"No creo que vuelva a interpretar a alguien que se masturbe sobre alguien"
Adam Driver fue marine en la realidad y ahora en 'Paterson', de Jim Jarmusch, interpreta sus dos mundos: la vida de un exmarine, conductor de autobús y poeta. Y con él consigue su mejor papel
Desde que estallara el éxito de Girls y con él despegara la carrera de Adam Driver, el actor de 33 años tiene un único lema: "No la jodas". En los últimos cuatro años ha trabajado con Noah Baumbach (Frances Ha, Mientras seamos jóvenes), Steven Spielberg (Lincoln), los hermanos Coen (A propósito de Llewyn Davis), John Curran (Tracks), Jane Fonda (Ahí os quedáis), Jeff Nichols (Midnight special); Scorsese (en la próxima Silencio); ha ganado una Copa Volpi en Venecia (por Hungry hearts)… Ah, sí, y era el villano en esa peliculita llamada Star wars: El despertar de la fuerza.
"Quizá alguien elocuente sea capaz de explicar el giro que da tu vida, lo que estoy viviendo, ponerle una etiqueta, pero yo no. No he tenido tiempo ni de sentarme de verdad a reflexionarlo", explica mirando a los ojos, siempre, pero con una timidez palpable. Su casi 1,90m de altura, su corpulencia y enormes manos (que tan bien le iban a su Kylo Ren en la saga galáctica) se queda en nada cuando se planta en la habitación de un hotel en Toronto, resignado a hacer una entrevista tras otra. Driver se repliega sobre sí mismo y contesta con amabilidad y sinceridad. Como buen exmarine, sabe que esto es parte del "servicio" que da siendo actor, pero eso no cambia que sea un hombre parco en palabras, aunque luego los directores con los que trabaja precisamente alaben de él su arte para manejarlas. "Mientras la mayoría intenta adaptar los guiones a su propio ritmo, Adam trabaja con sus frases hasta hacerlas suyas, por eso cada vez es distinto", explicaba Shawn Levy que le dirigió en Ahí os quedáis.
Quizá por ese talento innato para trabajar con palabras le escogió Jim Jarmusch para protagonizar su última película, Paterson. El título es el nombre de la ciudad, en New Jersey, en la que se desarrolla la historia, hoy en decadencia pero un lugar histórico de poetas y escritores. William Carlos Williams a Allen Ginsberg o Junot Diaz se han inspirado en sus calles industriales. Paterson es también el nombre del personaje de Adam Driver, un conductor de autobús, también exmarine, y poeta en secreto. Un hombre que ama su rutina sencilla, porque es en las pequeñas variaciones de esa rutina en las que surge la poesía y la belleza. Esa rutina anónima que Adam Driver ahora busca y es incapaz de encontrar, convertido en una estrella a pesar de él.
¿Eres lector de poesía?
Ahora sí, pero no lo era hasta que hice Paterson.
¿Ni leías ni escribías poesía? ¿Ni siquiera el típico poema de amor?
No, no, no, no creo en el amor o en las relaciones. Son un despilfarro económico [risas]. No, nunca he escrito poesía. Ni siquiera sabía mucho sobre William Carlos Williams o Ron Padgett, que escribió los poemas originales para esta película. Pero Jim [Jarmusch] me enseñó mucho.
¿Te hizo esta película pensar en la poesía del día a día? ¿Dónde la encuentras?
Desde luego. Esta película te hace frenar. Es muy valiente por parte de Jim pensar que un personaje cuya principal actividad es escuchar es lo suficientemente cinemático. Él confía tanto en su audiencia como para saber que pueden aguantar viendo a alguien que solo piensa. Yo no dedico tanto tiempo a observar las cosas. Obviamente, vivimos en una cultura que necesita mucha acción y actividad. Recuerdo que, incluso cuando leí el guión la primera vez, no pude evitar pensar que algo iba a pasar en cada escena como: "Ahora atropellan al perro", o "el conductor de autobús se sale de la carretera"… Pero al final [que no pase nada] añade mucho a una bonita relación en la que los dos [su personaje y su novia, Laura] se han dado espacio. Dos personas han estructurado sus vidas de tal forma que pueden flotar en su arte. Creo que es una película muy valiente.
