El vestido negro perfecto, según Sarah Jessica Parker
La actriz y empresaria anuncia para octubre una línea de minivestidos con la que expandirá su exitosa marca de zapatos
Lo ha revelado con un vídeo en su cuenta de Instagram, donde la siguen más de 2,8 millones de personas: “Os presento SJP LBD, una nueva colección de little black dresses diseñados por mí”. El próximo octubre, la actriz y empresaria comercializará en exclusiva en los grandes almacenes Bloomingdale's el primer modelo de una nueva línea de pequeños vestidos negros, ese versátil básico de armario que Coco Chanel popularizó en los años veinte.
Bajo el paraguas de su propia marca, SJP, y producida en Estados Unidos, la colección debutará con el modelo —de corte midi, con escote en la espalda y falda de amplio vuelo— que la actriz luce en el vídeo, y con el que se la ha visto en varias ocasiones en los últimos días. “Prácticamente vivo en él”, asegura. A falta de conocer el rango de precios, su previsible éxito se sumará al de la línea de zapatos que lanzó en 2014. Fabricados en Italia y disponibles en Neiman Marcus o Amazon Fashion, entre otros puntos de venta, Parker se asoció con George Malkemus, director ejecutivo de Manolo Blahnik USA, para intentar llenar un nicho de mercado: zapatos de calidad a precios moderados. La demanda en eBay de los modelos agotados o las colas que durante horas se forman en las tiendas cada vez que la actriz hace una aparición promocional constatan el triunfo de su idea.
La noticia de su nueva aventura empresarial coincidirá con el regreso de Sarah Jessica Parker al medio que le dio la fama. El 9 de octubre se emite en HBO el primer capítulo de su nueva serie, Divorce, de la que también es productora ejecutiva. Y aunque ya ha declarado que Frances, su nuevo personaje, “no es una Carrie que vive en las afueras”, 12 años después del final de Sexo en Nueva York aún resulta imposible desligar a Sarah Jessica de Carrie Bradshaw, esa treintañera con debilidad por los manolos y en permanente búsqueda del amor que la convirtió en una estrella de la televisión y en un icono de moda; un estatus que ella ha buscado transformar en negocio.
Habitual en las listas de las mejor vestidas, Parker rara vez ha dado un paso en falso en una alfombra roja (¿cómo olvidar cualquiera de sus looks para la gala del Met?). Era lógico que la moda llamara a sus puertas, y tras un breve periodo como imagen de Gap en 2004, la actriz realizó su primera incursión en el diseño en 2007 con Bitten, una marca de ropa asequible que desapareció abruptamente cuando los grandes almacenes Steve & Barry's, que la comercializaban en exclusiva, se declararon en bancarrota. Su siguiente gran oportunidad llegó en enero de 2010, cuando fue nombrada presidenta y directora creativa de Halston Heritage en un intento de revitalizar la mítica firma americana de los setenta. La relación tampoco prosperó. Más lucrativo ha sido su negocio de perfumes, que debutó en 2005 con Lovely y que el pasado agosto ha añadido una nueva fragancia a la familia: Stash. A Parker, de 51 años, le sigue faltando un gran éxito en la industria de la moda, pero todo sugiere a que está a punto de llegarle en forma de vestido.
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