20 fotosFotogalería | Shakespeare: de la tragedia al musical en 21 películasEl estreno de ´Macbeth con Michael Fassbender y Marion Cotillard vuelve a poner el acento trágico en la pantallaCarles Gámez24 dic 2015 - 17:53CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceTrono de sangre (Akira Kurosawa, 1957). La adaptación del creador japonés de Macbeth se encuentra entre las mejores versiones cinematográficas de la obra de Shakespeare. Para el recuerdo y la historia del cine como imagen icónica la secuencia de la muerte de Toshiro Mifune atravesado por una lluvia de flechas.Mucho ruido y pocas nueces (Kenneth Branagh, 1993). A Kenneth Branagh hay que agradecerle haber sido uno de los principales promotores del revival shakesperiano de los años 90 en la pantalla. Su adaptación de la obra del dramaturgo le acercó a las jóvenes generaciones dándole nuevos aires a las versiones cinematográficas. Un Shakespeare pasado por un lifting rejuvenecedor.Campanadas a medianoche (Orson Welles, 1965). Orson Welles escribía su testamento shakesperiano y su pasión por la obra del escritor ingles dejando un glorioso Falstaff- a partir de ahora ligado para siempre a su figura- rodeado de actores de diferentes países como Jeanne Moreau, John Gilgieud, Margaret Rutheford, Marina Vlady, Walter Chiari, que sería recompensado con todo merecimiento con la Palma de Oro del Festival de Cannes de 1966.Trabajos de amor perdidos (Kenneth Branagh, 2000). Esta vez Kenneth Branagh le puso escenario y canciones de comedia musical y romántica a la obra de Shakespeare con titulos ni más ni menos que de Cole Porter, Irving Berlin y George Gershwin, una adaptación curiosa que dejó brillantes secuencias pero que en la taquilla no acabó de cuajar como experimento cinematográfico.Kiss Me, Kate. (George Sidney, 1953). Uno de los grandes musicales de Hollywood-y antes obra de éxito de Broadway- de la década de los cincuenta con partitura musical de Cole Porter inspirado en la comedia La Doma de la Bravía de Shakespeare en un ingenioso juego de ficción desarrollado dentro y fuera de la escena. A destacar un joven Bob Fosse como bailarin secundario todavía bastante lejos de Cabaret y de sus musicales de Broadway.Julio Cesar (J.L. Mankiewicz, 1953). Muchos fueron los espectadores que se quedaron desconcertados esperando ver una gran superproducción histórica- al estilo de Quo Vadis- y a cambio, asistieron al estreno de una fiel adaptación de la obra teatral. Marlon Brando confirmaba su estatus como actor y estrella de Hollywood y se vestía por primera-y última- vez con la toga romana.Romeo y Julieta (Franco Zeffirelli, 1968). Zeffirelli volvió a escoger la obra de Shakespeare, esta vez la tragedia de Romeo y Julieta que ya contaba con otras adaptaciones cinematográficas, entre ellas, la de George Cukor en los años treinta. Zeffirelli optó para la pareja protagonista por dos actores desconocidos, Olivia Hussein y Leonard Whiting y la juventud como marca de la producción. Un Romeo y Julieta que hacía suyos el slogan de la época: Haz el amor y no la guerra.La mujer indomable (Franco Zeffirelli, 1967). Despues de tirarse los trastos y decirse los epítetos más feroces en la obra ¿Quién teme a Virginia Wolf? La pareja Burton-Taylor volvía a la pantalla para organizar otra batalla campal con la obra de Shakespeare, La doma de la bravía como pretexto y el regocijo asegurado en el patio de butacas.En busca de Ricardo III (Looking for Richard, Al Pacino, 1996). Al Pacino demostraba que existía vida más allá de la saga de los Padrinos tomando a Shakespeare como argumento para un proyecto que con voluntad pedagógica ilustra y enseña con mucha pasión el arte de interpretar al dramaturgo inglés.Ser o no ser (Ernst Lubitsch, 1942). La sombra y las palabras del príncipe más dubitativo de la escena nunca