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Menos es más

En los supermercados hay dos tipos de personas: los que analizan al detalle cada uno de los productos para escoger el mejor bote de tomate o el mejor congelado o los que echan un vistazo entre varios productos y se deciden por el que más les dicta su intuición. Los primeros no actúan así porque necesiten ahorrar hasta el último céntimo o porque quieran echar la tarde en el supermercado. No, lo hacen porque quieren pensar que son los reyes del mambo en cada una de las decisiones que tomen, aunque sea en el bote del kétchup. Este tipo de perfil son “maximizadores”, según el profesor de psicología Barry Schwartz, frente a los “satisfactores”, es decir, los del segundo grupo, que buscan algo razonablemente bueno y con ello, se conforman. Y lo más interesante, ser maximizador o satisfactor tiene consecuencias más allá de la lista de la compra que hagamos.

Schwart publicó un famoso libro con un título tan desconcertante como “Por qué más es menos”. Parece que los seres humanos somos seres racionales, pero hasta un límite. Nuestra capacidad de procesar información no es ilimitada, así como no lo es nuestra capacidad de esfuerzo. Los maximizadores tienen la fantasía de que si buscan y buscan, encontrarán la excelencia, pero en un mundo como el actual, que todo van tan rápido, que siempre sale algo nuevo que sorprende, es una actitud poco recomendable. Porque su forma de pensar les lleva a que una vez han tomado una decisión, siguen con el “run run” pensando que quizá habría otra opción mejor. Según Schwart los maximizadores terminan siendo más infelices porque actúan así en todos los ámbitos de la vida donde se presenta la dificultad de elegir. Les ocurre con la pareja, en el trabajo, con el piso… Nunca están del todo satisfechos con lo que tienen debido a esa sensación insaciable, esa incertidumbre que contrasta con la felicidad que logra el satisfactor cuando cree haber encontrado algo que se ajusta a sus pretensiones. Una breve matización: ser satisfactor no significa ser un pasota, que todo vale. Significa analizar, que no escrutar, decidir con criterios racionales o intuitivos, pero no abrir la caja de las dudas una vez tomada la decisión.

Reconozcámoslo: todos convivimos en nuestro interior con un maximizador y un satisfactor (y lo siento por las palabrejas). En algunas personas el maximizador tiene una fuerza tal que deja eclipsado al otro, pero no olvidemos un lema. En lo que tiene que ver con la felicidad, menos es más. Llenarnos de artilugios no nos ayuda a ser felices, como tampoco el tiempo que invirtamos en devanarnos los sesos en decisiones intrascendentes. Nuestro tiempo y la energía de nuestros pensamientos son recursos realmente escasos y tenemos que ser conscientes en qué lo invertimos (dudo mucho que cuando nos estemos muriendo nos arrepintamos de no haber comprado un mejor bote de kétchup). Lo que nos da plenitud son otras cosas, pero si estamos entretenidos buscando la excelencia en el cien por cien de lo que hacemos, estamos lejos de sentirnos bien con nosotros mismos. El pepito grillo de nuestra mente necesitamos aprender a acallarlo un poco y confiar más en nuestra intuición, aceptar que habrá veces que acertemos, otras que fallemos, pero esto es vivir y no hay que estresarse por ello.

Fuente imagen: Flickr

Comentarios

No creo qua haya tanto stress, tu misma los has dicho, en nosotros mismos existe o pueden existir un maximizador y un satisfactor, para según que preferencias podemos ser uno u otro; pero lo que yo realmente me pregunto es :¿porqué no se debaten todos estos temas en los medios de comunicación de una forma más habitual y con un sentido positivo, para dar un poco de felicidad a toda la gente que la necesitamos y que tu tan científicamente has titulado en tu post?
Virtudes, el problema no está en los medios de comunicación, el problema está en la mente del pensante. Por ello, el juego de los vocablos resulta maravilloso: mas es la suma de muchos menos, y menos es su inversa. Quizás, por eso Sancho Panza era muy feliz con su enorme panza... luego, mas barriga, mas felicidad. El Quijote era muy iluso con su gran ilusión de un mundo de molinos de vientos... luego mas ilusión mas felicidad. ¿Cómo convertir el mas en menos?. La respuesta es fácil: comer menos para bajar la barriga y pensar menos para vaciar un poco la cabeza.
Hahahahaha, RAMÓN, me hizo gracia!!! Gracias, desde hace 3 dias que tudo és seriedad en mi entorno.
O también comer mucho,pero todos alimentos ligths, con lo cual sigues siendo un Sancho pero sin panza y pensar más pero en otras cosas más divertidas que te alegren el alma, para ser un Don Quijote menos obsesivo, es que ahora puedes elegir lo que quieras, cuando quieras y como quieras que te ayudan a ser feliz.
En la vida, como en las personas, la satisfacción -y las buenas noticias- dependen de pequeñas acciones. Las buenas noticias dependen de ti http://wp.me/p5lqd6-X
Sí, menos és más siempre. P ej: ropas y sapatos: Para que tenert tantas? todas van a ficar llenas de ácaros e hongos, muy bueno para los alergologos Yo me quedo incrédula cuando viajo y veo las personas con 5000 fotos de una viaje de 15 dias. Para que?Como administar 5000 fotos? Sólo saco 20 fotosen una viaje de 15 dias o no disfruto nada de nada. Las personas preguntan: Por que no sacas más fotos? Porque quiero sentir el lugar, dentro de mi! Algunas personas dicen: Que extraño!A me tambien me intriga los politicos que roban y la avaricia exagerada. Para que robar tanto? Para que una persona quiere tener más que 1 million de euros?
Gracias Virtudes. Estos temas poco a poco van entrando, quizá más despacio de lo que deseamos, pero van que es lo importante.Gracias Ramón por tus elocuentes y sensatas palabras, que han animado este foro.Gracias Paula y Bilma por vuestra alegría y sentido del humor.Gracias José por tu acertada reflexión.Gracias Sherezade por tus preguntas al aire que tantos nos hacemos y en cuya raíz puede estar el miedo a la vida... pero ese es otro tema :)Y muchas gracias a todos por vuestra participación y feliz semana!!!!

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