¿Quién puede presumir de tener una esquirla de bala alojada junto al corazón? Pocas vidas resultan tan literarias como la de Gino Paoli. Sus romances con Ornella Vanoni y Stefania Sandreli fueron sonados, y algunas de sus canciones, como ‘Sapore di sale’ o ‘Senza fine,’ consideradas como la mejor música italiana de los sesenta, perviven en eso que algunos definen como la efímera eternidad. El amor, el mar y las preguntas son los conceptos sobre los que ha articulado sus grandes éxitos. Paoli recibe el día 20, en Cartagena, el premio a toda su carrera.
La relación de Gino Paoli y Ornella Vanoni, una de las grandes señoras de la canción italiana, hizo correr ríos de tinta. Para ella compuso 'Sapore di sale' en una playa siciliana, en un instante de plenitud inigualable.OlycomMeses después de aquella intensidad, el músico intentó quitarse la vida disparándose en el corazón. Nunca ha querido aclarar qué motivó su tentativa de suicido, aunque reconoció que fue por amor. En la imagen es trasladado al hospital.OlycomNo es fácil encontrar fotos del músico sin un cigarrillo entre los dedos, hasta en su página web se distingue una nube de humo. Esta fotografía fue tomada en su casa de Génova en los años sesenta, los mejores como compositor.Angelo Deligio (Getty)Paoli se ha casado en tres ocasiones y tiene cuatro hijos. A sus mujeres y a sus amantes les ha dedicado buena parte de sus canciones. De los cientos que llevan su firma, se le conoce, sobre todo, por sus temas de amor. En esta escena, tomada en los años sesenta, el compositor italiano con Ricky Gianco a la guitarra y su primera esposa, Anna Maria Fabbri.Mondadori (Getty)Junto a su esposa, Paola Penzo, y sus cuatro hijos, en su casa de Génova, el 1 de enero de 1992, a los pocos días del nacimiento del pequeño. De fondo, algunos de los cuadros firmados por Paoli en sus años de juventud cuando aún no se había decantado por la música.Mondadori (Getty)Con más de 50 discos a sus espaldas, el músico italiano reconoce tener un método para componer, aunque siempre se mueve del lado de las emociones. En la foto, en el Festival de San Remo en 1961.Mondadori (Getty)