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Cuando hablar del tiempo es una cosa muy seria

Los vecinos de Miami cuentan los días para que acabe la temporada de huracanes

Luis Barbero

¿Quién no ha hablado alguna vez del tiempo para iniciar una conversación? Hablar del tiempo es una especie de código universal con el que todo el mundo se siente cómodo. Sirve en el ascensor, en la cola del supermercado o en una reunión formal de trabajo. Se trata de un tema trivial, pero hay lugares del planeta en los que hablar del tiempo es una cosa muy seria. Por ejemplo, en Miami. Es cierto que el clima en esta ciudad del sureste de Estados Unidos es agradable la mayor parte del año y que el mayor inconveniente es la enorme humedad, sobre todo en los meses de verano.

Este clima benigno, no obstante, no oculta la inquietud que se vive cada año cuando llega la temporada de huracanes, que empieza en junio y acaba en noviembre. Los vecinos de la ciudad, los medios de comunicación y las autoridades locales están muy pendientes de las tormentas tropicales que se forman en el océano Atlántico y rezan para que no se acerquen a las costas de Florida. Esta temporada, el Centro Nacional de Huracanes de EE UU, ubicado en Miami, ha registrado 11 tormentas tropicales o huracanes en el Atlántico. La mayoría se disipa en el mar en pocos días, pero el último fenómeno atmosférico, el huracán Joaquín, ha causado enormes estragos en Carolina del Sur y la desaparición de un carguero cerca de las islas Bahamas.

Tras numerosas sacudidas en su historia, Miami es una ciudad mentalizada para afrontar los huracanes. Cuando la amenaza toma cuerpo, sus habitantes acuden a los supermercados a comprar agua, comida en lata o pilas para la radio; comprueban las persianas antihuracanes de las viviendas y revisan los planes de evacuación. Todo se hace de forma sistemática, sin prisas, sin nervios, sabiendo que puede ocurrir o no, pero que lo mejor es estar preparado. En la memoria de los más mayores están el huracán Wilma de 2005 o el devastador Andrew de 1992, que arrasó la ciudad. “Mejor no vivirlo”, suelen decir los vecinos de Miami, que van descontando hojas al calendario para que empiece el buen tiempo.

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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