica y les proporcionaron aumentos de los ingresos medios anuales reales sin parangón desde los 50 para los tres quintiles de rentas inferiores. Vuelven esos tiempos; si te molesta, c’est votre problème! Al igual que Robert Duvall -votante de McCain-, te gusta oler al napalm todas las mañanas. A mí, no. Tampoco hacer del bueno de Sean Penn, apoyando con su presencia física la Ley de Tierras de Chávez, para luego regresar en jet privado a su macro-rancho. En medio estoy, así lo quise, elegí, en tu vocabulario dialéctico.
Gaspard: Es que no podemos entendernos, c’est la vie !
Por ejemplo, tú no comprendes mi admiración por Fidel, que igualas a Batista. Que Santa Lucía te conserve la vista. Bueno, yo no comprendo tu admiración por mucha gente, empezando por Barre. Ya sabes, el que comentó en TF1 lo de la bomba contra la sinagoga de la calle Copernic, en París: "Este atentado odioso que quería golpear a los judíos de la sinagoga y que ha golpeado a franceses inocentes que pasaban por la calle Copernic...". Y que volvió a comentarlo veintitantos años más tarde: "Los que circulaban por la calle eran franceses y fueron ellos los que resultaron muertos porque se quería hacer saltar una sinagoga. O sea, los que querían atacar a los judíos, hubieran podido hacer saltar la sinagoga y los judíos, pero nada de eso, hacen un atentado indiscriminado y tenemos tres franceses muertos, no judíos, esa es la realidad, no judíos". O el del "suicidio" de Robert Boulin, su ministro de Trabajo, cuando el señor Barre supo del "suicidio" cinco horas antes de que la Gendarmería encontrara el cadáver. Es que Barre era clarividente, como tú dirías.
Y como tampoco entiendo eso que dices de que ayer el 80% de la humanidad vivía en la pobreza y hoy sólo es el 20%, voy a romper en mil pedazos mis títulos de economista. Me retiraré del mundanal ruido y a partir de ahora seré Simón del desierto.
Nada, nada, lo he pensado mejor... ¡seguiré incordiando!
chicago!
uah!
6 y 15 ok!
Nader, lo siento, cero
uah!
"Creyeron ver detrás del 11-S las luces de un nuevo amanecer, con nuevas e ilusionantes oportunidades, pero eran en realidad las del crepúsculo, el suyo, claro está". Totalmente de acuerdo con la frase, pero referida al crepúsculo del sistema. El circo de las elecciones estadounidenses sólo sirve para dar de comer a unos cuantos y para que otros muchos sigan alienados de la realidad que les rodea. Pero le importa un bledo a la gran mayoría de la humanidad, que tiene demasiada hambre para poder entretenerla con este embarazoso minstrel show global.
Amigos Gaspard y Chapuzas,es la eterna discusion de las elites que viviendo del capitalismo siempre aportamos el gramo a su critica.Es este caso vuestro ademas,viviendo dentro y precismanete en paises de nivel de renta alta y vosotros en el cuartil mas alto.A mi personalmente Chapuzas me enternece,pues queriendo que Cuba reciba algo de mejoras del resto del mundo,ultimamente solo le llega la destruccion por los huracanas.Mientras Raul Castro dice va abrir "el sistema" pero se olvida de fijar fechas;creo que en estos momentos la miseria sigue siendo enorme,tanto en cantidad de personas como en falta de calidad de los alimentos recibidos.Y han pasado mas de 40 años
Acabo de leer a Kohler el actual Presidente de Alemania que esta convencido que de la reunion del 20 de Noviembre tiene que salir un nuevo modelo de sociedad que ademas incorporara la lucha contra la pobreza y combatir el cambio climatico,siga respectando lo basico del la economia de mercado con reglas y controles impuestos globalmente.
Mi esperanza es que si gana Obama,estara mas abierto mas dispuesto con mucha energia para hacer un modelo mas basado en valores humanos de etica y no de codicia sin limites,como en el actual.
