¿Qué modelo de sociedad queremos?

Por lo que se ve, sigue viva la idea según la cual hay que adecuar la oferta de titulaciones universitarias a las necesidades del mercado laboral. De nuevo nos encontramos con esa lógica mercantilista de la enseñanza que proclama que lo mejor es estudiar aquello que garantiza un trabajo. Por esta regla de tres, podríamos concluir que un país cuya economía está sostenida en buena parte por el turismo necesita dotarse de una masa bien formada de hoteleros, restauradores y camareros. De este modo, las universidades deberían adecuarse a la realidad de esa demanda y orientar sus esfuerzos docentes a la preparación masiva de profesionales del turismo. Lo que en realidad se debate con todo este asunto no es otra cosa que el modelo de ciudadanía de un país, pues los ciudadanos son en buena parte aquello para lo que han querido —o han podido— educarse. ¿Es realmente deseable una sociedad atestada de técnicos, poco interesada en la formación de ciudadanos libres y con ideas más claras acerca de lo que hemos sido, somos y queremos ser como seres humanos?— Gabriel Alomar Garau.