La garnacha: de Aragón al mundo
Esta variedad mayoritaria del arco Mediterráneo es la uva de moda. Maltratada hace años, ahora está cotizada en el mundo
Llega la hora de la garnacha, una uva que ha sobrevivido durante siglos y que ahora abre sus puertas al mercado global del vino. Un concurso internacional dedicado a ella se celebra desde hace tres años en Perpiñán. Grenaches du Monde nació para comunicar al mundo que el origen de esta uva está en el Mediterráneo y debatir su presente y futuro. “Queremos tener una comunidad para conocer mejor las regiones de producción de garnacha y ligarlo a un concepto de enoturismo amplio”, comenta Fabrice Rieu, presidente del Consejo Interprofesional de Vinos del Rosellón, organismo impulsor del encuentro. A partir de 2016 se hará itinerante y Campo de Borja (Zaragoza) será su sede, a la que seguirá Cerdeña (Italia) y Terra Alta (Tarragona).
La garnacha sorprende por su versatilidad, juega al despiste con el catador hasta que su personalidad se apodera de los sentidos. Es una uva que pone en evidencia las particularidades de la tierra, la vinificación y tipos de vinos. “Es una paradoja”, dice Rieu, “su diversidad puede ser una debilidad, pero a la vez es su fortaleza porque la hace universal”.
El clima seco y cálido del Mediterráneo es el ambiente propicio para la garnacha. Originaria del este de España, la Corona de Aragón la expandió desde el siglo XII al XVII por Francia, Córcega, Cerdeña, sur de Italia, Sicilia, Grecia... Más tarde llegaría a Australia, África, California, Chile, Canadá y México. Hasta en Reino Unido hay plantaciones que ha permitido el cambio climático.
Se adapta muy bien a suelos pobres, aguanta el calor, aporta un buen grado alcohólico y color, es muy productiva e incluso puede plantarse hasta los 2.000 metros de altitud. Hace años tenía fama de producir vinos bastos, que no aguantaban en botella, con tendencia a la oxidación y que solo valían para mezclar con otras uvas. Eran tiempos donde las buenas condiciones de vinificación y el cuidado de la calidad brillaban por su ausencia.
“Era una variedad que nadie quería elaborar, ahora el 80% de las nuevas plantaciones son de garnacha tinta autóctona. Llevamos más de 25 años sacando la garnacha al mundo, exportamos el 70% de la producción. Hemos mejorado los vinos con el esfuerzo de los viticultores y de Aragón”, asegura Eduardo Ibáñez, presidente de la denominación de origen Campo de Borja. Hace cuatro años pusieron en marcha la Ruta de la Garnacha y trabajan en un proyecto de enoturismo global.
La uva, en datos
- Con la uva garnacha se elaboran vinos blancos, rosados, tintos, espumosos y muchos estilos de dulces.
- Variedades: garnacha tinta, blanca, roja, gris, tintorera y peluda.
- España es el país con más hectáreas de Garnacha, seguida de Francia e Italia.
- Aragón, Cataluña, Navarra, Rioja y Sierra de Gredos son las zonas con más concentración de esta variedad de uva.
- En DO Terra Alta el 85% de las plantaciones es garnacha blanca.
- Canadá y Estados Unidos son los principales mercados compradores.
- El concurso Garnachas del Mundo 2015 reunió en Perpiñán 485 vinos de 221 productores. Los vinos españoles recibieron 70 medallas, 64 los vinos franceses y 14 los italianos.
“Si es buena, es adictiva”, subraya Juan Cacho, catedrático emérito de Química Analítica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, fundador del Laboratorio de Análisis del Aroma y Enología (LAAE), que lleva más de 20 años investigando la variedad. “Hay algunas diferencias entre los tipos de garnacha, pero es como una familia, todos tienen un gesto en común, porque son de la misma rama genética”, explica. Reconoce que desde hace unos años está de moda, aunque “no hay tanto volumen de producción para todo lo que se asegura que es 100% garnacha”. La mezcla con otros vinos cambia mucho su personalidad original: aromas de grosella, fresa, mora, flores, hierbas aromáticas, frutos secos...
“Se pueden elaborar desde vinos jóvenes hasta vinos de guarda”, dicen sobre la versatilidad de esta uva los enólogos aragoneses Jesús y Jorge Navascués. “El vino está sujeto a modas y ahora le toca a la garnacha, pero más allá de eso es una uva que se adapta muy bien a lo que ahora demanda el consumidor: vinos elegantes, con fruta, fáciles de beber y sin exceso de concentración”.
Para que esa moda no sea efímera, se ha lanzado una campaña de promoción de tres años en Estados Unidos y Canadá. Está financiada por la Unión Europea, gestionada por Arex (Aragón Exterior) e impulsada por cuatro denominaciones de origen.
En otra escala, en 2012 se constituyó Terras de Garnatxes, asociación impulsada por el bodeguero Joan Ignasi Domènech (Vinyes Domènech, DO Montsant), como foro de debate e investigación para impulsar los vinos de calidad con esta uva.
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