Mas que falso sera un amargo amanecer,un espejismo! Ayer en esta blog se comento que los de izquierdas no le llegamos al afamado comentarista de la COPE ( Federico Jimenez Losantos) ni a la mierda de los talones de sus zapatos!! Yo personalmente me alegro muchisimo que se de esa circunstancia,y no me hara cambiar mis posiciones o pensamientos, pero visto que todos utilizamos lo que mas nos conviene quiero recordar a esas mentes pensantes y de pasada un poco de nuestra historia mas reciente. " Of course the Markets are highly volatile" sais Jerome Booth, Head of Research at London's Investment Management. " That's what makes them fun" These fun seeking Firms understood that as a result of the IMF's "adjustments",pretty much everything is up for sale now in Asia!! Morgan Stanley's Jay Pelosky had said that what Asia needed was "more bad news" to force their corporates to sell their companies, and that's what the IMF was doing!!............. Thomas Friedman en su obra; "The Lexus and the Olive Tree" declaro que: Lo que paso en Asia no fue en absoluto una "crisis", la Globalizacion hizo un gran favor a todos ( los capitalistas ) dirritiendo las Economias de Thailandia, Korea, Malasia, Indonesia, Mejico, Rusia, y Brasil en los '90. Los interrogadores ( como en las prisiones) del Fondo Monetario Internacional aplicaron metodos contra esos Paises que incluso los dirigentes de la C.I.A advertian que se excedian en las medidas que se adoptaban contra la poblacion. Nadie creera que Thomas Friedman sea de izquierdas verdad? Sobran lecciones morales, con Obama o McCain no cambiara absolutamente nada, yo me conformaria con que las leyes Estado-Unidenses se aplicaran en ese territorio y basta, si no es mucho pedir. Un saludo...Manuel
La periodización más correcta me parece, como a L.B., la que se inicia con la segunda presidencia de Nixon: no en la primera, ajustadísimo éxito ante H.H., con inmensa frustración y alboroto en la Convención Demócrata de Chicago, tras la muerte de Kennedy y la descalificación burocrática de Eugene McCarthy; sino la segunda, cuando Nixon arrolló a McGovern en noviembre de 1972. Un apunte muy importante: la reivindicación de la política social de Johnson. Creo que se debe a Frankenheimer una estupenda película que señala la frustración de la Great Society por los gastos de la guerra de Vietnam y, en cualquier caso, la presidencia ensombrecida por el vigor de Kennedy y por el fracaso del propio Johnson en las primarias de 1968, que le hicieron abandonar la carrera después de New Hampshire, merece ser reconsiderada en estas visiones a largo plazo que ya podemos hacer. Creo, también, que las presidencias de Carter y Clinton fueron accidentales (la segunda de Clinton es el resultado de jugar en casa, como presidente, y de tener a un adversario como Dole). La estatura política de Ford dominado porque la sombra del ciprés nixeano es alargada, pero que no soportó un enfrentamiento con Reagan, produciéndose el tercer caso de un presidente que no es reelegido desde Hoover. Bush padre perdió gracias a la estrafalaria y olvidada presencia de Ross Perot, mientras Reagan conseguía sortear la competencia de Anderson en 1980, otra candidatura que se olvida...¿os acordáis? Anderson calificaba a Reagan de la Nineteenth Century Fox.
El cambio de ciclo (iniciado en 1972 y la ruptura de los consensos sociales internos, además de la presentación de una presidencia que identificaba el destino manifiesto de EEUU con su misión ante la URSS) tiene especial relevancia si consideramos que se identifica con una transformación a escala planetaria, no sólo de los países desarrollados, que tiene que ver con los primeros síntomas de lo que luego sería la globalización, como el crecimiento y crisis de las economías latinoamericanas basadas en la exportación de bienes de consumo duradero que describió Victor Bulmer-Thomas en los años 80, con especial relevancia en el caso del milagro económico brasileño o el de la Argentina de Onganía, del Chile de la "revolución en la libertad" de Frei, del México de Díaz Ordaz y los comienzos de Echeverría o de la Bolivia del "Buenos Aires andino" de los primeros meses de la dictadura de Banzer.
Fueron también los años de frustración del proyecto de Giscard tras su ajustado triunfo frente a Mitterrand en el 74, que le permitió fagocitar a los gaullistas y crear un gran proyecto de centro, hundiéndolo en el cambio de ciclo que, esta vez, favoreció a la oposición del Programa Común (aun cuando Mauroy fuera a gobernar en el centro de una crisis que no podía resolverse con las recetas de los periodos de expansión). Fue el primer triunfo electoral del SPD, que pasaba a ser el primer partido de Alemania en 1972, para empezar un camino de dificultades que arrojaría al FDP en manos de la CDU/CSU en 1982, para dar paso a la era Kohl. Fue la década de los años de plomo en Italia, con 300 víctimas del terrorismo culminadas en la fractura del compromiso histórico con el asesinato de Berlinguer y con la construcción de la Santa Alianza del CAR (Craxi, Andreotti, Forlani), dirigiendo los estertores de una República que avanzaba hacia la crisis de sus dos partidos fundacionales. Fue la crisis de identidad del laborismo británico en los tres lustros conservadores. Y fue la adjudicación a la socialdemocracia española de las tareas de modernización atrasadas por la derecha, en una fase en la que la izquierda tuvo que actuar como reguladora de una economía desquiciada, que había retrasado por motivos de oportunidad política los ajustes indispensables para sobrevivir. Fue el tiempo del desplazamiento del laicismo arabista por el islamismo, desde la revolución iraní de 1979 y su proyección sobre un mundo árabe que empezaba a salir de la cultura nasserista y a desprenderse de sus alianzas internacionales (tan poco útiles, por otro lado, en sus conflictos con Israel). Fue el fracaso de los ortodoxos maoístas y su sustitución por el pragmatismo de un régimen autoritario y tecnocrático...
