El futuro del desarrollo sostenible para todos
En la UE, cerca del 85% de la población está a favor de la cooperación al desarrollo En España, nueve de cada diez cree importante ayudar a los países pobres
En poco más de siete meses, la comunidad internacional se reunirá para aprobar un nuevo marco mundial de desarrollo sostenible. Los preparativos para la cumbre de septiembre en Nueva York y la conferencia sobre el cambio climático de París, nos han ofrecido una oportunidad excepcional para revisar la forma en que la comunidad internacional trabaja conjuntamente para abordar el doble reto de la erradicación de la pobreza y el desarrollo sostenible. En 2015, todos debemos emprender lo que el secretario general de la ONU denominó el "camino de la dignidad": acabar con la pobreza y luchar contra la desigualdad, asegurar la salud y la inclusión de mujeres y niños, fomentar el conocimiento, desarrollar una economía fuerte, inclusiva y transformadora, proteger nuestros ecosistemas, promover sociedades seguras y pacíficas, y catalizar la solidaridad global en favor del desarrollo sostenible.
Es lo que los expertos de la ONU denominan Agenda de Desarrollo post-2015. Es una labor que seguirá a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, fijados en el año 2000 y que expiran este año, y a la conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible (Río+20) de 2012.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio son ocho objetivos cuantificables y con plazos establecidos para atajar la pobreza extrema, que han ayudado a salvar a muchos millones de personas de condiciones extremadamente difíciles. Pero aún queda mucho por hacer. Alrededor de mil millones de personas siguen viviendo en la extrema pobreza. Y persisten grandes retos ambientales: dos tercios de lo que la naturaleza nos aporta (tierras fértiles, océanos, agua potable y aire limpio) están en declive. El cambio climático y la pérdida de biodiversidad están próximos a los límites tras los cuales los efectos para la humanidad y el medio ambiente serían irreversibles.
La solución ahora propuesta (un conjunto de objetivos de desarrollo sostenible) ofrece al mundo la oportunidad de adoptar una nueva senda y aplicar una agenda global, que aborde tanto la erradicación de la pobreza como el desarrollo sostenible.
Los países desarrollados, incluidos los de la UE, deben cumplir su compromiso de destinar el 0,7 % a la cooperación internacional
Un elemento importante e innovador de las propuestas que se están debatiendo actualmente incluye el principio de universalidad. Tras quince años del nuevo milenio, las divisiones que antes parecían obvias están mucho menos claras. El nuevo marco debe tener en cuenta los cambios registrados en los equilibrios políticos y económicos entre los distintos países. Aunque los objetivos y las metas serán de aplicación para todos los países, incluidos los estados miembros de la UE, tienen en cuenta las diferentes circunstancias y niveles de desarrollo.
La aplicación de la Agenda post-2015 deberá apoyarse en una alianza mundial nueva y más sólida. Todos los agentes (públicos y privados, de todos los países) deben desempeñar un papel y contribuir con la parte que les corresponde al progreso nacional y mundial. La Unión Europea está resuelta a llevar adelante la agenda del desarrollo sostenible en el plano interno, y a promoverla activamente en el exterior.
El proceso ya está listo. La UE está preparándose para la Tercera Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo, que se celebrará en Addis Abeba en julio de 2015 y que debe ser un importante paso en el camino hacia la cumbre de las Naciones Unidas post-2015. Además de acordar el orden del día, tenemos que asegurarnos de que recibe el respaldo financiero y político adecuado para permitir que se apliquen los objetivos acordados.
La UE está resuelta a llevar adelante la agenda del desarrollo sostenible en el plano interno
La Comisión Europea ha establecido su posición en una propuesta sobre la posibles formas de la futura asociación, que incluye un conjunto de medidas que serán aplicadas por todos los países, en función de sus capacidades respectivas; propuestas sobre la forma en que todos los países podrían contribuir a una asociación de este tipo; y principios en favor de un mecanismo sólido y creíble para mantener revisiones y supervisiones a nivel nacional, regional y mundial.
Algunos elementos básicos serán un requisito sine qua non para lograr un marco eficaz. Una combinación adecuada de políticas, disposiciones legislativas y herramientas, buena gobernanza y más instituciones eficaces y capaces será esencial. La financiación también es clave: en el caso de los países en desarrollo este objetivo incluye la movilización y la utilización eficaz de los recursos públicos nacionales, con unas políticas económicas sólidas. Paralelamente, los donantes seguirán desempeñando un papel importante. Los países desarrollados, incluidos los de la UE, deben cumplir su ya prolongado compromiso de destinar el 0,7 % de su renta nacional bruta a la ayuda oficial al desarrollo. Y a medida que el estado de la economía mundial evolucione, los países con renta media-alta y las economías emergentes deben prepararse para contribuir más a la financiación, comprometiéndose con el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza.
Los europeos entienden la importancia de los problemas medioambientales y relacionados con la sostenibilidad. Estudios recientes muestran que la protección del medio ambiente es importante para el 95 % de la población. Los ciudadanos han manifestado que queda mucho por hacer para proteger el medio ambiente y que las grandes empresas, los Gobiernos y los ciudadanos no hacen lo suficiente. En toda la UE, cerca del 85 % de la población está a favor de la cooperación al desarrollo, y en España, pese a las recientes dificultades, nueve de cada diez encuestados aún afirman que es importante ayudar a las personas en los países en desarrollo. Esto es alentador y hará que los negociadores estén aún más decididos a garantizar el mejor acuerdo posible en nombre de los ciudadanos el próximo septiembre.
Los próximos meses serán decisivos. La reciente comunicación envía una señal clara de nuestro compromiso con el proceso posterior a 2015. Tenemos ante nosotros una gran oportunidad para marcar la diferencia en las vidas de millones de personas de algunos de los países más pobres del mundo y garantizar su futuro bienestar. Nuestro objetivo es alcanzar un acuerdo ambicioso y de largo alcance, que contribuya a garantizar una vida digna para todos los ciudadanos, con independencia de su lugar de residencia, en un planeta saludable, que pueda mantenernos a todos.
Frans Timmermans es vicepresidente primero de la Comisión Europea.
Federica Mogherini es alta representante y vicepresidenta de la CE.
Neven Mimica es el comisario europeo para la cooperación internacional y el desarrollo,
Karmenu Vella es el comisario de medio ambiente, asuntos marítimos y pesca.
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