Hablamos con el murciano que le tatuó la cara a Chris Brown, el ex de Rihanna
Fredy M. Tomas revela las anécdotas y fotos de la gira europea que compartió con el rapero a bordo de jets privados. Este mes acabará el tatuaje que le está haciendo con la cara de su hija.
Cuando contacté con Fredy M Tomas, acababa de llegar de la India, diez días en Nueva Delhi como jurado del Heartwork Festival, un evento de tatuaje donde le habían invitado por el mismo motivo por el que Chris Brown decidió llevarle de gira con él: sus manos. Decidí visitarle en su cuartel general, el Exotic Tattoo de Murcia, fundado en 2010 tras haberse iniciado en el viejo estudio de su padre. “Mi padre era tatuador, en el 94 abrió su primer estudio en la ciudad. Yo dejé el instituto con 16 años y empecé a trastear con las máquinas, pero me daba miedo tatuar. Con 18 empecé a tomármelo en serio”, recuerda mientras me ofrece dátiles, lichis y nueces.
Enseguida te das cuenta de que no solo estás ante un reconocido tatuador, sino ante un artista especial, de códigos. En poco más de cinco años se ha convertido en uno de los embajadores del tatuaje en nuestro país, exportando el nombre de su estudio y situándole como uno de los personajes más influyentes dentro de la escena.
¿Cómo surge la oportunidad de viajar con Chris Brown en su gira ‘One Hell Of a Night Tour’?
“Allí estaba yo, viendo Dragon Ball con Chris Brown en su suite. Pensaba que quería enseñarme alguna referencia para tatuarle pero qué va, simplemente le apetecía ver dibujos conmigo”
Hace cosa de un año estaba en el estudio y recibí en Instagram un par de mensajes de gente que decía: “Oye te ha dado like Chris Brown, te ha seguido tal”. Y la verdad es que por el nombre no sabía ni quién era, así que en ese momento no le di más importancia. Al despertarme al día siguiente, miré Instagram y de repente me habían subido 30k seguidores. Yo le daba a actualizar y cada pocos minutos, 500 seguidores más, 100 comentarios.... Pensaba que el sistema se había colgado, me habían metido un virus o algo así. El caso es que los seguidores seguían subiendo de mil en mil y además casi todos eran niggas, o sea nada de tatuaje, no era el típico perfil que pudiera seguirme.
No me sorprende, tiene más de 30 millones de seguidores en Instagram.
Claro, me vino a la cabeza lo que me habían dicho de Chris Brown, lo googleé y lo ubiqué al momento nada más leer las dos primeras noticias y el nombre de Rihanna.
Me metí en el Instagram de Chris Brown y vi que había colgado una foto de un tatuaje mío con un texto que decía: “el mejor tatuador del mundo” o algo así. Pero bueno, el caso es que la foto tenía como medio millón de likes, y al momento entendí de dónde venían esos seguidores. La foto estuvo en su Instagram unas doce horas aproximadamente, y después la borró. Al final del día había subido como 80k seguidores, casi el triple de lo que tenía porque superé los 100k seguidores.
Entonces le escribí un mensaje directo por instagram para darle las gracias y eso. Pensé que no me respondería, pero al parecer estaba con el móvil y me respondió al minuto diciéndome: “Ey, quiero que me tatúes”.
Te quedarías a cuadros, claro. ¿Qué le respondiste?
Le respondí que sí, que cuando quisiera. Entonces me dijo: “¿Puedes hoy?. Yo le dije que no, que vivía en España, pero que podía ser mañana si él quería. Me dijo que me escribiría más tarde, pero no lo hizo. Al cabo de dos días insistió: “¿Puedes hoy?” Yo le volví a decir que no podía porque vivía en España. Dijo que me respondería más tarde, pero esta vez pasó un mes hasta que volvimos a hablar. Entonces me preguntó si podía viajar a Los Angeles y yo le dije que sí, pero necesitaba una dirección o algo más concreto. Tras volver a preguntarme dónde vivía, le mandé una imagen de mapamundi con una X en España. Al final entendió́ mi ubicación y me dijo que estaba de gira por USA, pero que cuando terminara quería que fuera a su casa de Los Angeles una semana a tatuarle. Pero se quedó la cosa un poco parada, pasaron unos cuantos meses y seguimos en contacto. Al cabo de un año volvió a preguntarme: “¿Puedes venir mañana?”. Yo le dije por décima vez que sí, que encantado de ir a Los Angeles. Me dijo que mandarían a alguien a recogerme al aeropuerto. Cuando estaba a punto de comprar el billete le pregunté: “¿Mañana seguro?” Entonces, de repente, me canceló porque me dijo que tenía que grabar un videoclip.
