La prometida de Clooney dice ‘no’ a la ONU
El rechazo de Amal Alamuddin a participar en la investigación sobre Gaza genera suspicacias ante la caza de brujas desatada en Hollywood contra los críticos de Israel
Esta vez no han sido los paparazis ni las incesantes especulaciones sobre cómo será su boda las que han vuelto a inmiscuirse en los derroteros de la pareja más famosa del momento, sino la alta política. La abogada Amal Alamuddin, conocida para la mayoría del mundo como la prometida de George Clooney, acaba de rechazar la propuesta de Naciones Unidas para participar en la investigación sobre supuestos crímenes de guerra en Gaza, alegando que no tiene tiempo.
La vía elegida para comunicar su decisión –el portavoz del actor estadounidense- ha despertado todo tipo de suspicacias sobre sus motivos últimos, habida cuenta el completo mutismo del sector más liberal de Hollywood sobre las atrocidades cometidas por el ejército israelí en la Franja so pena de ser tildado de antisemita. El propio Clooney no ha abierto la boca al respecto, aunque sí lo hicieron los oscarizados Penélope Cruz y Javier Bardem entre una lluvia de críticas por la dureza de su condena a Israel que condujo a la actriz española a retractarse. Ni siquiera Sean Penn, campeón de tantas causas y amigo del matrimonio, se ha pronunciado para defenderlos.
Amal Alamuddin, sin embargo, se ha mostrado contundente en un comunicado en el que se declara “horrorizada por la situación en la franja de Gaza, especialmente por las víctimas civiles” y sobre todo subraya la necesidad de que se abra “una investigación independiente y se dirima la responsabilidad de los crímenes cometidos”. Al parecer, y según se desprendería de sus declaraciones, no es su inminente boda –prevista para septiembre, probablemente en Italia- la que ha disuadido a esta británica de origen libanés de aceptar la oferta de la ONU, sino el exceso de trabajo acumulado, “incluidos ocho casos en marcha”.
En un comunicado, la abogada se declara "horrorizada por la situación en la Franja"
La abogada afincada en Londres, que cuenta con un impecable currículo como defensora de los derechos humanos y que, entre otros, ha representado al fundador de Wikileaks, Julian Assange, se vio obligada a explicarse en un comunicado después de que el presidente de la comisión de derechos humanos de la ONU, Baudelaire Ndong Ella, anunciara su designación el pasado lunes. Se precipitó, porque Alamuddin asegura que entonces ni conocía la propuesta, si bien ha subrayado diplomáticamente que se siente “muy honrada” de que hubieran pensado en ella para la misión. Remata el comunicado deseando “valor y fortaleza” a los colegas que integrarán la investigación en Gaza, y cuyas conclusiones no se esperan hasta marzo del próximo año.
Para entonces, la abogada de 36 años previsiblemente ya se habrá convertido en la señora Clooney. Los planes de casarse de la pareja llevan varios días expuestos en el Ayuntamiento de distrito de Kensington y Chelsea, una de las zonas más exclusivas de Londres, en forma de un documento –las amonestaciones prenupciales- por el que se informa públicamente de una boda por si alguien quiere presentar alguna objeción. Apenas nada se sabe de la ceremonia y de su formato, aunque los medios especializados en celebrities dan por hecho que tendrá lugar el 12 de septiembre en Italia. Clooney es propietario de una fabulosa casa palaciega a orillas del lago Como, Villa Oleandra, que incluso ha sido protegida de miradas indiscretas por el alcalde de la localidad. Aunque las apuestas más recientes apuntan a una boda en la romántica Venecia.
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