Interpretas a un exmarine y tú mismo lo eres, ¿qué te llevó a alistarte?
El 11 de septiembre. Como mucha gente de mi edad entonces, se me despertó un sentimiento de patriotismo y castigo y quería involucrarme. Pero después llegas al ejército y te das cuenta de que no tiene nada que ver con eso. Va de colaboración entre un grupo de gente, y eso es lo que intento aplicar en la interpretación, porque también va del esfuerzo en equipo. No va de ti. Tú tienes un papel. Tienes que saber cuál es tu papel dentro del equipo. Creo que lo que me gustó de Paterson, de hacer que el personaje fuera un marine —que no fue algo que Jim añadiera después—, fue la idea de subvertir las expectativas: como es conductor de autobús, no puede ser un poeta. Estuvo en el ejército, pero no es lo que le define. Simplemente porque la gente haga algo no quiere decir que son eso. La gente es más compleja.
Es la forma de Adam Driver de decir que basta ya de definirle como marine. Lo fue, aunque no llegó a ir a la guerra porque se rompió el esternón en un entrenamiento. Pero le sirvió para sentirse suficientemente preparado para aceptar el fracaso y el rechazo. Ahora ha encontrado la forma de unir ambos mundos en la ONG que ha creado, Arts in the Armed Forces (Artes en las Fuerzas Armadas), para llevar talleres de teatro al ejército.
Trabajar con Jarmusch o Scorsese, o en Star wars, ¿significa cumplir sueños de infancia?
Lo pienso y luego lo elimino de mi cabeza inmediatamente porque se puede interponer en tu trabajo. Cuando veas Star wars no puedes darte cuenta de que estoy emocionado por estar allí. Trabajar en todas esas películas es similar, aunque el catering es claramente mejor en una que en otras, o tienes mejor tráiler. Trabajar en algo como Star wars también es una experiencia única porque la dirige gente como J. J. Abrams o Rian Johnson, que dirige la segunda [Star wars: Episodio VIII]; aunque sean producciones de una escala mucho más grande, la forma de trabajar es igual que en el resto.
Por tu forma de ser parece que te sientas más cómodo en algo como Paterson que en Star wars, aunque solo sea por la promoción y la atención que implican.
Sí, supongo que eso es verdad. Y hay más gente. Hay más ruido en un set de Star wars, cuando cortan la escena, hay cientos de personas haciendo diferentes trabajos. Uno se dedica a barrer las hojas, otro a poner a punto las espadas láser. Este tipo de películas llevan más tiempo que otras. En películas como la de Jim, como es tan íntimo, trabajas más rápido. Ahora estoy trabajando con Soberbergh [en Logan lucky], y es igual de rápido, porque es un set pequeño e íntimo.
→Pincha sobre la foto para ver el recorrido del actor: Tú cara (rara) me suena, Adam Driver
¿Cuánto cambia tu vida cuando ves a gente disfrazada de un personaje que tú has interpretado?
Como actor, intentas ser tan anónimo como puedas. Tu trabajo consiste en intentar espiar y observar a otra gente, pero cuando la gente te observa a ti, dificulta mucho tu trabajo. Se supone que tienes que vivir experiencias, fracasar, no vivir de manera imprudente, pero tener una vida todo lo normal posible. Cuando eres el observado, solo hablo por mí, pero te conviertes en alguien muy autoconsciente, ya no quieres salir fuera ni hablar con nadie.
¿Cómo mantienes una vida normal?
Estoy rodeado de gente que es normal, como mi mujer, que es genial, y tengo un buen agente. Un buen círculo de amigos —estos clichés que decimos los actores—. Pero tienes que superarlo de alguna forma. No puedes tenerle miedo a todo.
