_
_
_
_
CLAVES
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Satisfacción repúblicana

Soy un monárquico de ocasión, dispuesto a cambiar de bando en cuanto así lo exija el ambiente

Jorge M. Reverte

No voy a tirarme el farol de tener una militancia republicana muy acendrada. Digamos que me conformo con una discreta predilección, sobre todo después de años de trabajar en el estudio de los tiempos republicanos y no haber encontrado grandes motivos de satisfacción históricos salvo por lo que se refiere a que la República acabó con muchos años de una monarquía corrupta e inculta.

Soy un monárquico de ocasión, dispuesto a cambiar de bando en cuanto así lo exija el ambiente. Por ello, la única vez en que he tenido oportunidad le ofrecí a Felipe VI, cuando aún era opositor al puesto, que se presentara a presidente de República, que es un puesto menos elegante, pero tiene sus ventajas. Cuatro años de empleo fijo, si no hay un militar encanallado que quiera acabarlos antes, y un buen sueldo a discutir. La vivienda garantizada en un buen palacio, y un despachito, secretaria y coche con chófer, con más garantías escritas que las que le dieron a Leguina. Todo eso a cambio de ahorrarnos la discusión sobre Monarquía o República.

Y ahora va Felipe VI y nos da dos satisfacciones seguidas que nos descolocan. Primero fue lo de La Nueve, los honores en Francia a la compañía de republicanos (ni comunistas, ni socialistas, ni anarquistas) que fueron los primeros en entrar en París. No liberaron París, pero Leclerc les dejó entrar los primeros porque era un hombre sensible. Felipe VI honró su memoria como republicanos, en presencia, todo hay que decirlo, de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, lo más parecido a un soldado de La Nueve que había en Francia. Hay que reconocérselo a los franceses, también esto, ese homenaje a gente tan sencilla acompañado de la presencia de un rey que es casi republicano.

Ahora ha llegado la segunda oportunidad para rematar la faena. En México, ha brindado por el país que acogió a todos los republicanos que pudo después de la Guerra Civil. Yo, con estas dos actuaciones ya le perdonaría casi cualquier cosa. No es un Borbón como solían serlo.

Me gustaría que, para coronar, asistiera a un homenaje a Azaña. Alcalá está aquí mismo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_