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Tentaciones
EL ANTICRÍTICO GASTRONÓMICO

¿Salir en Madrid con sólo 30 euros?

Sí, es posible. Demostramos que se puede beber, comer e incluso bailar con tres billetes rojos

Foto: petisqueiramadrid.blogspot.com.es/
Foto: petisqueiramadrid.blogspot.com.es/

Hace unos días, uno de vosotros me escribió para decirme que con 30 euros era capaz de salir a cenar y agarrarse la cogorza del siglo hasta caer fulminado con la apertura del metro. La verdad es que en tiempos de crisis no sólo nosotros nos ajustamos el cinturón hasta ponernos la cara azul, sino que también restaurantes y garitos nos apedrean con una oferta suculenta que puede ser un arma de doble filo. Pero una cosa sí que es ciert: puedes salir con 30 euros y regresar a casa al amanecer bailando y quitándote lo bailao. Eso sí, abróchense los cinturones aquellos de estómago delicado porque en el low cost no existen las primeras marcas. NO EXISTEN.

Paso 1: Cenar con la tapa es ahorrar disgustos

La manera más económica de despertar los niveles del PH, como dicen algunos en la jerga del salir, es llenando la barriga. Es importante dosificar el presupuesto que tenemos en la cena si después queremos chuzarnos con cubateo. En el artículo de bares cutres de viejos ya os adelanté una serie de sitios por donde alternar sin apenas gastar 10 euros. Es importante que planifiquéis la zona de tapeo cerca de donde después comencéis la fiesta; el transporte también cuesta dinero. Con esta limitación, y si vuestro destino es el centro, podéis recurrir a la tapa de franquicia que, a pesar de que somos detractores, siempre da resultado cuando queremos llenar el hambre con comida aunque sea basura. Pero hay otras opciones más molonas.

En la calle Mejía Lequerica tienes la opción del Petisqueira II, un sitio en el que la caña es cara pero la tapa es una obscenidad de grande. Con 7 euros tienes para 4 cervezas, y cuatro tapas que fácilmente pueden ser una hamburguesa, un sándwich mixto, un plato de albóndigas con papas y un mini bocadillo de chorizo. Os puedo asegurar que con esa cantidad de comida salís servidos. Si sois de poco comer y mucho beber, siempre podéis invertir el presupuesto inicial en el Pequeños Placeres, que está en la misma calle, y donde la doble cuesta 1,80 y podéis acompañarlo con un sándwich o un perrito. La caña 0,90 y las copas a 4 euros; si hacéis las cuentas podéis gastaros 9 euros y os da para unas cuantas cervezas, algo para cenar e incluso la primera copa

Paso 2: La moda del Drinking Kebab vs el bar de siempre

Lo más socorrido para iniciar nuestra andadura y con la pasta que tenemos es ir buscando por la zona en la que nos movamos el ofertón. Recuerdo que sitios como el Drinking en Cardenal Cisneros, ya cerrado, ofrecía hasta hace poco 3 copas por 12 euros con marcas que ellos ponían. Si callejeamos por Malasaña, podemos tajarnos un poco más en dos grandes iconos de la fritanga: el Bar Prado y el Bar Lozano. Podemos por poco más de 10 euros tomarnos tres copas más, pero al llegar a casa, la ropa despedirá una peste a calamar requemado que no será fácil de olvidar

Nos restan 21 euros, no queremos oler a choto y apenas son las doce de la noche. Llevamos en el cuerpo una caña, dos dobles y un copazo; estamos sacando rendimiento a nuestra pasta, bravo. El siguiente paso es buscar la oferta más suculenta. Y aquí planteamos varias opciones. Una de ellas es la de tomar las copas en los bares de siempre y otra optar por una nueva moda, la de la "tajada en el kebab". Justo frente al teatro Lara, podéis encontrar uno en el que los cubatas no llegan a 4 euros, aunque esta oferta es extrapolable a cualquier kebab de la geografía española que tenga destilados ricos para el postre. Como desde donde estábamos nos hemos movido hacia Malasaña, si vamos con algo más de tiempo siempre podemos hacer parada en El Palentino, el sitio donde quedamos siempre con los colegas y donde nos podemos tomar los gin tonics por tan sólo 3 euros. Resultado: Me he gastado 9 euros y me he metido 3 copazos más para el cuerpo.

Paso 3: Bailar y quemar la pasta.

Llegados a este nivel, hemos llegado casi a las tres de la mañana y nos damos cuenta de que llevamos un buen puntillo y aún nos queda un billete de color rojo. Necesitamos bailar para bajar un poco la torrija y hacer algo de tiempo para fulminar los 12 euros que nos quedan. Es más que probable que alguno de vosotros no pueda continuar y decida emplear lo que queda en un taxi para dormir la papa hasta el día siguiente, pero los que nos quedamos a partir la noche en mil pedazos ya nos viene sin cuidado. Nos enfrentamos a dos problemas: que el sitio al que vayamos nos cobre por entrar y sólo nos reste para una copa y poco más o bien que encontremos un sitio donde aún podamos estirar el presupuesto para dos copitas pero haya una cola para entrar para suicidarse. La mejor opción es la segunda, sin dramas. Emplea un euro en comprarle al chino que pase por la calle una cerveza para hacer tiempo mientras esperas y así evitar la deshidratación.

La Vía Láctea, El Barco o incluso el Taboo podrían ser opciones si no os importa criar malvas esperando en la puerta o saborear cubatas a prueba de bomba atómica. Míticas salas como Cool o Wind seguramente te bombardeen en las redes sociales ofreciendo sus listas de puerta gratis (quizás hasta las 02:00), muy a tenerlo en cuenta si queréis ahorraros los 12 y hasta 15 euros que te pueden soplar para entrar. Llegados a este punto hay que jugar con la pasta que uno tiene y el tiempo que le queda para poder dar de sí el resto de la noche. Y aunque hay miles de combinaciones diferentes, ¿cuál es la vuestra?

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