La revolución de la cocina de Perú no es culinaria es estética. Y no ha transformado el aspecto de unos platos, sino la autoestima de un país
Abajo, chirimoya con arcilla comestible, una de las creaciones estrella de Central Restaurante, ubicado en Lima, del chef y empresario peruano Virgilio Martínez.Ana NanceLas cocinas del restaurante La Barra, situado en la Casa Moreyra, un histórico edificio, y que dirige el chef Diego Muñoz.Ana NanceLa chef Mónica Kisic, en las cocinas del restaurante IK, en Lima, donde empezó.Ana Nance'Cuy-san', plato del restaurante Maido.Ana NanceCalamar en su coral, de Virgilio Martínez.Ana NanceEl cocinero Tomás Toshi Matsufuji enseña uno de sus platos en su local Al Toke Pez, un puesto de comida peruana en Lima.Ana NanceEl Cielo, un proyecto de Gastón Acurio y Astrid Gutsche.Ana NanceBomba de chocolate del restaurante La Barra.Ana NanceLeche de tigre, del chef Virgilio Martínez.Ana NanceRestaurante Fiesta, en Lima.Ana NanceVieiras con zapallo loche (una hortaliza) de Virgilio Martínez.Ana NanceGastón Acurio (a la derecha) y un amigo, en La Picantería, restaurante que el también cocinero peruano Héctor Solís (a la izquierda) regenta en Lima.Ana NanceAnticuchada, plato de Panchita, de Gastón Acurio.Ana NanceCeviche a la parrilla.Ana Nance
