“Hace falta un reparto más justo de los refugiados”
Expertos y activistas recuerdan que el 86% de los refugiados recala en países pobres o en desarrollo
En 2015, un millón de personas buscó refugio en Europa. Huían de persecuciones, de conflictos, de la guerra. En el Viejo Continente cundió el pánico. Se convocaron cumbres, se cambiaron leyes, se produjeron enfrentamientos... Incluso se llegó a pensar que las costuras de la propia Unión Europea podrían saltar por los aires ante una crisis de refugiados que se presentaba como un éxodo masivo de proporciones bíblicas. Y no. Las dimensiones eran —son— irrisorias. La crisis está en otra parte.
El mundo se enfrenta al mayor número de personas desplazadas por la fuerza de sus hogares desde la Segunda Guerra Mundial. La cifra supera ya los 60 millones, o lo que es lo mismo, uno de cada 122 habitantes de La Tierra. De ellos, unos 20 millones son refugiados, es decir, han tenido que cruzar las fronteras de sus países para ponerse a salvo. “El 86% de todos los refugiados son acogidos por países pobres o en desarrollo”, subraya el secretario general de Amnistía Internacional, Salil Shetty, en una entrevista en el marco de la Cumbre Humanitaria Mundial que ha tenido lugar este lunes y martes en Estambul.
Turquía, Pakistán, Líbano e Irán son, por este orden, los países que más refugiados acogen: un tercio del total. Aún más, cerca de cuatro millones de refugiados se encuentran en los Países Menos Desarrollados, es decir, los pobres de entre los más pobres: estados como Etiopía o Chad, que ni siquiera son capaces de atender las necesidades de su propia gente. “Hace falta un reparto más justo de los refugiados”, sentencia Shetty.
Póngase el caso de España. Contando las familias sirias que llegarán desde los campamentos de Italia y Grecia en las próximas semanas, se prevé que a inicios de junio España haya recibido a 200 de los 16.000 refugiados que se comprometió a acoger ente 2016 y 2017 dentro del programa de reubicación (es decir de reparto de aquellos que ya se encuentran dentro de las fronteras europeas). Desde fuera del territorio comunitario llegarán próximamente 285 de los campos de refugiados de Líbano y otros 101 desde Turquía.
El 20% de los refugiados del mundo están en los Países Menos Desarrollados: los más pobres entre los pobres
Consciente de la tardanza con que se está produciendo la acogida de refugiados, el ministro español de Exteriores, José Manuel García Margallo, alegaba este martes en Estambul que “es un problema que tiene su origen en los centros de acogida en Italia y Grecia, que son los que tienen que identificar, registrar y trasladar (a los refugiados) al resto de países”. En el caso de los que vienen de fuera de la UE, son los procedimientos de seguridad —cada familia es sometida a un minucioso examen— los que retrasan su llegada a España.
Y eso pese a que la mayoría de los habitantes de los países desarrollados están a favor de recibir a los refugiados en sus países. Según una encuesta encargada por Amnistía Internacional y realizada por GlobeScan entre 27.000 personas de 27 países, el 80% de la población se muestra favorable a la acogida. Incluso en Estados como Jordania y Grecia, que se han visto severamente afectados por la crisis de refugiados. Las únicas notas discordantes son Rusia, donde un 61% les negaría la entrada, y Polonia, donde el grado de aceptación solo supera ligeramente el 50%.
En este sentido, el secretario general de Amnistía Internacional denuncia que ha sido precisamente el acuerdo entre Turquía y la UE para frenar los flujos migratorios el que ha provocado un empeoramiento de las condiciones de los refugiados en el país euroasiático: “Desde 2011 el Gobierno turco había mantenido sus puertas abiertas, había aceptado a 2,8 millones de refugiados e invertido millones de dólares en mantenerlos. Pero la situación cambió drásticamente a final del año pasado. La UE cerró sus fronteras y Turquía hizo lo mismo. Y empezó a disparar a sirios que intentaban cruzar la frontera (desde Siria), a detenerlos y a devolverlos a su país”.
Según una encuesta, cerca del 80% de la población de los países desarrollados está a favor de acoger desplazados
“La Unión Europea sólo se ha dado cuenta de la crisis de los refugiados cuando le ha llegado a las puertas, pero empezó mucho antes”, lamenta Basak Kale, experta en migraciones y profesora de la Universidad Técnica de Oriente Medio de Ankara. Cita como ejemplo a los millones de sirios que acoge Turquía. O el hecho de que campos como el de Zaatari (Jordania), con sus 80.000 internos, se haya convertido en una de las ciudades más populosas del país. O los dos millones de afganos que habitan en Irán y que, si la situación empeora, podrían ponerse en camino hacia Europa. “Es necesario que la UE muestre más solidaridad y aproveche esta crisis para dar con un nuevo sistema de reparto y acogida”, dice Kale a este diario y advierte: “Este no es el final de una crisis migratoria, sino el inicio de un gran movimiento de personas”.
Pero durante la Cumbre Humanitaria Mundial no se ha avanzado en el tema. “Hay un retroceso clarísimo en cuanto a desplazados y refugiados, porque no se garantiza el cumplimiento de sus derechos”, se queja Paula San Pedro, de Oxfam Intermón. No en vano, en el plan de compromisos de acción adoptado en Estambul no se mencionan ni una sola vez las palabras “refugiado” o “desplazado”. Aunque sí es cierto que durante los debates se trataron nuevas formas de mejorar la gestión de las crisis migratorias y varios países se comprometieron a incrementar su cuota de responsabilidad.
Además, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, reiteró su petición a los líderes mundiales de reducir a la mitad el número de desplazados para 2030. Una meta imposible, según Shetty, si no se atajan las causas que provocan el desplazamiento. “Lo que origina refugiados y desplazados son los conflictos y la violación de las leyes humanitarias. Vivimos uno de los periodos más oscuros desde la fundación de la ONU y la legislación internacional es violada continuamente y cada vez en mayor medida por todas las partes en conflicto”, denuncia el representante de Amnistía Internacional. Pone como ejemplo los bombardeos saudíes sobre áreas de población civil en Yemen, en los que denuncia que se utilizó munición prohibida por convenciones internacionales suministrada por Estados Unidos, Reino Unido y Brasil: “Sabemos que tras Arabia Saudí está el apoyo de importantes países occidentales. Y luego estos países vienen a la Cumbre de Estambul a dar lecciones de humanitarismo”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.