¿Es este 'carril smartphone' el futuro?
Varias ciudades juegan con sendas para el peatón que camina con el móvil ¿Atracción o experimento?
Hace unos días un periódico local de Chongqing, una de las principales capitales de China, publicaba unas fotografías que terminarían dando la vuelta al mundo: el primer carril para teléfonos móviles del país. Una senda de unos 30 metros de despejada longitud en los que el apurado peatón podría andar en línea recta con la mirada clavada en el móvil, a salvo de bicis, gente despistada que camina en dirección contraria, alcantarillas y demás peligros cotidianos del intrépido urbanita adicto al smartphone.
La medida no es tan surrealista como puede parecer. En un país con una población tan numerosa (China tiene más de 1.300 millones de habitantes) y con unas ciudades cada vez más abarrotadas, muchos ven en este tipo de soluciones drásticas la gestión óptima para la circulación de la gente. A lo largo de la ciudad se han instalado vallas que publicitan la iniciativa, y muchas adjuntan un diagrama que enseña cómo utilizar debidamente el carril.
Que esta ciudad haya dando tanto bombo a la iniciativa es por motivos más turísticos que por empatía con los adictos al 3G: el carril está ubicado en el parque temático Foreigner Street, otro de los templos sobre réplicas de arquitectura occidental habitual en zonas de ese país, y por tanto es una atracción más de ese lugar. Pero es la edición más seria hasta la fecha de una idea que tiene ya largo recorrido. Se pudo ver en Washington D.C. el pasado de julio como parte de un experimento de National Geographic sobre comportamiento social e interacción urbana. Y ni aquel fue el primero: hace dos años pudo verse en las calles de Philadelphia una acera para la circulación de peatones con móvil, aunque en esa ocasión se trataba de una broma con motivo del 1 de abril, epígono anglosajón del Día de los inocentes.
Bromas aparte, el debate acerca de los peligros de caminar mirando el móvil ha ido aumentando en los últimos años. Un estudio de 2013 realizado por la Universidad de Ohio certificaba que los heridos por caminar distraídos con el móvil en Estados Unidos habían incrementado de manera notable: de 256 personas atendidas en 2005 en los servicios de emergencias públicos la cifra se había subido a 1506 en 2010. La incidencia aún es baja dado el total de la población de ese país, pero los investigadores apuntan en ese trabajo que los heridos por caminar mirando el teléfono y no la calle van a ir en aumento. Otro estudio del Pew Research Center encontró en 2012 que el 23 por ciento de los usuarios de teléfonos consultados había sufrido alguna caída o había chocado contra otra persona mientras caminaba consultando el móvil; un porcentaje que se había incrementado en seis puntos desde la anterior encuesta, realizada en 2010.
Caminar con el móvil es, en otras palabras, el nuevo compañero de peligros de caminar borracho y las molestias de la masificación del turismo y de las aceras demasiado concurridas. Por el momento, las únicas medidas que se han tomado son multar a quien camine distraído por zonas peligrosas: la ley de Utah se modificó en 2012 para multar con 50 dólares a todo aquel que se acerque a las vías de tren con la cabeza en las nubes por el motivo que sea. Es una medida disuasoria que ahorra penalizar algo tan inocente como consultar el móvil. Nunca será tan simple como levantar la mirada y encarar los obstáculos de frente pero quizá nada lo sea hoy en día.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.