El ciclo de la revolución conservadora fue, por tanto, universal. No sólo hubo reacción ante la permisividad cultural de los sesenta en Estados UNidos, sino reacción ante un modelo de consenso acerca de la producción y el consumo que se sumaba a la posibilidad de expresar reivindicaciones posmaterialistas. ¿No fue un triunfo accidental el de Mitterrand en 1988, aprovechando el voto del FN neutralizado, tras la victoria en las legislativas de la derecha en 1986, que se repitiría en las de 1993? ¿No fue un sueño el "sorpasso" PCI de las europeas de 1984, tras la muerte de Berlinguer, muy poco antes del estancamiento, retroceso y crisis terminal del más poderoso de los PPCC europeos occidentales? ¿No lo fue la resistencia del SPD tras su victoria de las "inundaciones", cuando Schöder venció por la mínima al más conservador de los candidatos posibles, Steuber? ¿No fue el voto a los socialistas españoles una adhesión a la eficacia frente al desastre de la UCD y a la lentísima reconstrucción de la derecha española (cosa que, por ejemplo, no había de suceder en un ámbito tan significativo como la Cataluña pujolista durante 23 años)?
Escenario amplio, en el que la reflexión sobre una nueva cultura que se inició en los inicios de los setenta sin que apenas nos diéramos cuenta, ha podido gobernar algo más que los Estados Unidos hasta este mismo momento. Falso amanecer, desde luego, el del 11 de septiembre. Aunque terca pesadumbre la de tantos años en los que ese amanecer sólo fue posible por una normalización cultural y política que había roto ya con el consenso americano del New Deal y con la cultura posfascista de la Europa de 1945 a 1980.
Me alegro de enternecerte, Andrés. Y, sí, han pasado casi 50 años, ¿cómo es posible que un país tan gigantesco, de más de 300 millones de habitantes, mantenga un bloqueo criminal sobre una islita de 11 millones durante 50 años? ¿Cómo es posible que, otro gigante, la Unión Europea, "congele" las relaciones durante años y años, y participe en la ceremonia de la desestabilización?
Cabe hacerse preguntas también sobre las ineficacias, los absurdos y las corrupciones del sistema. Pero después de haber puesto sobre el tapete toda la serie de acosos a los que Cuba está sometida, no antes.
Os escribo desde una de mis clases, mientras mis alumnos hacen un examen. Y me siento terriblemente deprimido: uno de mis alumnos, de extracción muy humilde, o sea, pobre, está en el ejército para que le paguen los estudios (en este país, estudiar es muy caro, Andrés). Y acaba de decirme que dentro de unos meses se va a Afganistán. Tiene veinte añitos.
Gracias por tu aportación, Ferran.
Sobre sueños: Kyochi Katayama dice en ‘Un grito de amor desde el centro del mundo’ en boca de un jovencito destrozado, “¡Ojalá el sueño fuera realidad y la realidad fuese un sueño!”.
Chapuza: te imagino en el rol de Robert Redford en ‘Lions for Lambs’, una película mala, en mi opinión, floja en argumento y mala en realización, bastante peor que ‘In the Valley of Elah’, que no es sino un remake de ‘Apocalypse Now’, pero con actores mucho mejores, y esta última, una tergiversación de ‘Heart of Darkness’. Stone, predecesor de Sean Penn, y director de ‘Nixon’, con Hopkins, desmereció a Conrad. Y ten cuidado, Sr Profesor, que la Wi-fi te vigila. ¡Vaya ejemplo para tus alumnos, en clase y distrayéndote con Internet!
Fin de época o no, los republicanos lograrán al menos el 45% de los votos, más allá de que su derrota me alegre. Si se olvida esto, como hizo Clinton los dos primeros años de mandato, volverán los revolucionarios de Herederos Gingrich, S.L. Desde Nixon, la derecha ha empleado el mito, convertido en realidad, de la mayoría silenciosa, que rechaza lo políticamente correcto. La “progresía de salón” ha sido su mejor aliada, y sólo los políticos inteligentes no-conservadores, como Blair, Rudd y Obama, han sabido esquivar la trampa de la derecha, sin permitir nunca que el contrario te defina (Dukakis y la ACLU, el “asesino” de su esposa y el tanque, o Kerry y el windsurfing).
