La marca manchada de Bill Cosby
Otra revelación de una supuesta violación vuelve a colocar en aprietos al legendario actor
El tema tiene todos los elementos para convertirse en noticia viral: múltiples acusaciones de violación; actor-comediante legendario; y la era de Internet. Años después de que se efectuara la primera acusación —que nunca llegó a los tribunales— contra el humorista Bill Cosby por supuesta violación, las mismas alegaciones han vuelto a salir a la luz pública. La última este lunes.
Supuestamente, el escándalo había muerto después de que en 2006 el actor negara públicamente la acusaciones y pactara una demanda civil fuera de los tribunales para que su reputación no quedara dañada con lo que hubiera sido un proceso devastador para la marca del “papá favorito de América”.
Pero cuando hace unas semanas el también comediante Hannibal Buress se refirió a Cosby, 77 años, en el monólogo que estaba representando en Filadelfia como un violador en serie y solicitó la ayuda del público para reactivar el caso, el escándalo quedó servido. “La gente cree que me invento esto”, dijo Buress. “Pero cuando salgan de aquí, introduzcan en Google ‘Bill Cosby Violación’. Esa mierda da muchos más resultados que ‘Hannibal Buress", finalizó el humorista. El vídeo de esa intervención de Buress tuvo un efecto vírico.
A los comentarios de Buress se sumó la semana pasada un artículo publicado en The Washington Post y escrito por Barbara Bowman que tenía un elocuente título: “Bill Cosby me violó. ¿Por qué le ha llevado 30 años a la gente creer mi historia?" Bowman relata en el Post cómo quien ella creía su mentor la asaltó sexualmente en más de una ocasión en 1985.
Nadie quiso creerla — “yo era una adolescente llegada de Denver que hacía anuncios para McDonald´s y él era Bill Cosby”— y Bowman decidió pasar página. Cuando en 2004 otra mujer acusó a Cosby de violación, Bowman dio un paso adelante para sumarse a una demanda colectiva que agrupaba a 13 mujeres. “No tuve la oportunidad de contar entonces mi caso en un tribunal porque Cosby pactó un acuerdo [con Andrea Constand] por una cantidad desconocida”.
Ayer, otra mujer hacía un detallado relato de la supuesta violación que sufrió a manos de Cosby en 1969. Tanto su historia como todas las anteriores no han podido ser verificadas independientemente —y además habrían prescrito— pero se han convertido, cuando menos, en una pesadilla de relaciones públicas para el actor y sus representantes, que la semana pasada vieron canceladas dos apariciones del humorista, una en el conocido programa nocturno de David Letterman y otra para el canal de Oprah Winfrey.
El equipo jurídico de Cosby ha querido cerrar el asunto con un comunicado de 77 palabras —Woody Allen dedicó casi una página completa de The New York Times para defenderse a principios de año de algo parecido—. “Durante las pasadas semanas, viejas y refutadas acusaciones contra el señor Cosby han resurgido. El hecho de que estén siendo repetidas ahora no las hacen verdaderas”.
Entrevistado por la cadena pública de radio NPR el pasado sábado sobre las obras de arte que el comediante va a donar al futuro museo de historia afroamericana de Washington, Cosby mantuvo un incómodo silencio cuando el periodista le preguntó sobre las supuestas violaciones. Ningún silencio es tan largo e incómodo como el silencio radiofónico.
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