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El sueño de acabar con el papeleo de la burocracia

El Gobierno portugués resucita Simplex, un programa para revolucionar los trámites

El primer ministro portugués, António Costa, durante una conferencia en Lisboa.
El primer ministro portugués, António Costa, durante una conferencia en Lisboa.RAFAEL MARCHANTE (REUTERS)

En Portugal se hacen colas de madrugada y no para conseguir una entrada de fútbol o de Bruce Springsteen sino para una cita con el médico en los próximos meses, Dios mediante y si la prótesis aguanta. Con Simplex, eso se va a acabar. En 2006 el entonces ministro de Administración Interna se empeñó en desburocratizar el país y para ello creó un programa, Simplex, pero objetivo tan maravilloso pronto cayó en el olvido. Diez años después, aquel osado pionero es el primer ministro del país, António Costa, y está decidido a retomar el reto, ampliarlo y, sobre todo, hacerlo cumplir. “No hay imposibles”, ha dicho, y, para dar fuerza a su ejecutora, la ministra de Modernización le ha regalado una vaca voladora. Costa ha prometido que 2017 será el primer año sin papel en la Administración pública. No se va a comprar ninguna impresora y las actuales se reducirán a una por piso o departamento. Ya en 2018, promete que por las ciudades no circularán coches de servicio de las Administraciones, y si es necesario moverse se tirará de Uber, el servicio maldecido por los taxistas.

Si se cumple Simplex, sus efectos benéficos afectarán, sobre todo, a la paciencia de ciudadanos y empresas. El recién nacido saldrá de maternidad con carné de identidad, médico de familia asignado, boletín electrónico de vacunación y una dirección online donde guarde todos sus documentos a lo largo de la vida. Pensionistas y asalariados no tendrán que presentar declaración de la renta si sus únicos rendimientos fueran esos; los conductores recibirán en casa la renovación del carné, porque el médico se encargará de enviar su dictamen a las autoridades; y los estudiantes —y padres— tendrán acceso en una única dirección a todo el historial educativo, con sus matrículas, calendarios, notas y asistencias. El ciudadano va a empezar a recibir en su móvil mensajes de la Administración para recordarle que está a punto de caducar el pasaporte o que ya puede pagar a Hacienda. Hasta el papeleo de un fallecimiento quedará concentrado en una ventanilla única.

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