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El salón de la casa de la diseñadora. Según Raben, los muebles –desde el sofá contemporáneo hasta la mesa de hierro y madera de Fil de Fer o las cerámicas rastreadas en Bali– son, sin ser únicos, especiales. “Su impronta actual procede de la gente que los habita”. Como la artista pasa la mitad del año viajando, su apartamento es la casa de huéspedes de sus amigos, entre los que destaca el diseñador australiano Peter Laughton.
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Espacios de vínculos emocionales

La vivienda de Copenhague de Birgitte Raben logra conjugar la simplicidad nórdica con el exotismo asiático. Durante la mitad del año, la diseñadora de moda e interiores busca inspiración en Oriente para comprender “otras dimensiones de ser mujer”. Los ángulos rectos de la arquitectura se compensan con las curvas del mobiliario.

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