7 fotosRenovación y diálogoA punto de cumplirse dos años de la llegada de Francisco al papado, algo comienza a moverse en la Iglesia española. Nuevas caras y un afán de diálogo para una reforma que puede ser la segunda transición. 31 dic 2014 - 00:10CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEl arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, de 69 años, durante una celebración religiosa con jóvenes en la catedral de la Almudena, el 5 de diciembre de 2014.james rajotteLos tres hombres que tienen que iniciar la transición. A la izquierda, Carlos Osoro; junto a él, Ricardo Blázquez, y en el extremo de la derecha, José María Gil Tamayo.james rajotteUna imagen de la Conferencia Episcopal Española durante su asamblea plenaria el pasado 17 de noviembre. El presidente de la CEE, Ricardo Blázquez, responde a los medios de comunicación. Moderado, amable y con una gran inteligencia política, monseñor Blázquez debe gestionar el cambio.james rajotteFieles en una iglesia madrileña.james rajotteRicardo Blázquez, de 72 años, es arzobispo de Valladolid y presidente de la CEE, un cargo que él interpreta “como una forma de moderar el diálogo de los obispos españoles, no de mandar sobre ellos”. De origen conservador, teólogo y profesor con 15 libros publicados, sus 15 años como obispo de Bilbao, donde tuvo que presidir el funeral por Miguel Ángel Blanco y donde firmó una pastoral de obispos vascos contra la ilegalización de HB, cambiaron su talante. Es un cura a la antigua usanza, que fumaba Celtas y conduce su propio coche. “Son viajes que me dan mucho de sí; pienso, rezo, escucho música y tomo decisiones”. Tiene solo tres años para promover el cambio en la Iglesia española. De Francisco destaca su afán de diálogo, su buen talante y su capacidad de crear neologismos.james rajotteEn el centro de la imagen, Ricardo Blázquez (a la izquierda) conversa con su predecesor al frente de la CEE, el cardenal Antonio María Rouco Varela. Rouco ha sido durante 20 años arzobispo de Madrid y durante 15 presidente de la CEE. Nadie en la Iglesia contemporánea española ha amasado más poder que él. Al que habría que sumar su pertenencia desde 1998 a la Congregación de los Obispos, en el Vaticano, desde la que ha fiscalizado el nombramiento de los prelados españoles según su particular visión de la Iglesia. Tras la llegada de Francisco al papado, abandonó entre 2013 y 2014 todos sus cargos. En la CEE ha sido sustituido por un hombre de diálogo, Ricardo Blázquez, al frente de Madrid por un hombre de la calle, Carlos Osoro, y en la fábrica de obispos vaticana, por un prelado muy centrado en los temas sociales, Juan José Omella. Sus obispos más fieles han perdido una gran cuota de poder, pero todavía la mayor parte del episcopado español le debe la mitra.james rajotteEl nuevo arzobispo de Madrid y vicepresidente de la CEE, Carlos Osoro, de 69 años, posa para un selfie con un grupo de jóvenes durante la celebración de un acto religioso en la Almudena, el pasado 5 de diciembre. Osoro, que fue arzobispo de Valencia, es el hombre de Francisco para llevar a cabo el cambio. De vocación tardía, antiguo profesor de Matemáticas y Educación Física y cercano a miembros del PSOE como José Bono o Pedro Sánchez, Osoro es un hombre de acción, siempre a pie de calle, que está obligado a bregar con la primera diócesis de España, creada a imagen y semejanza de su predecesor, el cardenal Rouco. Todos dan por descontado su ascenso al capelo cardenalicio. Sin embargo, solo tiene seis años para alentar los cambios y dejar paso a otra generación.james rajotte