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Menudo parto. Ahora sí, ahora no…
Sí, después de marearme un tiempo, volvió a escribir para decirme: “Gira por Europa. ¿Me tatuas?”. En Europa era mucho más fácil y le dije que sí, me dio el contacto de su manager y me puse de acuerdo con él. Les pedí si podía llevarme un colega. Ellos pensaban que era un traductor porque yo no tengo buen nivel de inglés, pero en realidad era un cámara (Cristóbal) para grabarlo todo para nuestra serie de tatuaje (Cristóbal tampoco tenía buen nivel de inglés). Me incorporé a la gira ‘One Hell of Night’ en Bélgica. Nada más llegar, la cosa empezó fuerte: nos vino a recoger al aeropuerto un chófer con un cartel con nuestro nombre y una furgoneta de lujo con bar, sofás, catering... todo.
Os recibieron con chófer y máximo lujo. No esperaba menos de Chris Brown.
Al llegar al sitio del concierto, recogimos nuestras acreditaciones y vimos el show desde el foso. Aún no había tenido la oportunidad de conocerle en persona, entonces su manager se acercó y me dijo: “¿Quieres conocerlo?” Me llevó hasta el camerino y la primera imagen que tuve fue bastante potente. Camerino tocho, pasillo largo y la habitación de Chris al final del todo custodiada por dos niggas de dos metros en la puerta. Entramos y ahí estaba él, sin camiseta, lleno de oro, se levantó y nos abrazó mientras nos daba la bienvenida a la gira. Lo primero que dijo fue: “Gracias por venir, estáis en vuestra casa, cualquier cosa que necesitéis: comida, dinero, drogas o chicas solo tenéis que decirlo”. Lo dijo exactamente en ese orden.
¿Cuántas ciudades visitaste y cuántos días estuviste viajando con él?
Ciudades diría que unas veinte. Y días... mes y medio aproximadamente. Recuerdo que estábamos en Barcelona y teníamos que volar a Baku, la capital de Azerbayan. Pero no podíamos por un lío con el visado. Entonces Chris nos dijo que lo sentía mucho, pero teníamos que quedarnos una semana en Barcelona hasta el siguiente concierto. Estábamos en el hotel Arts, uno de los mejores de la ciudad, con todos los gastos pagados y toda la vaina. Yo le dije que no se preocupara, que nos las apañaríamos (risas).
"Me trajo ropa de su marca. Le intenté explicar que no me gustaba porque son sudaderas fosforito y ese rollo. Sacó cuatro billetes de 500 euros y me dijo: cómprate lo que quieras"
Por Europa, ¿os movíais siempre en jet privado?
Viajábamos en dos autobuses de lujo que eran como una casa, con dos zonas de salón, cocina, baños, camas... Y el jet lo utilzábamos para viajes largos. Después nos cambiamos a otro autobus, dónde estaban los bailarines, los de seguridad, “los extras” por así decirlo… Chris quería que nos quedáramos en el suyo, donde iba con su squad, pero no encajamos muy bien con sus colegas, eran un poco cabrones con nosotros. Le vi fino, en forma, para lo poco que se cuidaba, que siempre comía pollo frito y hamburguesas. Pero bueno, en los conciertos sí que se pegaba unas buenas sudadas. Ah, ¡y playback! Se marcaba unos playback muy canallas (risas).
¿Cuál era vuestra principal diversión durante esos trayectos?
Beber y comer todo lo que queríamos, porque el catering era cojonudo. Además, teníamos un chófer que nos llevaba y nos traía. Ellos llegaban bien temprano al venue y nosotros le pedíamos al chófer que nos diera una vuelta por la ciudad para conocerla. Así que tiempo libre era dibujar, comer y beber bien y visitar ciudades. Un día Chris me llamó a la habitación y cuando llegué me preguntó si me gustaba Dragon Ball. Le dije que sí y puso un capítulo, ahí en el pantallón de su suite. Así que allí estaba yo, en el sofá viendo los dibujos con Chris Brown. É́l flipaba con la serie. Me preguntó: “¿Cuál es el personaje que más te gusta?”. Yo le dije que Vegeta y él me contestó́: “A mi también hermano, yo soy un poco como Vegeta, parece que somos malos pero en el fondo somos los buenos”. Yo pensaba que quería enseñarme alguna referencia para tatuarle pero qué va, simplemente le apetecía ver un capítulo conmigo.