brillaron con tanta comicidad y descaro sobre la pantalla. Lubitsch realizaba algo que parecía imposible: Sacarle punta, sátira y abundantes risas a un régimen tan atroz como el NazismoLa fierecilla domada (Antonio Román, 1956). La pareja formada por Alberto Closas y Carmen Sevilla dejaba algunas de las secuencias más gozosas del cine español de la década de los cincuenta con la guerra de sexos como excusa. En la banda sonora un joven compositor llamado Augusto Algueró que iniciaba su carrera como autor de éxito.Romeo y Julieta (Baz Luhrmann, 1996). Con las obras de Baz Luhrmann pasa un poco como con las lentejas “o las tomas o las deja” tal es su capacidad de despertar los amores más incondicionales como los odios más furibundos. Para su segunda incursión en la pantalla el director australiano traslada la tragedia de los amantes de Verona a nuestros días con una banda sonora que se convertiría en uno de los grandes éxitos de la película.Los Tarantos (F.Rovira-Beleta, 1963). El cine español se unía para siempre la épica y la tragedia shakesperiana con la historia de Romeo y Julieta traspasada al Somorrostro barcelonés y universo gitano. Para la memoria, el baile de Antonio Gades en las Ramblas y la presencia electrizante de la bailaora Carmen Amaya poco antes de morir.Ran (Akira Kurosawa, 1985). A sus 75 años Kurosawa volvía a poner el nombre de Shakespeare en el libro del honor esta vez a partir de una adaptación de la obra El rey Lear combinada con una historia tradicional del Japón. Desde su estreno la película no ha dejado de estar en alguna de las listas de las películas que hay que ver antes de morir.Otelo (Orson Welles, 1952). Orson Welles-junto a Lawrence Olivier- proyecta en la postguerra el nombre del dramaturgo con sus adaptaciones como este Otelo que pasará a la historia del cine, además de por sus méritos cinematográficos, por las vicisitudes de su rodaje que llevarán al propio Welles, décadas després a rodar un documental, Filming Othello (1978) sobre la génesis del laborioso proyecto.King Lear (Jean-Luc Godard, 1987). La reunión de dos nombres como Godard y Shakespeare y la obra El Rey Lear como posible-y lejano- argumento despertó en su momento curiosidad y expectación para una producción que acabaría convirtiéndose en un fantasma cinematográfico y que como castigo a las insolencias creativas de su director vagaría durante años por el purgatorio a la espera de su estreno.Macbeth (Roman Polanski, 1971). Casi como un ejercicio catártico Roman Polanski tomaba la tragedia de William Shakespeare para su retorno al cine despues del asesinato de su esposa Sharon Tate. La producción de la pelicula contó con el apoyo financiero del grupo Playboy y guión del escritor y crítico teatral Kenneth Tynan.Shakespeare in Love (John Madden, 1998). En esta ocasión le tocó al propio William Shakespeare ser el protagonista en la pantalla a partir de una historia de amor protagonizada por Joseph Fiennes en el papel del dramaturgo y Gwyneth Patrol en juego equívoco masculino-femenino y que acabaría llevándose el gato al agua con Oscar incluido.Cleopatra (J.L. Mankiewicz, 1962). Aunque los múltiples avatares que rodean el rodaje de la pelicula, incluido el flechazo o terremoto amoroso entre Richard Burton y Elizabeth, han acabado dejando en un lugar secundario el nombre de Shakespeare, las palabras del escritor servirán de nutriente argumental para esta superproducción que a punto estuvo de hundir a la Fox.West Side Story (Robert Wise &Jerome Robbins, 1961). Trasladar a las calles de Nueva York las disputas de los Capuletos y Montescos con música de Leonard Bernstein y letras de Stephen Sondheim, coreografía de Jerome Robbins y excelentes bailarines, acabaría dando una de las grandes comedias musicales contemporáneas que abría una nueva era al musical del Hollywood.