Los duques de Cambridge celebran su quinto aniversario
Guillermo y Kate de Inglaterra se casaron en Westminster (Londres), en una ceremonia cargada de pompa, solemnidad y sentimientos
Los duques de Cambridge celebran este viernes su quinto aniversario de boda. Kate y Guillermo de Inglaterra, el segundo en la línea de sucesión al trono británico, se casaron en Westminster, en 2011. Más de 2.200 millones de espectadores siguieron la ceremonia por televisión y miles de ciudadanos se acercaron hasta las inmediaciones de la abadía y del palacio de Buckingham, donde tuvo lugar el banquete. Estas son las noticias más destacadas de aquel 29 de abril de 2011:
Crónica: Boda real en Londres
Nunca una boda fue tan celebrada en los palacios y en las calles, porque con su matrimonio la corona pretende cerrar crisis pasadas y mirar al futuro. La ceremonia en Westminster tuvo pompa, solemnidad y sentimientos. Un una boda real hay que conjugar boato sin excesos, una pizca de emoción y cierta cursilería, hoy permitida.
Una abadía rebosante de estilo
No hubo adornos florales y sí grandes árboles, a sugerencia del príncipe de Gales, abanderado del medioambiente. Ese toque ecológico dio a la abadía de Westminster un toque de calidez y elegancia.
Una boda para pasar página
La boda es trascendente porque supone para los Windsor la oportunidad de dejar atrás, quizás para siempre, la crisis que llevó al borde del abismo a la monarquía británica en los años noventa. La tormentosa relación entre Carlos y Diana y la torpe reacción de los Windsor tras la trágica muerte de la princesa del pueblo marcaron el peor momento.
Los Windsor recuperan el brillo de la corona británica
El primer beso de Guillermo y Catalina devolvió todo el esplendor a la corona británica y dejó atrás el abismo abierto por la crisis entre Carlos y Diana en los años noventa.
La reina recibe, los novios descansan
Hay un protocolo no escrito en las monarquías que indica que la noche anterior a una boda real los anfitriones ofrecen una cena a los representantes de las casas reales que asistirán al enlace. Pero en Reino Unido, donde sobran las tradiciones, Guillermo y Kate la rompieron.
