Falta pasar a la acción
Leo las entrevistas que se hacen a altos cargos en su periódico sobre la corrupción y su posible arreglo. Todos están de acuerdo en que ha habido mucha permisividad en este país hacia los corruptos o, al menos, lo dejan ver en sus contestaciones. Pero si es así, echo de menos la falta de acción sobre lo que ya se debería haber hecho hace mucho tiempo. El fiscal general ocupa un lugar muy importante en la escala de mando y habla como si no fuera con él. El ministro de Justicia propone cosas que estima que hay que hacer, pero reformando la Constitución, algo que sabe que no se va a hacer con este Gobierno. Que es inamovible, empezando por él. Entonces, detecto que son entrevistas importantes pero sin ninguna derivación de futuro. Nadie va a hacer nada porque ellos no tienen el poder para hacerlo pero entonces, me pregunto, para qué están y cómo no dimiten si sus posibilidades de reformar cosas tan importantes son casi nulas.
Creo que EL PAÍS está haciendo un gran trabajo, pero en el que se constata que los altos cargos de este país se han confabulado a través de los partidos políticos para un estado de quietud insoportable para la sociedad. Quizá todos esperan la orden del presidente del Gobierno para cambiar algo, pero eso es imposible creerlo, al menos en esta legislatura. Una frustración más de una sociedad demasiado engañada ya.— César Moya Villasante.