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¿Puede Javier Fernández ganar el Mundial de patinaje?

Tras caer en el programa corto, el campeón español está a 12 puntos del japonés Hanyu

Amaya Iríbar
Javier Fernandez se cae durante su programa corto.
Javier Fernandez se cae durante su programa corto. BRIAN SNYDER (REUTERS)

Javier Fernández rodó por el suelo en su segundo cuádruple del programa corto, uno de los saltos más difíciles que puede ejecutar un patinador, pero el resto de su baile sobre hielo al ritmo de La Malagueña, sus giros, sus saltos y sus pasos coregrafiados por Antonio Najarro, el del Ballet Nacional, le mantienen aún vivo, segundo en la lucha por el Mundial. Es lo que tiene arriesgar tanto. Pero los casi 20.000 espectadores que aplaudían a rabiar en el City Garden de Boston, el de los Celtics, y todos los que veían el Mundial por televisión desde España, Canadá o donde fuera, tuvieron que hacerse una pregunta inevitable: ¿Puede el campeón del mundo, el español que ha logrado cautivar a todos, revalidar su título? Pues difícil, pero no imposible, dicen los expertos en esta disciplina vistosa y compleja sin tradición alguna en España.

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El principal escollo para ello es un japonés prodigioso, y además en estado de gracia, de nombre Yuzuru Hanyu. El campeón olímpico, compañero de entrenamientos de Javier Fernández en Toronto (Canadá), está en un estado de forma pletórico a pesar de una lesión reciente y muestra tal seguridad en sus saltos desde que en diciembre hiciera añicos todos los récords posibles, que hace muy complicado el reto del español.

En el programa corto, Hanyu, que ya sabe lo que es subirse a lo más alto en un Mundial, pues ganó el de 2014 -entonces Javi solo pudo ser bronce- rozó su mejor marca personal en el hielo de Boston (110,56 puntos por los 110,95 de diciembre en Barcelona) con un programa clásico ejecutado con mimo y gran pureza técnica. Fernández, que le pone más alma a esto de patinar, se quedó en 98,52.

Esos 12 puntos de diferencia (unos cinco o seis se deben a la caída)  no son insalvables aunque visto desde lejos lo pueda parecer. Fernández se ha quitado la presión de encima y dicen los que le conocen que siempre patina mucho mejor el programa libre -su fortaleza- cuando en el corto ha tropezado. Si Hanyu no falla, evidentemente revalidar el título mundial, una auténtica proeza para un patinador que tuvo que irse de España cuando apenas era un adolescente para seguir creciendo en su disciplina, se antoja inalcanzable. Pero este es un deporte que, como la gimnasia, como la sincronizada, se mide por los fallos y raro es el deportista que no tiene alguno en competición.

A pesar de ello, Hanyu se muestra intratable en los últimos meses y Javier Fernández tampoco puede despistarse pues un renacido Chan, el canadiense campeón en 2013, le sigue de cerca.

El programa largo de Hanyu es ligeramente más difícil que el del español (95,79 puntos frente a 95,13) si ambos consiguen ejecutar todos los vuelos previstos. Fernández ha añadido un nuevo triple axel y por supuesto intentará los tres cuádruples que le hicieron famoso en la prueba definitiva, en la madrugada del viernes al sábado en España (a partir de la 1.00 en Teledeporte). Sonará la banda sonora de Ellos y ellas, el musical de los años 50 en el que coincidieron Sinatra y Brando y Fernández, y Fernández se convertirá en un actor sobre el hielo. Tal vez no gané el español, pero el duelo que mantiene con Hanyu, la carrera que estimula a ambos y ha revitalizado el patinaje masculino bajo la atenta mirada del entrenador de ambos, el exmedallista olímpico Brian Orser, ya es un triunfo.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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