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Famosos y política, un cóctel controvertido

Actores y cantantes lanzan sus opiniones conocedores de su influencia social y de los riesgos que conlleva posicionarse

Meryl Streep, en la entrega de los Globos de Oro, en enero de este año.
Meryl Streep, en la entrega de los Globos de Oro, en enero de este año.Cordon Press
Andrea Morales Polanco

Con tantos acontecimientos políticos, que los famosos se posicionen nunca complacerá a todos. Son condenados por hablar y también por callar. Y más en los tiempos que corren. “Las grandes estrellas son conscientes de los riesgos que corren cada vez que emiten una opinión. Saben que tomar partido los va a encasillar”, afirma Almudena Moreno, profesora de Sociología de la Universidad de Valladolid.

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Primero fue el Brexit luego Donald Trump. 2016 fue un año turbulento en cuanto a política se refiere y no dejó a nadie indiferente. Tuits, vídeos, columnas de opinión y discursos captaron la atención del mundo. La frustración de personalidades de la industria del cine, la música, los deportes y las artes con el panorama político y se apoderó prácticamente de todas las galas de premios más importantes y redes sociales. Cómo olvidar a Meryl Streep en la entrega de los Globo de Oro el pasado enero. Cuando la dama de Hollywood se subió al escenario para recibir el Globo de Oro honorífico, el noveno de su carrera, pronunció uno de los discursos más aplaudidos de la ceremonia y también uno de los más compartidos en la Red. “Nosotros en esta sala, realmente pertenecemos al segmento más denigrado de la sociedad estadounidense. Piénsenlo: Hollywood, los extranjeros y la prensa”, arrancó con ironía la actriz de 67 años. Sin necesidad de mencionar a Donlad Trump durante toda su intervención, la intérprete criticó su política segregacionista, su altanería y su egocentrismo. Sus palabras tuvieron consecuencias. El presidente estadounidense no se aguantó y la acusó de ser una “lacaya” de Hillary Clinton y una “actriz sobrevalorada”.

Y es que parece que estas dos coyunturas han ajetreado los ánimos de las estrellas y los han impulsado a hablar. A reclamar. A posicionarse políticamente. “La opinión de estas figuras públicas tiene importancia porque se vuelve referente del imaginario social que, por cierto, cada vez es más volátil. Sus comentarios no solo tienen influencia sino que también generan conversaciones respecto a temas sensibles tanto políticos, sociales como económicos”, reflexiona Moreno.

Fernando León de Aranoa muestra un cartel de "No a la guerra" tras recibir el Goya al mejor director por "Los lunes al sol".
Fernando León de Aranoa muestra un cartel de "No a la guerra" tras recibir el Goya al mejor director por "Los lunes al sol".Santi Burgos

Pero la tendencia a tomar partido en temas políticos sin embargo, no es nueva. En 2003 la ceremonia de entrega de los premios Goya se convirtió en un alegato contra la guerra de Irak y la posición que mantenía el Gobierno de José Maria Aznar. La cascada de pronunciamientos contra la guerra constituyó una novedad en una gala que hasta ese momento no era conocida por ser reivindicativa.

Entonces, ¿por qué se tiene la percepción de que ahora los famosos opinan más de política? “Evidentemente tiene una relación con el auge de los medios digitales y las redes sociales que hacen que la información se difunda masivamente y más rápido”, explica Moreno.

Parecería que además Trump lo ha puesto todo en bandeja de plata. Posicionarse en contra de Barack Obama y sus políticas era más complicado. Pero oponerse a la estigmatización de las razas, culturas y minorías sociales es, evidentemente, más sencillo y no por ello menos loable. “También hay que entender que las celebridades son un producto del mercado. Son iconos mediáticos y sus opiniones políticamente correctas pueden tener intereses de por medio. Aunque no en todos los casos”, puntualiza la socióloga.

Joaquin Sabina, en el Hotel Palace de Madrid.
Joaquin Sabina, en el Hotel Palace de Madrid.LUIS SEVILLANO

Navegar en los pantanos de la política tiene sus secuelas. Si las redes pueden hacer que un discurso llegue a miles de millones de usuarios en milésimas de segundo, también tienen el poder de llevar el rechazo, la humillación y las críticas a niveles exponenciales. “Tú (ponga aquí el nombre del famoso que prefiera) quédate fuera de la política”; “para ti es fácil opinar porque vives en una posición privilegiada”; “por qué mejor no te preocupas de lo que pasa en tu país”; “lo dices por que no vives aquí”… la lista de mensajes que los detractores suelen enviar a las celebridades que se atreven a mojarse por un tema puede seguir creciendo. Sino que se lo digan a Rene, más conocido como Residente. “Muchos creen que por criticar al Gobierno de Estados Unidos no puedo vivir allí. Yo puedo vivir donde quiera”, se defendía el exvocalista de Calle 13 en una reciente entrevista con EL PAÍS, en la que también atacó a los famosos puertorriqueños que se dedican a denunciar lo que ocurre en Venezuela y se “olvidan” de lo que sucede en su país. “Hay gente que se mete porque el asunto es políticamente correcto. En Puerto Rico hablan de lo que pasa en Venezuela, pero no de lo que pasa allí. Y es bien jodido, porque somos una colonia desde hace más de 100 años y nadie habla de eso”, sentenciaba.

En pleno apogeo de Trump y del Brexit crece la lista de estrellas, que van desde Beyoncé, Liz Hurley, Katy Perry, los Beckham, Anna Wintour, Miguel Bosé o Gael García Bernal, que toman partido por un bando u otro. Uno que sí que no se calla es Joaquín Sabina. Tan claro dice que a él lo que le interesa de Podemos son sus votantes y “no sus líderes” como habla de la llegada de Macri al poder en Argentina. Lo mismo asegura que ya no vota y luego se apunta a hacer campaña por Zapatero. “Y sus opiniones no han repercutido en la venta de sus discos o el éxito de sus giras”, aseguran desde Sony.

Pero muchos prefieren mantenerse al margen por miedo a empañar su imagen, como Mark Wahlberg. Asegura que los artistas no deberían discutir de política. Quizá, como él dijo a la revista Task & Purpose, “en Hollywood viven en una burbuja, fuera de la realidad”.

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