Giscard, al que voté las dos veces, no me gustó nunca. Ni proyecto ni agallas para consolidar un centro auténticamente independiente, cayó “asesinado” por Chirac, alias Camaleón Bonaparte. En el fondo, Giscard era un principito insulso, por eso tuvo que depositar su confianza en alguien de mucha mayor valía (Barre no es el único, ni el primero, ni el último, de los grandes políticos franceses en hacer gala de antisemitismo, dejando a un lado el anti-sionismo; a izquierda y derecha, cuando Dreyfuss, Blum y más tarde, ambos lados de la política han jugado al juego de los judíos. En todo caso, Barre lo reservo para lo económico, porque para lo político tengo al otro Raymond), y lo superó un Mitterrand que, como dice Balladur en el libro que recomendé a Ferrán, “vivía la política para manipular a los demás”. Muerto el Rey, no vivió el Partido Socialista, una de esas criaturas paridas por la patética izquierda europea. Me viene a la cabeza un Obama en el PS: Manuel Valls.
Te equivocas otra vez, Gaspard: yo soy muchísimo más joven y guapo que Robert Redford.
Bueno, Gaspard, a Mitterrand, en el libro de Bacque que me recomendaste y ya tengo, Rocard se refiere a Mitterrand sin poder olvidar sus diferencias, que hace arrancar de Argelia (llega a acusarle de asesino como ministro de Guy Mollet que no impide las condenas a muerte). Le reprocha el sistema proporcional destinado a favorecer a Le Pen (olvidando que era una promesa electoral realizada ya en 1965...). Y una su suerte escasa como presidente a la desautorización constante de Mitterrand, cosa que permite considerar que Mitterrand le puso en ese lugar en las peores circunstancias posibles, en plena fractura de la izquierda y con la crisis económica acentuada por la política expansionista de Mauroy. En realidad, lo sabemos: Rocard fue el permanente candidato frustrado a la presidencia. En cambio, Balladur dice que en una hora se habían entendido Mitterrand y él, pero que el presidente prefería esperar (ah, la estética que no es ornamento...!), para que nadie pensara que la conversación había sido desfavorable...Y, en un gesto de penetrante visión del personaje, Balladur indica cómo a Mitterrand le molestó más haberse equivocado en sus previsiones acerca de las posibilidades presidenciales de Balladur que por el hecho mismo de que Balladur fuera vencido por Chirac. Interesante libro, Gaspard.
Gaspard: Tú me recuerdas a Nicolas Baverez. Mientras mis alumnos van terminando, te copio un trocito del artículo "Les disqualifiés" de Le Monde Diplomatique:
Parmi eux, Nicolas Baverez est visiblement sonné et cherche son chemin parmi les gravats. L’effet de souffle a dû être violent car le propos est un peu à l’état de compote : « La mondialisation conserve des aspects positifs », maintient-il contre vents et marée, non sans faire penser à Georges Marchais. Pourtant, lâche-t-il dans un souffle, c’est bien le « capitalisme mondialisé qui est entré en crise », et « l’autorégulation des marchés est un mythe ». Il n’empêche : « Le libéralisme est le remède à la crise . » Or qu’est-ce que le libéralisme, sinon la forme d’organisation économique déduite du postulat de l’autorégulation des marchés ? Peut-être, mais Baverez décide qu’il ne reculera plus d’un pouce là-dessus et qu’il faudra faire avec les complexités de sa pensée : « Le libéralisme n’est donc pas la cause de la crise », quoique par autorégulation interposée il soit le problème... dont il est cependant « la solution » — comprenne qui pourra.
Otra cosa, Gaspard...No creo que Apolaipsis now sea una desviación radical de lo que planteaba Conrad. Sólo, quizás, el hallazgo de Kurz. Pero la inquietud ante lo desconocido, la violencia de la naturaleza frente a la "civilización" están ahí, en otro tiempo. Desde luego, y esto es algo personal, me gusta más lo de Conrad, pero sólo porque me encuentro más cómodo hablando de libros que de cine. Y Stone (cuya película NIXON mereci´´o mejor suerte, aunque es incomprensible para un público europeo poco informado de lo que sucede en la cultura política americana) no tiene nada que ver con la película de Kubrick...¿me equivoco? Quizás la produjo, no sé...
