Estas alcaldesas ya han hecho historia
Son las elecciones municipales más en femenino (Colau, Carmena, Aguirre...). Otras ya han dejado huella en los consistorios del mundo. Contamos su luchadora vida
Sufragistas, prohibicionistas, hijas de inmigrantes, víctimas de la violencia sectaria, aristócratas y monjas bolcheviques. Ahora que se celebran unas elecciones municipales más en clave femenina que nunca (¿será Ada Colau la alcaldesa de Barcelona?; ¿cómo quedará la lucha por Madrid entre Esperanza Aguirre y Manuela Carmena?), hemos querido repasar las vidas de una serie de alcaldesas pioneras y que dejaron una profunda huella en los consistorios que les tocó presidir. Las mejores, las más influyentes o las primeras en su género.
BANDERA DE LA DEMOCRACIA EN ALEMANIA: LOUISE SCHROEDER (1887-1957)
Berlín le ha dedicado una plaza en el distrito de Wedding. Un más que merecido homenaje a esta catedrática universitaria y líder destacada del Partido Socialdemócrata que contribuyó a llevar la democracia a Alemania dos veces, una tras la I Guerra Mundial, cuando fue la diputada más joven de la Asamblea Constituyente de la República de Weimar, y otra 26 años después, tras la II Guerra Mundial, cuando accedió al cargo de alcaldesa de Berlín Oeste. A Schroeder, hija de un obrero de la construcción y una vendedora de hortalizas, le tocó dirigir durante un periodo de poco más de dos años una ciudad reducida a escombros por la guerra, ocupada por tres ejércitos y sometida a un bloqueo soviético que obligó a abastecerla por vía aérea. Fue precisamente durante los meses del bloqueo, entre abril de 1948 y mayo de 1949, cuando esta intelectual que siempre se había sentido empujada a la política por las circunstancias enfermó de estrés y de fatiga y tuvo que ser sustituida por un alcalde interino.
ASESINADA POR COMBATIR AL ODIO: SAROJINI YOGESWARAN (1934-1998)
Decía la periodista italiana Oriana Fallaci que la primera figura humana que ves asomarse al balcón tras un bombardeo es casi siempre una mujer que riega las plantas o recoge los añicos de la ventana rota, contribuyendo así a restaurar el orden de la vida tras el estallido de violencia. Algo así intentó hacer Yogeswaran tras ganar en febrero de 1997 las elecciones a la alcaldía de Jaffna, la histórica capital tamil del norte de Sri Lanka. En su discurso de investidura afirmó que quería impulsar la cultura de la paz, contribuir a la concordia entre comunidades y luchar por la independencia de los territorios tamiles por medios exclusivamente pacíficos. Además, anunció que renunciaba a llevar escolta porque no quería que ningún arma se interpusiese entre ella y sus conciudadanos. Un mes más tarde, fue asesinada por dos jóvenes que la abordaron en plena calle, presuntos miembros del grupo insurgente Tigres de Liberación del Eelam Tamil, en lo que se interpretó como ajuste de cuentas entre las dos facciones del movimiento independentista, la intransigente y la moderada. La candidata que trató de recoger los añicos del odio sectario acabó, ella también, convertida en ventana rota.
LA PRIMERA ALCALDESA DEL MUNDO LIBRE: SUSANNA M. SALTER (1860-1961)
La que ha pasado a la historia como primera alcaldesa del mundo libre lo fue durante apenas un año y solo cobró un dólar por su servicio a la comunidad. Descendiente de colonos cuáqueros llegados de Gran Bretaña, esta mujer nacida en Ohio y licenciada en Agricultura se instaló con su familia en el minúsculo poblado de Argonia, Kansas, en 1883. Cuatro años más tarde optó a la alcaldía en representación del Partido Prohibicionista y la Liga de Las Mujeres Cristianas por la Templanza. ¿Cómo ganó aquellas elecciones? Al parecer, gracias al voto femenino y a su elocuente énfasis en el principal punto de su programa electoral: la prohición del consumo de alcohol en el término municipal de Argonia, un tema en absoluto menor si consideramos que por entonces casi todos los hombres del poblado llevaban armas y las trifulcas entre borrachos solían zanjarse a balazos. De su paso por la alcaldía no queda más memoria que el puñado de entrevistas que concedió a varios periódicos de la Costa Este y algún que otro corresponsal extranjero. En ellas se definía como una mujer cristiana dispuesta a poner un poco de orden en una comunidad en la que los hombres habían perdido de vista “la ley de Dios”. Vivió nada menos que 101 años.
