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Palomo, cuando la moda no entiende de límites

La mezcla que surge del afán de libertad inspira a los jóvenes diseñadores que buscan sinergias en otras disciplinas

Un modelo luce la colección del diseñador Alejandro Gómez Palomo en Nueva York.
Un modelo luce la colección del diseñador Alejandro Gómez Palomo en Nueva York.Miguel Rajmil (Efe)

Palomo Spain, la marca de moda española que acapara titulares, sigue imparable. El jueves se conocía que su diseñador Alejandro Gómez Palomo figura en la selecta lista de 20 semifinalistas de la cuarta edición del LVMH Prize. Más allá de la suculenta dotación económica del premio — 300.000 euros— y las tutorías que ofrece, representa un nuevo reconocimiento para esta joven firma con la que su diseñador quiere hacer historia: si Yves Saint Laurent masculinizó a la mujer, él se ha propuesto feminizar las prendas de hombre. Con su Extreme Couture, Gómez Palomo quiere que los chicos puedan gozar también del hedonismo y la belleza de la alta costura tradicional. Pero más allá de la ropa, ha sido la estética de sus puestas en escena, tanto en presentaciones como en sesiones de fotos, la que atrae más miradas.

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No es casual que de entre los otros nominados, Palomo apunte al inglés Charles Jeffrey de la firma Loverboy: “Comparto con él la idea de modo de vida, de ser más que una marca”, explicaba a Icon. De hecho Jeffrey, era uno de los protagonistas de un extenso artículo en The Business of Fashion dedicado a una nueva generación de creativos polímatas, entre los que incluía también a Claire Barrow o Matty Bovan. La creación de universos propios reconocibles, una relación directa con los consumidores, la mezcla de disciplinas y la gestión de una sólida narrativa dentro y fuera de la Red son las características que comparten todos ellos.

Las sinergias entre la moda y el arte no son novedad, de hecho, durante los años veinte Chanel se codeaba con Picasso, Cocteau, José y Misia Sert, con los que colaboró a menudo. Y Salvador Dalí y Elsa Schiaparelli trabajaron juntos en prendas tan icónicas como el sombrero en forma de zapato o el vestido con langosta. Pero ahora, gracias a la hiperconexión que ofrecen las redes sociales parece que no hay excusa: “Estás expuesto a tanta gente que hace cosas interesantes que es imposible no colaborar”, explica Paloma Lanna, responsable de Paloma Wool, firma creada hace tres años en Barcelona. De hecho Lanna prefiere hablar de “proyecto multidisciplinar” más que de marca de moda. Basada en la producción local y la venta online, las colaboraciones son uno de los pilares más importantes de esta empresa que vende el 75% de sus prendas en el extranjero y que muy a menudo cuelga el cartel de agotado.

El diseñador, Alejandro Gómez Palomo.
El diseñador, Alejandro Gómez Palomo.

El artista David Méndez Alonso, que debutó la semana pasada encima de la pasarela Ego con su marca Outsiders Division, considera la moda una disciplina más con la que dotar de contenido su universo: “Al final se trata de aplicar el mismo imaginario a diferentes proyectos”. Alonso, que no es nuevo en el mundo de la moda — trabajó en la división de accesorios de Pull&Bear y también tiene una marca junto a Krizia Robustella — nombra al pintor, escenógrafo y diseñador Jean-Charles de Castelbajac como referente, y parece dar en la clave cuando habla del “peso gráfico y escenográfico” que están tomando los desfiles para conectar con las generaciones más jóvenes, que entienden la moda como todo un movimiento cultural: “Pueden identificar y absorber imágenes de forma muy rápida. Para ellos no hay ningún tipo de regla, y es en ese afán de libertad donde nace la mezcla. Como un puro diseñador de prendas no me sentiría completo”.

Trabajar a varias manos

El trabajo a varias manos que lleva a Paloma Wool más allá de la moda surge muchas veces de forma espontánea: “Navegando por Internet encuentro gente que hace algo que me gusta y se establece una conexión muy especial”. Pone como ejemplo los pañuelos que ha elaborado con las ilustraciones de Tanya Posternak, una de las gemelas responsables de las coloridas campañas de Mansur Gavriel. Aunque todavía no se han desvirtualizado, la unión se prolongó con las fotos que una y otra han colgado del pañuelo en las redes sociales. Esta es una de muchas: cerámicas, ilustraciones y fotografías, ayudan a Lanna a contar la historia de Paloma Wool.

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