Chapuzas,es cierto que aguanto y sigue aguantando.Como cierto que el bloqueo americano no resolvio nada;tampoco la ayuda rusa y algo la ayuda de Chavez.Es cierto que Garcia Marquez y Lula siente cariño y simpatia por los Castro;pero tambien es cierto que el pueblo,los humildes sigue sufriendo privaciones,tanto de alimentos como de libertad.La Union Europea y especialmente España,ha querido ayudar pero la inflexibilidad de Fidel ha sido titanica.Personalmente no creo que el cariño,la admiracion que tuvimos por Fidel y su revolucion,hasta hace 30 años siga en estos dias.Creo que la historia sera muy dura con sus ultimos años;hizo muy poco o casi nada por abrir el sistema,por ajustarlo en pequeños cambios,por flexibilizarlo.En España,los que vivimos al regimen de Franco y sus movientos en los sesenta,apertura de salidas emigracion,apertura al turismo,valoramos mucho aquel pequeño respiro.Creo que sirvio ademas,para que ahora que tenemos muchos inmigrantes,especialmente con los iberoamericanos,los estamos aceptando y en estos dias de gran crisis con mucho para,no se ha dado ningun caso de fobia hacia el inmigrante.
A mi me gusto y mucho la pelicula Leones por corderos de R Redford.Es la realidad de las personas que se integran el las fuerzas armadas y en estos momentos de crisis no hay sitio para todos.
Fijate lo que esta pasando en España,Llamazares e Izuierda Unida se diluyen,por contra la derecha y especialmente la burguesia de siempre se atrincheran cada vez mas en la extrema derecha.De hecho Rouco Varela,pese al Sinodo de Roma,sigue manteniendo a Losantos en la Cope.
Chapuza, tus amigos de Ignacio de Loyola y Ramonet hacen lo que Gerard Henderson, muy perspicazmente, ha diagnosticado: son antiguos comunistas, de los más fervientes defensores del horror (ante la Plaza Roja, Kurtz creería que el tinglado del Leopoldo belga en la Estación de Marlow era una broma), que ahora emplean analogías extemporáneas para descalificar a sus oponentes, identificándolos precisamente con los antiguos ídolos de juventud de quienes realizan la comparación. Lo cierto es que Baverez, el hijo político de Aron, en su último libro, y en todos, ha defendido el pragmatismo y la moderación como antídotos ante lo impredecible del presente y el futuro, en especial.
A mí, del Rocard del libro lo que más me ha llamado la atención, aparte de la anécdota de su estado de salud durante las negociaciones papuasianas, ha sido la mención a Blanc (actual secretario de Estado para el Gran París), lo que evidencia cómo de diferente podría haber sido la política francesa si los liberales hubieran tenido enfrente a unos socialdemócratas dispuestos al reformismo en vez de a un impresentable como Mitterrand, que se unió a Marchais –quien llego a acusar, bien sabe Bassets, a Tonton de antisovietismo– en el 71, aunque fuera para darle el abrazo del oso, y, como insinúa Fabius en su relato sobre el ‘Rainbow Warrior’, supo de antemano, cuando no aprobó, el atentado. Me conminaba Chapuza a elegir; en realidad, lo hice hace ya tiempo. Entre Chirac y Marchais, elegí al primero tras el debate del 71. Uno era un oportunista sin principios, un ladrón y mujeriego. El otro, un Mini Thorez, un apologeta de los genocidas que organizaron los juicios de escarmiento de los 40-50. Estos sí que eran ejercicios de antisemitismo, no lo de Barre. Por tanto, no había color, y menos el rojo.
Rocard llegó con la economía boyante (finales de los 80 fueron una época dorada) y se la dejó a Cresson en mal estado, algo aprovechado, como dice la nepotista, por el pobre Bérégovoy para chantajearla y curar su enésima frustración, tras los ataques de colores que ya había sufrido cuando Rocard es nombrado ante él primer ministro. Balladur se encuentra el desastre, Jospin llega en pleno despegue de los 90. Pero, como dice en el libro, no creyó que reformar las pensiones fuera necesario. Las vueltas que da Raffarin al hablar de reformas dan pena, pero la izquierda… Siempre la izquierda. Ahora saca cabeza Benoît Hamon. Me gusta su nombre, uno de mis nietos lo lleva, pero el eurodiputado está más cerca de ser un Mini-Me de Besancenot que un sucesor de Rocard.
Magnifico análisis sobre el caambio de ciclo en EE.UU. Están claras, a mi entender, las intenciones del todavía candidato Obama. Lo que no sabemos es si el Partido Democrata lo acompañará en esa travesia de cambio. Sería muy interesante que la extraordinaria capacidad de analisis de Bassets nos deleitara con ello en los próximos días.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.