LA ALCALDESA SANTA: MARIA SKOBTSOVA (1891-1945)
Cientos de mujeres han presidido ciudades de todo el mundo, pero solo una de ellas, la Madre Maria, aristócrata, poetisa y monja, ha sido canonizada después. Militante en su años mozos del Partido Socialista Revolucionario, Skobtsova era una joven radical que llegó a participar en un complot para asesinar al líder de su propio partido, Leon Trotsky, al que consideraba un traidor a la causa. Para evitar represalias, se refugió en Anapa, sur de Rusia, y fue allí cuando el triunfo de la Revolución Blochevique, en 1918, la convirtió en alcaldesa, la primera en la historia del Imperio Ruso. Poco después, el Ejército Blanco se apoderó de la ciudad y Maria fue juzgada por sus simpatías bolcheviques. En un espectacular giro de los acontecimientos, el hombre encargado de juzgarla fue su antiguo profesor, Daniel Skobtsov, un romántico incurable que, además de declararla inocente, se casaría con ella poco después. En años posteriores, la antigua blochevique se exilió en Francia, se ordenó monja y convirtió su piso de París en un particular convento de clausura desde el que colaboró con la resistencia anti-nazi durante la II Guerra Mundial. Murió en 1945 y fue canonizada años después por la Iglesia Ortodoxa.
LA PRIMERA DE ESPAÑA: MATILDE PÉREZ MOLLÁ (1858-1936)
La primera alcaldesa de España no lo fue por el voto popular, sino designada por el gobernador de la provincia de Alicante en octubre de 1924, durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera. En los seis años en que fue regidora de Cuatretondeta, Doña Matilde ("la vieja señora", como la llamaban también sus vecinos), heredera de una estirpe de agricultores y ganadores y viuda desde los 40 años, llevó a su pueblo el alumbrado eléctrico y construyó la primera carretera local, la que lleva a la vecina población de Gorga, a cinco kilómetros. En paralelo, esta mujer enérgica y de múltiples inquietudes formó un grupo de teatro, dio clases de piano e incluso escribió una serie de artículos costumbristas (“estampas de la vida rural”, se decía por enonces) para el diario Las provincias. Pudo optar al cargo de alcaldesa porque era mayor de 25 años, sabía leer y escribir y no estaba sometida “a autoridad paternal ni marital”, un triple requisito que al parecer cumplían muy pocas mujeres españolas de la época.
EL CARÁCTER DE 'MAMÁ' BERTHA KNIGHT LANDES (1868-1943)
Estados Unidos deberá esperar, como mínimo, a las elecciones de octubre de 2016 para que una mujer acceda al cargo de presidenta (quizá Hillary Clinton), pero ha tenido alcaldesas en sus principales ciudades desde mediados de los años 20. El mejor ejemplo de este desembarco de las mujer en las instituciones municipales tal vez sea Landes, célebre activista nacida en Ware, Massachussets, en 1868 y que fue elegida alcaldesa de Seattle casi 60 años más tarde, en 1926. Su campaña, apoyada activamente por los principales periódicos locales, fue una extraña aleación de femenismo militante y puritanismo extremo, con propuestas como la prohibición de los juegos de azar o la persecución activa de los bares clandestinos, los populares speakeasies. Cuentan las crónicas que Landes fue una gestora sensata y eficiente y que el ejercicio del cargo contribuyó a moderar sus ardores prohibicionistas. Sin embargo, su imagen de madre autoritaria y sobreprotectora, siempre dispuesta a regañar a sus díscolos conciudadanos, acabó perjudicándola cuando optó a la reelección en 1928 y fue derrotada por un desconocido, Frank Edwards. “Me voy con el trabajo a medio hacer, había que limpiar la ciudad y sigue estando aún muy sucia”, dejó dicho según salía por la puerta.
LA MUJER MÁS FAMOSA DE PARÍS: ANNE HIDALGO (1959)
Hija y nieta de socialistas y andaluces y nacida en San Fernando, Cádiz, en 1959, Hidalgo se convirtió el 5 de abril de 2014 en la mujer con mayor poder municipal de la historia: preside una gran capital europea, París, de 2.200.000 habitantes, tras derrotar en la segunda vuelta de unas elecciones más reñidas de lo esperado a la candidata conservadora Nathalie Kosciusko-Morizet. Según explicaba la propia Hidalgo en una entrevista reciente con The Guardian, fue su mentor, el antiguo alcalde de la ciudad Bertrand Delanöe, el encargado de anunciarle que iba a ser la primera mujer en ostentar la vara de mando de la capital de Francia: “Él es un pesimista crónico y se pasó los días anteriores a la segunda vuelta preparándome para lo peor, diciéndome que las encuestas mostraban una tendencia preocupante para nosotros y que podíamos perder. La tarde de las elecciones, mientras yo esperaba en casa intentando controlar los nervios, cada vez más sugestionada por sus pronósticos, Bertrand me llamó y me dijo con voz muy neutra: 'Anne, vas a ser alcaldesa de París'. Fue un momento liberador, sentí que me quitaba un enorme peso de encima”. Aunque ella misma reconoce que a continuación se sintió abrumada por un peso aún mayor: toda la parafernalia que lleva consigo ser alcaldesa de París.
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