¿Cómo descubriste la interpretación?
Me interesaba antes de entrar en los marines, pero yo soy de un pueblo pequeño de Indiana, donde ser actor no es un trabajo real. Y al salir del ejército, me sentí con toda esta falsa confianza y me decía: "Comparado con el ejército, los problemas civiles se pueden manejar fácilmente". Sabía que Nueva York era el lugar en el que los actores que me gustaban habían empezado, así que me fui allí y tuve la suerte de entrar en Juilliard. Mi plan B era simplemente vivir en las calles, porque sabía cómo sobrevivir en las montañas de California.
Hace no mucho dijiste que nunca serías protagonista por tu "aspecto raro".
¿Dije eso? Quizá. No intento verme como un actor principal. Es una profesión demasiado egoísta. Prefiero no pensar en qué voy a hacer después o cuál es mi objetivo.
¿Pero estás preparado para protagonizar películas más grandes? Cada vez estás más en primer término.
No tengo un plan de juego. Tener más que hacer en una película es bueno y malo a la vez. Con suerte lo único que continuaré haciendo es trabajar con buenos directores. Sin importar la escala del proyecto, ser parte de cualquier historia que alguien intente contar es emocionante para mí. No tengo ningún plan del tipo "ahora solo interpretaré personajes así de grandes…", porque pienso que hay secundarios muy interesantes. Intento no limitarme a nada. Una de mis grandes preocupaciones es acomodarme demasiado, que todo me resulte fácil.
¿Te dio miedo acomodarte o encasillarte después de Girls?
"No creo que tenga muchas oportunidades de interpretar otro personaje como Adam de Girls. Ya sabes, alguien que se masturbe encima de alguien"
Enseguida conseguí papeles muy diferentes. Lo bueno de Girls es que es muy particular y extraña a su manera. No creo que tenga muchas oportunidades de interpretar otro personaje como Adam, ya sabes, alguien que se masturbe encima de alguien [risas]… Así que a no ser que me pidan hacer porno…
¿Estás preparado para el rodaje maldito de The man who killed Don Quixote [con Terry Gilliam, que lo ha intentado poner en marcha cuatro veces antes]?
No quiero ni hablar sobre eso para no gafarlo. Toquemos madera.
Jarmusch dice que hizo Paterson como antídoto a una película de acción. ¿Por eso la hiciste tú, por mantener un equilibrio con las grandes producciones?
No, la hice por Jim, la única razón fue trabajar con él. No me importaba la escala del proyecto. Creo que es uno de los mejores cineastas vivos. Trabajar con él me confirmó muchas cosas. Jim es muy concreto y muy divertido, es una de las personas más divertidas que he conocido. Su sentido de la ironía siempre se cuela en sus películas. Es una de esas personas con las que crees que no vas a trabajar nunca y, cuando lo logras, solo quiere colaborar y te pregunta qué piensas sobre todo.
¿Cómo te sientes con el final de Girls?
Es agridulce. Nunca he interpretado un papel durante seis años. Todo este tiempo tenía el personaje en mi mente, sabía que tenía que volver en algún momento, así que nunca lo dejaba ir. Incluso rodando la última temporada era difícil darse cuenta de que iba a ser la última vez. Fue un momento muy agridulce. La serie me dio la posibilidad de crecer. Gracias a Girls toda la gente con la que he querido trabajar empezó a estar interesada en mí. Aunque también tuvo su parte mala por esa situación antinatural de la fama. Después de haber pasado la mayor parte de mi vida en el anonimato, ahora lo considero un lujo. Pero intento no pensar mucho en eso.
¿Dónde encuentras el silencio ahora que tu vida va a este ritmo?
Ahora me voy a la habitación de al lado y empiezo a gritar durante 20 minutos… No [risas]. Creo que soy alguien que disfruta mucho de… no tener que hablar. Pero no tengo mucha más vida fuera de la actuación.
Paterson se estrena el 7 de diciembre.
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