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Somos nilóticos

'We are Nilotic' es una campaña de la supermodelo sursudanesa Nykhor Paul Quiere acabar con las divisiones étnicas y fomentar la paz en su país

Imagen de la campaña We Are Nilotic.
Imagen de la campaña We Are Nilotic.

Hoy es una súper modelo internacional que gana millones de dólares, pero la sursudanesa Nykhor Paul, de 25 años, no olvida sus orígenes. Huyó de su país a causa de la guerra cuando aún era una niña. Después de vivir en un campo de refugiados de Etiopía, a los nueve años fue adoptada por una pareja estadounidense. Dejar atrás a su familia no le fue fácil. Ahora, aprovechando el poder mediático que le ha granjeado su éxito, utiliza su imagen para denunciar la vulneración de los derechos humanos en su país natal, donde aún se encuentra toda su familia biológica. Reuniendo a modelos, músicos y famosos de Sudán del Sur, Nykhor lanzó el año pasado una campaña para sensibilizar tanto a la población del país como al resto del mundo: Somos nilóticos o We Are Nilotic. “Somos gente del Nilo. Los primeros pasos de la humanidad se dieron aquí”, aclara la modelo.

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La independencia se convirtió en un sueño marchito en Sudán del Sur. Tras décadas de lucha, después de conseguir un Estado propio y un pequeño periodo de sosiego en 2011, casi dos años de guerra civil han llevado a su población a una de las peores crisis humanitarias del planeta. Desde que estallara el conflicto, en diciembre de 2013, han muerto miles de personas. La inseguridad alimentaria vapulea a 4,6 millones de sursudaneses —el 40% del país. Y tanto la carencia de alimentos como la violencia han desplazado a 2,2 millones de personas, según la Organización Internacional para las Migraciones,

El pasado 26 de agosto, el presidente Salva Kiir firmaba un acuerdo de paz con el que se compromete a pacificar el país para los próximos 20 meses. Pero hace escasas semanas el periódico New Nation perdió a uno de sus periodistas, Peter Moi, asesinado a sangre fría después de que el presidente amenazara a todo aquel que se posicionara en contra del Gobierno de Juba. Sólo en 2015, siete periodistas han sido asesinados en el país por las mismas razones. “La falta de libertades afectará el proceso de paz porque los ciudadanos no se sienten seguros ni protegidos. En Sudán del Sur nadie puede expresarse sin temer que una bala atraviese su cráneo. [El presidente] Kiir intimida a su población y no tiene ninguna vergüenza de que la gente sepa que va a matarlos si expresan su disidencia. No se puede tener un ambiente de hostilidad y miedo y esperar que la paz nazca de las cenizas de las personas asesinadas”, reivindica con voz firme Paul.

Según Paul, todos tenemos una responsabilidad en lo que está pasando en Sudán del Sur. “Nuestra campaña hace un llamamiento a reconocer que toda la humanidad surge de aquí y que por lo tanto, todos tenemos un ancestro común, una lengua común, costumbres e identidades anteriores a la formación de diferentes grupos nacionales. La humanidad surge del Nilo y no podemos permitir lo que está sucediendo en la región”, reivindica Nykhor, afincada en Estados Unidos.

Abrazar el diálogo, combatir el tribalismo

Se trata, según la maniquí, de reconocer y abrazar la diversidad cultural y acabar con las viejas prácticas heredadas del colonialismo. “Tanto europeos como árabes explotaron las diferencias entre nuestros pueblos en beneficio propio. Ciertos grupos recibieron beneficios por parte de los colonos, como socios comerciales y, así, se abrió una brecha que determinó las frágiles relaciones ya existentes entre nosotros. El actual Gobierno ha adoptado los mismos comportamientos que establecieron nuestros opresores, y en lugar de fomentar la armonía, ha creado un conflicto tribal liderado por un grupo étnico a expensas de otros. Necesitamos un verdadero Gobierno que refleje nuestra diversidad. No podemos seguir viviendo bajo el etnocentrismo que se nos impuso durante la colonización”, reclama la también Embajadora del Comité Internacional de Rescate, una organización de ayuda a las personas cuyas vidas y medios de vida están en peligro a causa de conflictos bélicos.

Imagen de la campaña.
Imagen de la campaña.

