_
_
_
_
_

Un cuento para disfrutar aquí y ahora

'Un Bosque Tranquilo' es una historia que enseña 'Mindfulness' o atención plena a los niños

Una madre lee junto a su hija el libro de mindfulness.
Una madre lee junto a su hija el libro de mindfulness.Un bosque tranquilo
Más información
'Mindfulness': la atención plena
El poder de la mente en blanco
Seis pasos para practicar meditación antiestrés en casa

Goooooonggg, el sonido vibrante e intenso se cuela entre los árboles y colinas de un bosque. Los animales que lo habitan, que deambulan con prisas y sin tiempo para sonreír, se paran sorprendidos por su resonancia. Una mujer, con alas de libélula y el rostro azul, irrumpe en la cotidianidad a los habitantes de este entorno natural. Es el Hada de la Atención Plena, que invita a los animales a hacer las cosas despacio y con atención para disfrutar de lo más sencillo. A través de estos personajes, Patricia Díaz-Caneja, pedagoga y Marta Navalgar, ilustradora, han creado Un Bosque Tranquilo, el primer cuento en español para niños sobre mindfulness, que ya va por la tercera edición.

El mindfulness o atención plena es una actitud frente a la vida que consiste en darse cuenta de lo que estamos haciendo, pensando y sintiendo en el mismo momento en el que eso ocurre. "Así somos conscientes de lo que pasa dentro y fuera de nosotros. Cuando lo conseguimos, podemos elegir lo que queremos hacer y cómo deseamos hacerlo, no nos dejamos llevar por nuestros pensamientos o emociones, sino que actuamos conscientemente", explica la pedagoga.

La idea clave

"Cuando nos damos cuenta de lo que esta pasando dentro y fuera de nosotros, actuamos conscientemente, y podemos elegir lo que queremos hacer y cómo queremos hacerlo".

La base de esta filosofía es la respiración, que lleva a la calma y tranquilidad, y que ayuda a pensar y actuar con claridad. "Es el ancla que hace volver una y otra vez, al aquí y ahora", aclara la pedagoga. En el cuento, el Hada de la Atención Plena enseña a los animales a respirar cuando se sienten enfadados, tristes o cuando están asustados, para superar las situaciones que alteran el bienestar.

Díaz-Caneja imparte talleres a niños y trabaja con cuentos en inglés. “No hay historias en español, y los libros que hay están pensados para que los adultos enseñen a los menores", aclara. Antes este vacío, materializaron la idea de hacer un cuento de mindfulness para los más pequeños. La ilustradora no entendía cómo una herramienta tan básica no estuviera más extendida en los colegios.  “Es algo que te ayuda a vivir en armonía y en paz contigo y es fundamental que los niños sepan que está ahí”, señala Navalgar.

Un estudio publicado en la revista científica Mindfulness in Behavioral Health de las psicólogas Kristen E. Lyons y Jennifer DeLange, de la Universidad de Denver, evidencia que los alumnos de preescolar, primaria y secundaria que meditan pueden mejorar el rendimiento de su cerebro y lograr mejores resultados académicos. Aunque cada vez hay más colegios que incorporan la Atención Plena, aún no es una práctica extendida en España. 

Susan Kaiser, autora del libro A Mindful Child y exmiembro de la clínica Pediátrica del Hospital Infantil de la Universidad de California (UCLA), en una publicación en su página web, anima a que las escuelas implanten programas de meditación para niños. “Soy consciente de que no se trata de una tarea fácil, lo importante es empezar poco a poco, ya sea en el colegio o fuera de él”, afirma la experta.

Un bosque tranquilo

La escritora del guion del cuento resalta la importancia de que se forme al profesorado en esta técnica. Cuenta la anécdota que vivió en una escuela cuando impartía un curso y una de las profesoras de este le ayudó con los pequeños. “Repartí piedras a los niños para que las contaran mientras practicábamos la respiración, pero los niños se mueven, no cuentan, se les caen las piedras, hablan... Esta maestra se pasó el ejercicio llamándoles la atención. Y no se trata tanto del conteo sino la actitud, la que tú como educador les transmites a ellos y llevas a todas las clases contigo. Quizás ese día no consigas nada, pero otro puede que el niño llegue a casa y se ponga a contar piedras”.

En mindfulness no hay objetivos. Los practicantes van alcanzando tranquilidad, tolerancia, ganan en autoestima y se sienten más felices a medida que van dándose cuenta de lo que sienten, piensan y hacen en cada momento. “Nunca sabes lo que vas a conseguir”, matiza Díaz-Caneja.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_