¿Fuiste a todos sus conciertos? ¿No acabaste empachado?
Sí, durante la gira, a todos. Al principio no tenía ni idea de que tipo de música sería. Pensaba que era un rapero más duro, más gangsta. Pero nada de eso, sus conciertos estaban llenos de niñas al borde del desmayo y mucho público gay. El fenómeno fan tenía niveles estilo Beatles; en serio, no sabes cómo gritaban cada vez que se ponía a bailar, era muy loco. Y siempre tenía los conciertos a reventar, metió entre treinta y sesenta mil personas en todos.
¿Qué tatuaje de los que hiciste durante la gira recuerdas con más cariño?
Hice cinco o seis… a é́l le hice tres. El que mejor recuerdo tengo creo que fue el que le hice en la cara, con el triángulo de su marca, Black Pyramid. Me ponía nervioso tatuarle, porque él es bastante impaciente. En el tatuaje se sufre y la mayoría duelen, pero creo que Chris estaba en un punto de su vida que no se iba a permitir sufrir ni un poco. Mientras le hacía el tatuaje de la cara de su hija -lo terminaré en enero- su habitación estaba llena de chicas, sus colegas por allí fumando marihuana y cada dos por tres se levantaba y se ponía a bailar. Me parecía todo tan loco que no sabía qué coño hacer, me puse a mirar por la ventana.
¿Qué tal la convivencia con ellos? Es como un Gran Hermano pero sin cámaras.
Chris con nosotros era de puta madre, pero con la gente era bastante cabrón. Estaba siempre alerta porque la mayoría de gente que se le acerca es para sacarle algo o ponerse pesada. Nosotros no le dábamos la mucho la vara, sinceramente nos daba igual que fuera Chris Brown o cualquier otra persona. No somos fans, ni conocíamos ninguna canción. Él era muy tranquilo y muy atento con nosotros. Cuando estábamos solos era una persona totalmente diferente; pero cuando llegaban sus colegas cambiaba la cosa, no por él, sino por ellos. Si te digo la verdad, creo que tenían celos por cómo nos trataba. A mi me hablaba como con admiración y nos tenía en cuenta para todo.
¿Te convertiste en su ojito derecho?
Bueno, recuerdo un día que uno de su séquito se burló́ de mí, me dijo algo en plan “¡a ver cuando te cambias de ropa!” y empezaron a reírse entre ellos. Pensaban que no me había enterado muy bien pero la verdad es que en ese momento me jodió. Le dije al manager que necesitábamos comprar algo de ropa y nos trajo un montón de ropa de su marca, la de Chris Brown, Black Pyramid. Yo, con toda la humildad del mundo, le intenté explicar que no me gustaba mucho su marca porque son sudaderas color fosforito y ese rollo. Entonces se metió la mano al bolsillo y sacó cuatro billetes de 500 euros. Me dijo: “cómprate lo que quieras”. Le dije que yo tenía dinero y que dos mil euros era mucho, pero insistió en que me lo quedara y eso hice. Al final me compré un par de cortavientos, zapatillas, camisetas...
¿En qué momento decides bajarte del tour y regresar a Murcia?
Un día que estábamos parados en un parking, toda la comitiva, en varias furgonetas. Yo llevaba más de cuarenta días de gira y quería cobrar para poder recuperar mi vida de tatuador en Murcia. No paraba de atrasar citas y empezaba a ser un poco caos. Chris estaba dibujando en su iPad mientras todos esperábamos a que decidiera a dónde ir. El manager decidió que lo mejor era dejarle su espacio hasta que se le pasara lo que sea que tuviera. Entonces Chris se acercó a su furgoneta y empezó a hacer fajos de billetes, los enrollaba en tacos con una goma. Iba, uno por uno dando un abrazo y un fajo de dinero, estilo Goodfellas. Se acercó a mi furgo, dio con el anillo en la ventana y nada más bajar la ventanilla me dijo: “toma hermano, por el viaje”. Y me dio uno de sus fajos. Yo le dije que no había terminado el tattoo aún, pero me dijo que no me preocupara, que ya lo haríamos. El manager, que estaba un poco acojonado por sus cambios de temperamento, entendió el gesto como que nuestro trabajo allí había terminado, así que nos mandó a casa al día siguiente. Pero la cagó, porque Chris se despertó al día siguiente preguntando por nosotros.
¿Y qué hizo? ¿Te volvió a pedir que viajaras con él?