La óptica del tribalismo es recurrente en el análisis de los conflictos en África. En el caso de Sudán del Sur, el conflicto se analiza de esta forma: Dinkas, —la etnia del presidente Salva Kiir, que representa al grupo mayoritario del país con un 35.8% de la población sursudanesa—, contra Nuers, —el 15.6% de la población—. Sin embargo, la categorización europea de étnia o tribu, instrumento colonial para identificar socios y clientes en las zonas de interés, solo ha generado conflictos políticos entre los distintos grupos nacionales. “Desde We Are Nilotic creemos que hay que fomentar el debate sobre la cuestión del tribalismo. ¿Por qué somos tribales? ¿En qué ha desemboca este tribalismo? Estas son las preguntas que la comunidad debe explorar y entender. Hay que proporcionar lugares seguros para que los ciudadanos puedan cuestionarse la realidad y empezar a sanar las heridas que se han generado por culpa de este tipo de conceptos tan dañinos”, explica la supermodelo.

A pesar de que hay factores geopolíticos ligados a los recursos naturales de la región, en especial, al petróleo, el reduccionismo al tribalismo sigue imperando como análisis de fondo en el conflicto. Wesseling lo definió en su célebre obra Divide y vencerás como una estrategia para el reparto de África. Pero Nykhor y el equipo de We Are Nilotic se niegan a seguir aceptando las divisiones étnicas como inherentes a los conflictos de la región. “Si uno mira de cerca la política internacional en Sudán del Sur, no encontrará más que el tribalismo europeo encubierto en el nombre del comercio y la economía”, denuncia.

Gracias al apoyo de sursudaneses eminentes como el cantante y ex-niño soldado Emmanuel Jal, las modelos Ajak Deng y Eligha Ojoko o el actor Ger Duany, We Are Nilotic está llevando a cabo una labor de sensibilización indispensable entre los refugiados por el conflicto y entre la comunidad que está sufriendo las consecuencias de la guerra en terreno. “We Are Nilotic es un movimiento para la paz. Voces de todo Sudán del Sur se han involucrado, pero también la comunidad internacional ha contribuido al éxito de esta campaña”, reconoce la joven. “Estamos trabajando para la construcción y la rehabilitación de la nación. Pero entendemos que cualquier transformación vendrá desde la propia Sudán del Sur. Los sursudaneses quieren paz, estabilidad y bienestar. Y nuestra labor consiste en contarle al mundo cualquier abuso que impida que esto se produzca”, explica la impulsora del proyecto.

Mujeres, nilóticas y comprometidas

Los abusos hacia mujeres y niñas en Sudán del Sur han alcanzado unos niveles de brutalidad atroz. Las mujeres, un 60% de la población, han sido las principales víctimas del conflicto. El Observatorio de Derechos Humanos publicaba hace escasamente dos meses un informe donde evidenciaba asesinatos, raptos, abusos y violaciones a mujeres y niñas en diferentes puntos del país, incluso en los campos de refugiados de las Naciones Unidas.

“Las mujeres son las más vulnerables en situaciones de guerra. No tienen voz. En Sudán del Sur, sus cuerpos se han convertido en tableros del juego entre las fuerzas del Gobierno y de la oposición para ejercer su control, pero también para imponer el patriarcado. Son violadas, quemadas y descuartizadas”, afirma la activista. Medios como Aljazeera ya han denunciado en repetidas ocasiones la brutalidad ejercida contra las mujeres en el conflicto del país africano. Pero en We Are Nilotic se lamentan de que la vulnerabilidad de las mujeres se mantendrá aunque la escalada de violencia cese. “Las mujeres seguirán estando en situación de peligro de forma sistemática. Sus derechos todavía no se han tratado de forma seria”, se lamenta Nykhor.

En un sano ejercicio de terapia colectiva, Nykhor Paul reunió a diferentes mujeres que huyeron del conflicto del Sudán del Sur para compartir sus experiencias, sanar sus heridas y sobre todo, sensibilizar a la audiencia internacional sobre el conflicto que vive el país.

La joven modelo no solamente se posiciona en defensa de las mujeres sursudanesas en este conflicto. Su voz se ha hecho escuchar recientemente por criticar el etnocentrismo imperante en las pasarelas, su propio terreno de guerra. “En el campo de la moda, las representaciones que nos encontramos reflejan el poder económico de los países. Si hay más modelos blancos es porque el dinero y el poder del mundo occidental sigue rigiendo. Los países occidentales siguen dominando el mundo político, social y económico. Y si ellos son los poderosos, ellos determinan los ideales imperantes, ya sea a través de los medios, la literatura, el cine o las revistas”, opina.

Desde su posición privilegiada, Nykhor ha optado por utilizar todos los medios que tiene a mano para contribuir a crear una sociedad mejor. Un mundo en el que se reconozca nuestras diferencias como riquezas, y nuestras similitudes como espejos que nos muestran al otro como igual. Este es el sueño de Somos Nilóticos.

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