_
_
_
_
_
El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

No hay visado para Trump en el corazón de Londres

Un encendido debate en el Parlamento británico se convierte en repaso al presidente de EEUU

Berna González Harbour
"Prohibir a Trump", reza la pancarta de una manifestante frente a Westminster.
"Prohibir a Trump", reza la pancarta de una manifestante frente a Westminster.JUSTIN TALLIS (AFP)

Trump defendió ayer la tolerancia al visitar el Museo de Historia Africana Americana de Washington y nadie se echó a reír ni llorar, ni le recordó cómo ha denigrado al primer presidente negro de su país. Pero muy lejos de allí, los británicos protagonizaban una de esas jornadas que merece la pena enfocar para comprobar que la democracia no es solo lo que se vota en las urnas, sino un pulso cotidiano por avivar las ideas.

Acompañado por miles de manifestantes que clamaban contra Trump en las calles de Londres y otras ciudades británicas, el Parlamento de Westminster debatió este lunes la iniciativa firmada por 1,8 millones de personas para impedir su visita de Estado al Reino Unido. Y otra a favor que recabó 311.000 firmas.

“Es un niño petulante y tiene la inteligencia de un protozoo”, dijo el diputado laborista Paul Flynn. “El hecho de que presumiera de coger a las mujeres por sus partes le hace indigno de dar la mano a la reina”. “Tiene una ignorancia científica de profundidades cavernarias”, apoyó la verde Caroline Lucas. Para defenderle, al tory Jacob Rees-Mog no se le ocurrió mejor argumento que recordar que el emperador Hirohito también fue bienvenido a pesar de la masacre de Nanking. Hay defensas que, en fin. Trump no ha masacrado a nadie, pero sí pisoteado importantes valores: alienta deportaciones masivas, intenta prohibir la entrada de ciudadanos de siete países musulmanes y promueve el muro con México, además de dar pruebas de machismo y racismo.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Solo dos presidentes de EE UU han hecho una visita de Estado a Londres en los últimos 50 años y en ninguno de los casos hubo prisa: Obama tardó 758 días y George Bush hijo, 978. Theresa May, sin embargo, solo tardó siete días en anunciar la invitación a Trump para el mes de julio, una iniciativa que cayó como una bomba en amplios sectores: además del debate sin votación de este lunes, el propio presidente de los Comunes se ha opuesto a que Trump comparezca en Westminster Hall, un salón al que sí estuvieron invitados Mandela, Obama o la birmana Aung San Suu Kyi, la última en hacerlo en 2012.

Solo otro asunto había movilizado más firmas en Reino Unido (más de 4 millones) y fue la celebración de un segundo referéndum tras el triunfo del Brexit. Lejos quedan las siguientes iniciativas más populares: la vacuna de la meningitis B, un freno a la inmigración y otras sobre asilo, la legalización del canabis o la acción militar en Siria. En Londres, una iniciativa pasa al Parlamento cuando supera 100.000 firmas, frente a las 500.000 necesarias en España.

Tony Blair fue un carismático primer ministro que languideció para la historia tras abrazarse al oso de la guerra de Irak. Theresa May, sin carisma pero con determinación para llevar a término el Brexit más radical, se abraza al oso del trumpismo para compensar su huida de Europa. La historia juzgará a May y también a Trump, que no solo veta millones de entradas a EE UU, sino que ya sufre su propio veto particular. No hay visado para Trump en el corazón de Londres.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_