El machismo de palabra también es machismo
Las palabras suelen ser en democracia un índice de alerta temprana para avisarnos del peligro de intolerancia y discriminación
Los racistas suelen jactarse de tener algún amigo negro para demostrar que no lo son, como los homófobos de relacionarse con gais con la mayor naturalidad. David Pérez también ha llegado lejos y no se jacta exactamente de amistades, sino de haber trabajado siempre a las órdenes o al mando de mujeres y de que cuatro de sus cinco tenientes de alcalde lo son. El 80% del presupuesto del Ayuntamiento de Alcorcón que preside, dice, está en manos de mujeres. “Machista jamás he sido”.
¿Pero acaso es machista solo quien discrimina o también quien emplea un discurso descalificador? Más allá de los hechos, las palabras suelen ser en democracia un índice de alerta temprana para avisarnos del peligro de intolerancia y discriminación.
Si Donald Trump defiende su capacidad innata para meter mano a las mujeres no hace falta que le veamos hacerlo para sacar conclusiones sobre su mentalidad.
Si el alcalde de Alcorcón, David Pérez, descalifica a las mujeres feministas (no parece haberse percatado de que también muchos hombres lo son) no sirve de gran consuelo que el 80% de su presupuesto esté en manos de mujeres. Pérez ha pedido disculpas en un vídeo en el que asegura ser víctima de un montaje, pero estas son sus palabras, sin cortes, ni edición: “Siempre me ha parecido muy sorprendente que hayamos llegado al siglo XXI todavía con ese feminismo rancio, radical, totalitario vigente, incluso influyendo en las legislaciones y marcando en muchas ocasiones la agenda política. A pesar de todo, ahí sigue habiendo ese movimiento feminista influyendo, opinando e imponiendo, que es verdaderamente lo que les gusta a ese tipo de movimientos que a veces son mujeres frustradas, mujeres amargadas, mujeres rabiosas, mujeres fracasadas como personas, que vienen a dar lecciones a los demás de cómo hay que vivir y de cómo hay que pensar”.
Algunos lo llamarían posverdad, la palabra del año según el diccionario de Oxford que arropa el triunfo del Brexit y de Trump, pero en general podemos llamarlo machismo.
Las palabras de Pérez fueron pronunciadas en un foro público en 2015, pero se han viralizado estos días en las redes y la oposición le exige su dimisión. Los 17 concejales que suman PSOE, Ciudadanos, Ganar Alcorcón e Izquierda Unida han votado su salida frente a los 10 que defienden su permanencia. El siguiente paso puede ser la moción de censura. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, se ha quedado corta al considerarlo “desafortunado”, ya que Pérez no solo es alcalde de una ciudad de 167.000 habitantes, sino diputado regional.
Cuando uno de los personajes de Chéjov describía cómo un hombre pegaba “sin motivo” a su mujer, el autor no nos estaba transmitiendo los golpes, o no solo, sino la tolerancia cultural a la violencia de género en la Rusia del siglo XIX. Acción y palabra no tienen, por supuesto, el mismo peso, pero ambas dejan huella.
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