El manager me volvió a llamar para decirme que me incorporara otra vez a la gira desde Ibiza, pero ya yo no podía volver por una cuestión de trabajo. Pensé en inventarme que me habían perdido la maleta, pero no tuve que inventarme nada porque la compañía aérea me la perdió de verdad. Lo siguiente que hice fue escribir a Chris por Instagram para agradecerle todo y decirle que le terminaría el tatuaje cuando él quisiera, una vez terminada la gira. El 19 de enero viajo a Los Angeles para terminarle el tatuaje de la cara de su hija y hacerle alguna pieza más.
“En los aeropuertos, el tío ni pasaba los controles. Entrábamos por una zona VIP, con nuestro propio control, y siempre pitaban los detectores pero él no se paraba”
Si buscas Chris Brown en Google aparecen armas, detenciones, demandas por agresión a su manager... ¿Te encontraste algo de eso?
Siempre tenía alguna movida entre manos. Recuerdo un momento en el que discutía por teléfono sobre la denuncia de su antiguo manager, que le acusaba de haberle pegado antes de la gira. A mí no se me ocurrió otra cosa que ponerme a grabarlo con el móvil, casi me pilla el manager, y era la primera vez que le tatuaba. Y bueno, en los aeropuertos, el tío ni pasaba los controles. Entrábamos por una zona VIP, con nuestro propio control, y siempre pitaban los detectores pero él no se paraba. Era su seguridad la que tenía que ponerse de acuerdo con la seguridad del aeropuerto. Viajaban con marihuana y toda la pesca, al pagar tanto por el jet privado, pues bueno el tema de la seguridad es un poco truco-trampa. Yo hice el pringado y me paraba, de hecho nos daba miedo pasar con dos porros de nada.
¿Y lo que publican algunos medios sobre destrozos en su habitación del hotel?
Los medios siempre intentaban cargarle destrozos de habitación, multas y así. Pero la mayoría de acusaciones eran mentira. Su nombre da mucha repercusión y al menos, lo de destrozar la habitación te puedo decir que no era verdad para nada. En Amsterdam salió en los medios y quisieron cargarle una multa por la habitación. Yo estuve allí y no hicieron nada del otro mundo. Estaba sucia, sí, pero cuando pagas 50.000 euros por la habitación es lo que hay.
Háblanos sobre tu serie de Youtube sobre tatuaje.
Desde pequeño quise ser director de cine, pero no estudié y mi contacto con ese mundo ha sido puro hobby. Nuestra serie de Youtube Exotic Tattoo Murcia surgió hace cosa de tres años que me llamaron del canal Discovery Max y querían hacer Madrid Ink con nosotros, con Exotic Tattoo. La primera vez que me llamó el productor del reality era de la manera que nosotros quisiéramos, el equipo lo buscaba yo, etc. Pero la segunda llamada que recibí ya me comentaron que tenía que ser guionizado y teníamos que cambiar el look. Sus palabras exactas fueron “un look más televisivo”. La tercera llamada que me hicieron fue para decirme que ya no era con mi equipo, que ellos buscarían el resto de personas. Lo último que me preguntaron fue si estaría dispuesto a “pelearme” con mis compañeros en el programa. En resumen, una mierda.
Y ahí decidisteis pasar de Discovery Channel y montároslo por vuestra cuenta.
Eso es. Decidimos sacar una serie por nuestra cuenta sobre tatuaje y así empezó el proyecto audiovisual. Desde entonces no hemos parado. Actúan mis amigos, dirijo yo y todo lo montamos nosotros. De hecho, ahora mismo me interesa mucho más el audiovisual que el tatuaje, porque en el tatuaje digamos que estoy asentado y me apetece empezar de cero con algo.
Como aspirante a director de cine, ¿qué te parece el que se hace en España?
Me parece que el cine español está pegando un subidón importante. Por ejemplo, Tarde para la ira o El hombre de las mil caras son flipantes. Si tengo que destacar una actual, por presupuesto, por historia y por cómo está hecha es Magical Girl, es un pasote de película. El problema del cine en España es con el público, parece que hay un rollo con todo lo que sea español, solo por eso tiene que ser una mierda y a mí me parece un cine cojonudo. A mí el cine español me encanta, Antonio de la Torre por ejemplo, me parece un pedazo de actor y muy polifacético.
Como murciano, ¿nos puedes recomendar por favor algo de Murcia?
Las Culpass, por ejemplo, una marca de ropa que representa bastante Murcia. Y luego la sala Garage Beat Club, un sitio único para gente auténtica donde me paso media vida.
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