Mejora laboral

Después de la decepción de la encuesta de población activa (EPA) del primer trimestre, la evolución de los indicadores en los últimos tres meses permite abrigar la esperanza de que el mercado laboral consolide una cierta recuperación del empleo. El paro registrado durante el mes de junio ha vuelto a caer por quinto mes consecutivo y, lo que es más importante, la afiliación a la Seguridad Social sigue subiendo.

En cifras desestacionalizadas, que es como hay que medir los datos estadísticos, el paro ha descendido en más de 16.000 personas y ya está, en el cómputo total, por debajo de los 4,5 millones de personas. La acumulación de buenos datos laborales desde febrero o marzo concede al Gobierno argumentos para defender su política económica.

Los datos de paro registrado son congruentes con una evolución macroeconómica evidente: el crecimiento económico es más rápido de lo esperado, aunque todavía se mueva a velocidades moderadas. Es poco probable, a la vista de los indicadores, que el crecimiento en 2014 sea inferior al 1%, y lo más probable es que llegue al 1,2%. Este ritmo es insuficiente tanto para generar empleo como para recortar sustancialmente el paro, incluso con las modificaciones salariales y productivas impuestas por la reforma laboral; quizá las expectativas de recortar visiblemente el desempleo se vean más claras el año próximo, si se asientan tasas de crecimiento interanual superiores al 1,5%. Por el momento, la tasa moderada de crecimiento alienta la expectativa de recuperación y un cierto optimismo centrado en 2015 y 2016.

No obstante, hay que recordar que la estadística que mejor define el mercado laboral, es más homogénea con las mediciones europeas y permite comprobar la calidad social y del mercado de trabajo es la EPA trimestral. Cuando próximamente se conozca la correspondiente al periodo abril-junio podremos confirmar si la caída del paro se debe al descenso de la población activa más que a la aparición de nuevos puestos de trabajo, y también en cuánto crece la ocupación o cuál es la calidad del empleo generado. Además de las cantidades, importa la estabilidad de la contratación para vislumbrar qué tipo de recuperación tendrá la economía en los próximos trimestres.

Conviene tener en cuenta también que las bases del crecimiento actual no son todo lo firmes que deberían ser, en parte porque el Gobierno no ha hecho lo suficiente por asegurarlas. El ahorro de las familias está cayendo, la deuda pública no cede, el déficit público carece del control que prometía la política de estabilidad a ultranza y el déficit exterior vuelve a dar señales de fatiga. En los cuatro primeros meses de 2014 el déficit corriente ha sido peor que en los correspondientes de 2013. No basta con que la prima de riesgo baje para dar por sentado que ya hay una recuperación sostenible.