12 fotosLlaves, limpieza y pilas de libros en la Feria del Libro de MadridMontaje de la Feria del Libro de MadridVíctor SainzMadrid - 26 may 2017 - 18:53CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceHay nueve expositores que asisten por primera vez al evento este año. Entre ellos, Antonio Almeida de la librería Molar. "Llevamos cinco años con la librería, ya era hora", dice. "En la feria se hace dinero y además es una cuestión de presencia". Almeida paga 1.500 euros de alquiler por la caseta número 96 de tres metros. Las de cuatro metros cuestan 3.000 euros.Víctor Sainz (EL PAÍS)En la caseta de Organización, David Fernández, responsable del montaje, se ocupa de que todo funcione. En la imagen examina el enorme tablero cuelgan de clavos las cerca de 400 llaves de casetas y pabellones.Víctor Sainz (EL PAÍS)El director de la Feria, Manuel Gil Espín, también se estrena en el cargo este año. Como expositor, sin embargo, lleva asistiendo desde los años setenta. "Entonces el suelo no estaba asfaltado y era un barrizal, y las casetas de hierro se convertían en un horno", rememora. En esta edición hay pantallas digitales que anuncian las firmas, como los vuelos en un aeropuerto, y todas las casetas tienen conexión de internet por fibra óptica.Víctor Sainz (EL PAÍS)Unas 25 personas trabajan en la organización de la Feria. Una de ellas se dedica exclusivamente a introducir en una base de datos los detalles de las cerca de 5.000 firmas que tendrán lugar en las próximas dos semanas. Entre los autores más esperados este año: Fernando Aramburu, autor de 'Patria'.Víctor Sainz (EL PAÍS)Libreros y editores pasan los días previos a la inauguración limpiando las estanterías, mostradores y toldos de las casetas. Las toallitas de bebé son el arma más utilizada en esta fase del montaje.Víctor Sainz (EL PAÍS)Miguel Lázaro, de la editorial Cabaret Voltaire, comparte caseta con la editorial Minúscula, porque es necesario tener 141 títulos publicados para poder solicitar una caseta. La editorial que más tiene es el grupo Planeta, ya que tiene varios sellos editoriales y junta siete espacios en total.Víctor Sainz (EL PAÍS)Jessica Ayuso y Marta Gómez de Cadiñanos en la caseta de la editorial Siruela, subrayan la importancia de llevar guantes para no cortarse abriendo las cajas de libros. "Para nosotras, que estamos siempre en la oficina, la Feria es una oportunidad única de estar en contacto con el público", dicen.Víctor Sainz (EL PAÍS)Según todos los expositores la clave del montaje está en cómo se ordenan los libros. En cada caseta caben unos 2.000. Una vez llegan las riadas de clientes (en 17 días la feria registra un tránsito parecido al de los principales museos del país en todo el año), es fundamental encontrar con rapidez lo que se busca.Víctor Sainz (EL PAÍS)En el pabellón infantil, Pedro Vez (en la imagen) y Juanvi Sánchez, han recreado a escala las ilustraciones de famosos cuentos para niños portugueses (Portugal es el país invitado este año). El pabellón alojará unas 60 actividades para los más pequeños.Víctor Sainz (EL PAÍS)Las cajas de libros se apilan en los contenedores de cartón. Este año los organizadores medirán la huella de carbono y las emisiones del evento y para compensar su impacto se repartirán unos 1.200 cepellones entre los visitantes para que planten nuevos árboles.Víctor Sainz (EL PAÍS)Para Lilo Acebal, de la librería especializada en ilustración Panta Rhei, la feria merece la pena "a nivel ventas, a nivel darte a conocer y a nivel ver a los colegas". Junto a su hermana Ingrid, llevan ocho años asistiendo a la cita.Víctor Sainz (EL PAÍS)Los expositores que no están agremiados en Madrid pagan el doble por su caseta. 3.000 euros en el caso de Christina Linares, de la librería y editorial sevillana Renacimiento. Lleva viniendo a la feria madrileña desde niña acompañando a su padre. "Ya no tengo que hacerlo, pero me encanta", dice.Víctor Sainz (EL PAÍS)