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El tomo 'Chernóbil. La Zona' (2011), un homenaje a las víctimas de la tragedia nuclear ucrania, fue lo que convenció a Natacha Bustos de dedicarse en cuerpo y alma a dibujar cómic, "mientras cobraba el paro". El trabajo del guionista Francisco Sánchez era de encargo, pero le abrió las puertas de un mundo desconocido: le hacían entrevistas y lo vendieron a mercados extranjeros como el japonés. "Fue un momento 'Lost in Translation". También les señalaron, sin embargo, de oportunistas, al coincidir en el tiempo con la tragedia de Fukushima. "Llevábamos dos años trabajando en él".
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Los héroes y heroínas de Natacha Bustos

La nueva dibujante española de Marvel se estrena con una serie de una niña afroamericana y un dinosaurio, pero su carrera es más variada

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