La ansiedad Trump y las tropas obesas

Trump produce trastornos de ansiedad. Las recurrentes pesadillas sobre la victoria del candidato republicano que sufría la periodista de la revista Slate, Michelle Goldberg, la llevaron a contactar a psiconanalistas y terapeutas estadounidenses que confirmaron sus sospechas. Goldberg no estaba sola: pacientes por todo el país acuden a las sesiones de terapia con un desatado nivel de ansiedad con motivo de la carrera electoral. El bravucón magnate desata temores incontrolables. Pesadillas, problemas digestivos y dolores de cabeza son los principales síntomas que presentan. Trastornos de ansiedad que ni siquiera la meditación budista, practicada por algunos, logra aplacar.

Los jóvenes japoneses no quieren salir de casa.

El país nipón es cuna de las modas más extrañas del mundo: bares ambientados en la casa de Barbie, a máquinas expendedoras de ropa interior femenina. Pero la última de las excentricidades de los japoneses: no salir de casa, se está convirtiendo en un problema. Esta enfermedad llamada Hikikomori afecta a más de medio millón de personas de entre 15 y 39 años. Según el Ministerio de Sanidad de Japón, se considera que una persona sufre esta dolencia cuando lleva más de seis meses sin salir.

La obesidad lastra a las tropas estadounidenses.

El sobrepeso es una de las pandemias del siglo XXI y ni siquiera el ejército se salva. Según un informe del Pentágono un 7,8% de los soldados estadounidenses son obesos, una cifra que ha subido más de un 5% en la última década. El número de reclutas que debe ponerse a dieta antes de incorporarse en el cuerpo es del 20%. La obesidad, denuncia el Military Times es una cuestión de vida o muerte en el campo de batalla que afecta sobre todo a mujeres, hombres latinos y afroamericanos.

Una cabeza grande es síntoma de inteligencia.

Siempre se ha bromeado con la relación entre tener una cabeza grande y la inteligencia. Pero ahora, un estudio de la universidad de Edimburgo ha corroborado el chiste. Después de comparar el perímetro craneal de más de 100.000 personas se ha llegado a la conclusión de que las personas con la cabeza más grande tienen más posibilidades de tener un título superior, y son mejores en tareas numéricas y sintácticas.