Cómo seis diseñadores entienden la nueva masculinidad
Los tiempos de barbas y trajes llegan a su ocaso. Lo que hemos visto en la semana de la moda de París es una hombría nueva
Adiós, barbudo sensible. Hasta luego, gallito trajeado. Tanto jactarnos de la masculinidad convencional ha enfadado a alguien ahí arriba y ese alguien nos ha advertido que, en unos meses, debemos estar dispuestos a recapacitar. Todo empezó el lunes pasado, cuando Gucci presentó su primera colección sin Frida Giannini. Entonces no sabíamos dos cosas: primero, que su diseñador, Alessandro Michele, sería nombrado director creativo de la casa a los dos días; y segundo, que su exitosa idea de desdibujar la hombría también camparía a sus anchas por París. No es que solo hayamos visto androginia en dos semanas de desfiles (también ha habido guiños a lo militar, a lo industrial y al look oficinista de los años sesenta), pero es la tendencia que puede significar más cambios en el futuro.
De momento no parecemos habérnoslo tomado muy bien, porque durante los desfiles, desde el día G, surgieron bromas machistas (#mujercitas, por ejemplo, fue uno de los hashtags sugeridos para la cuestión), la eterna pregunta de "pero quién se pone eso" y la consiguiente respuesta de "es que las marcas lo necesitan para ser más cool". Así que permítanos romper una lanza: no es una falda todo lo que parece una falda, es bastante simplista hablar de ambigüedad sexual solo porque un hombre se ponga este tipo de prenda y, de todas formas, tampoco es la primera vez que vemos chavales vestidos de encaje sobre la pasarela. En realidad, la indefinición es solo parte de una historia más compleja que, a la vez, es bien simple: hay un grupo creciente de diseñadores que quieren acabar con el jersey gris, el vaquero negro y la dictadura del vestir normal.
Balmain
"BALMAIN ROYALTY", cantaba a los cuatro vientos el Instagram de Olivier Rousteing, el director creativo de la última antigua maison en saborear las mieles del éxito planetario. La línea masculina de la casa se alimenta a partes iguales de la colección para mujer, del estilo de las últimas estrellas del hip hop (Kanye West y Kim Kardashian protagonizan su última campaña) y del gusto por el exceso del joven diseñador. Así que ahí lo tienen: chaquetas cuajadas de piedras, como de príncipe medieval y conjuntos de cuero guateado buscan vestir a una nueva realeza. Nobles sin títulos pero con dinero (y sin miedo a los prejuicios de género).
Dior Homme
Puesto bajo la chaqueta asoma como una falda y por encima parece un chaleco largo, pero en realidad es una prenda pensada para servir de capa invisible extra entre el cuerpo y el abrigo cuando el frío arrecia. Nadie pensó nunca que el honrado y discreto warmer, prenda interior donde las haya, fuera tener un momento bajo el sol, pero Kris van Assche, el diseñador de Dior Homme, ha hecho de él la estrella de su colección. Y, de paso, se ha apuntado a la silueta masculina de 2015: chaqueta, sobrefalda y pantalón.
Rick Owens
Sería errar el tiro hablar de convencionalismos de género y moda en el caso de este norteamericano. Cada temporada, sus modelos recorren con aire ausente el Palais Chaillot, vestidos con ropas entre religiosas y posapocalípticas, en la cita oficial arriesgada de la capital francesa. Esta temporada los protagonistas han sido sayos y largas túnicas cubiertas con echarpes que descubrían de manera asimétrica el torso, las piernas y el sexo. Sí, el sexo. Los chicos de Owens no tuvieron problema en mostrar sus partes pudendas, libres del yugo de la ropa interior, a través de aberturas o bajo una falda más corta de lo normal. La liberación masculina, parece, pasa por quemar calzoncillos.
Saint Laurent Paris
Un conocido me explicaba por qué nunca se pierde el desfile de la casa francesa, que lidera en clave rock el diseñador Hedi Slimane, y que tradicionalmente cierra la semana de la moda de hombre de París. "La gente joven viste así en la realidad, y no como pretende este" (huelga decir que mi conocido se refería a otro respetadísimo diseñador, de cuyo desfile intentábamos salir). Una de las mayores virtudes de Slimane es diseñar ropa que parece sacada de una tienda de segunda mano y que no tiene tanto que ver con la moda como con las calles y los esterotipos del rock. En este sentido, el show fue milimétricamente perfecto, y los pantalones de cuero ajustadísimos, los toques plateados y las camisas con transparencias encajaban sin problema en una coctelera de épocas que abarca desde el glam de los setenta a la nueva ola de principios de los ochenta.
Dries Van Noten
Como decimos, es de primero de persona adulta pensar que decir faldas es hablar del armario de tu amiga. El diseñador belga colocó un cruce entre el kilt escocés y el delantal sobre los pantalones, que ha definido una de las siluetas de la temporada (eche un vistazo a Givenchy) y que se sumaban sin problema a un discurso estético con elementos tribales, punk, marineros y utilitarios. Si lo que busca es una prenda que efectivamente llevara al equívoco, un jersey azul marino con un profundísimo escote de pico era mucho más femenino que todas las faldas que se vieron en el desfile.
Loewe
"En realidad es todo una ilusión. Cogidas por separado, son prendas normales". Por mucho que en parte sea cierto, alguien cuya idea del riesgo sea ponerse un polo entre semana pensará que JW Anderson, el hombre que le ha sacudido el polvo a Loewe, no habla en serio. Pero es admirable pensar que un diseñador tiene tan poca consideración por los estereotipos sexuales que unas gafas-pantalla, un suéter de mohair con hilo dorado o una capa oversize forrada de borrego le parece algo apto para cualquiera. Evidentemente no lo es, pero sacar a Loewe del furgón de cola en lo que a creatividad se refiere pasa por este tipo de maniobras. Lo cual no quiere decir que dejen de vender corbatas; piense que las firmas clásicas fueron modernas en algún momento y que de ese momento se nutren en las etapas subsiguientes, así que en esta nueva etapa de Loewe sus corbatas, esa institución para el hombre español, solo pueden mejorar.
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