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“Traedme el mando de la tele, que no llego”: lo que piden los españoles a domicilio

250 churros, llamar al timbre de casa para despertar a un marido dormilón, una muñeca hinchable... Cosas delirantes que nos traen a casa

Sara Navas
Adam Sandler coge él solito el mando a distancia en 'Click' (2006).
Adam Sandler coge él solito el mando a distancia en 'Click' (2006).

"Hola, ¿estoy hablando con una empresa de mensajería?".

"Sí, qué desea".

"¿Puedo pedir cualquier cosa?".

"Ummmm".

"Quiero que llamen al timbre de mi casa para despertar a mi marido. Yo me voy antes al trabajo y no puedo despertarle. Y él tiene el sueño muy profundo".

Esto es un día cualquiera en la empresa barcelonesa Glovo, cuyo creador, Óscar Pierre (Barcelona, 24 años), ha sido nombrado por la revista Forbes uno de los 30 jóvenes europeos más influyentes. Es el único español en esta lista. 

"Una de las cosas que más nos piden es que vayamos a despertar a alguien. Aunque en ocasiones solo nos piden que llamemos al telefonillo hasta que se despierte la persona, lo normal es que el servicio incluya un desayuno, para que el despertar no sea tan brusco", afirma Óscar Pierre. ¿Cuánto cuesta esta extraña petición? 3,90 euros (sin desayuno), dependiendo de la distancia.

"Un usuario nos pidió 'ganas de estudiar, por favor' y dijo que pagaba lo que fuera". Otro pidió: "Traedme el mando de la tele que estoy con la manta en el sofá y no llego a la mesa"

La aplicación móvil Glovo permite comprar, recibir y enviar al momento cualquier producto dentro de una misma ciudad. Nació en Barcelona en 2015. Ahora acaba de desvelar cuáles han sido las demandas más curiosas que han recibido en los últimos meses.

Por ejemplo, una muñeca hinchable. "Pero no cualquiera, la más barata", apunta el cliente. Más cosas llamativas: una pierna ortopédica; llevar la plancha a reparar, "porque ya llevaba quemadas unas cuantas camisas"; comida, "no importa el qué, pero que acabe con la resaca"; una prueba de embarazo; recoger unos apuntes, fotocopiarlos, llevar las copias a una dirección y devolver los originales... Son algunas de las peticiones que ha recibido Glovo.

El servicio móvil ha traspasado las fronteras del terreno gastronómico (solo un 50 % de los pedidos están vinculados con la restauración) para solucionar todo tipo de problemas cotidianos. "En Navidad hemos recibido muchísimas peticiones de compra y devolución de regalos. En Nochevieja incluso tuvimos que rechazar algunos porque nos vimos desbordados. Nos pedían uvas, alcohol, hielos...", confiesa el CEO.

Otro servicio recurrente que ha ayudado a facilitar la vida de sus usuarios es la opción de solicitar que algún glover (mensajero de la aplicación) se encargue de cambiar el ticket del parquímetro. "Ampliar el horario de aparcamiento en las grandes ciudades es otra de las cosas que más nos piden", apunta Pierre.

¿Cómo funciona? La aplicación, que ya cuenta con 100.000 usuarios y ha superado los 500.000 pedidos, conecta directamente a los clientes con los glovers, mensajeros independientes que realizan su cometido en menos de 60 minutos. "Actualmente tenemos más de 1.000 glovers repartidos por las ocho ciudades [Barcelona, Madrid, Zaragoza, Valencia, Málaga, Sevilla, Milán y París] en las que trabajamos", apunta.

Según Pierre, Glovo surgió como un servicio "para pijos". Hizo falta una inversión de 100.000 euros y el fin era satisfacer la tendencia actual de querer "conseguir las cosas más y más rápido".

"Una de las cosas que más nos piden es que vayamos a despertar a alguien. Nos piden que llamemos al telefonillo"

"Una de las cosas que más nos piden es que vayamos a despertar a alguien. Nos piden que llamemos al telefonillo"

A pesar de todas las posibilidades que ofrece, hay pedidos que por infraestructura o política de empresa Glovo no puede llevar a cabo. "Cuando nos piden transportar objetos de grandes dimensiones tenemos que rechazar el servicio porque repartimos en bicicleta o moto". Pierre explica que, a pesar de que son varios los usuarios que lo han solicitado, Glovo tampoco ofrece servicio de acompañante. "Hace poco, un usuario nos pidió que acompañáramos a su madre a Ikea. Pero no podemos hacer ese tipo de cosas", explica.

¿El pedido más simpático que han recibido? "Un usuario nos pidió 'ganas de estudiar, por favor' y dijo que pagaba lo que fuera". Otro pidió: "Traedme el mando de la tele que estoy con la manta en el sofá y no llego a la mesa".

Estos son algunos de los pedidos más llamativos que han recibido:

- Una pierna ortopédica.

- Un cargamento de 250 churros.

- Recoger una corona con 14 rosas blancas y el mensaje “renacimiento” para entregar en la iglesia.

- Recoger un ukelele en la oficina de objetos perdidos.

- Comprar un póster de Donald Trump a tamaño real.

- Comprar ocho camisetas del Barça con el número 8 de Iniesta en la talla M.

- Ir a la farmacia y comprar 12 botes de jarabe Dalsys.

- Entregar un ramo de flores para una pedida de mano en un restaurante.

- Comprar 200 botellas de agua de 200ml para los invitados de una boda. 

- Un paquete de preservativos y una botella de vino tinto, "pero del bueno".

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Sobre la firma

Sara Navas
Redactora de ICON desde 2016, año en que llegó a EL PAÍS. Es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid y ha escrito el libro ‘La monarquía al desnudo. Del rey que nació en un retrete al soberano playboy’.

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