El espía ‘online’ del rey de Marruecos
Nadie sabe cómo las fotografías más íntimas y exclusivas de Mohamed VI terminan publicadas en una página de Facebook Pero con ellas, Soufiane ElBahri, un joven “adicto” al monarca, ha conseguido más de un millón de ‘amigos’ en la red social y saltarse con éxito la barrera de control sobre la sagrada imagen real
Se declara “adicto” a Mohamed VI, tiene 23 años, y, como muchos estudiantes, viste camisetas y zapatillas Converse y tiene Facebook. Pero ahí no publica fotografías personales, ni detalles íntimos de compañeros de la carrera de Derecho. Tampoco chatea sobre deportes u otras aficiones. Lo hace en árabe y vuelca imágenes, en su mayoría privadas y desconocidas, del actual rey de Marruecos que nadie sabe muy bien cómo consigue y cuyo origen él se niega a revelar. Tiene 1,2 millones de seguidores y ha roto así con enorme éxito y misterio una barrera teóricamente muy peligrosa e incierta en este país: mostrar cosas del rey aparentemente sin su omnipresente control.
En la avenida Mohamed V de Rabat, en el pasaje principal de esta arteria obligada de la capital, está ubicada la galería Sahara. Siempre abierta y aparentemente vacía, expone una veintena de imágenes de todos los tamaños, precios, colores y situaciones de Mohamed VI, el actual rey, de 51 años, pero en su perfil más oficial. La tienda pertenece a la familia real. En todos los edificios, despachos y locales abiertos por el país hay al menos un buen retrato del monarca. Su imagen es casi sagrada y su poder enorme.
Hace seis años, antes de la primavera árabe, cuando el reinado de Mohamed VI parecía seguir la senda continuista de su padre, Hassan II, un chaval de Salé, la ciudad dormitorio más popular de Rabat, abrió en Facebook el portal Roi.Du.Maroc.Mohamed.6. El chico se llama Soufiane ElBahri y ahora es un personaje extraño, poderoso a su manera, que se reserva mucho en sus apariciones y explicaciones. En marzo concedió una entrevista al diario local Akhbar al Youm y ahí aclaró que había montado el soporte como regalo al rey, del que se declaró tan apasionado como para “abrazar la televisión” cada vez que salía en pantalla cuando era pequeño. Y eso que sale mucho.
Un semanario bastante crítico, Telquel, contabilizó hace pocas semanas que el rey marroquí y sus actividades habían copado 32 minutos de los 37 del telediario de una de las cadenas públicas. Otra cadena, 2M, se vio forzada, precisamente por culpa del amigo del Rey en Facebook, a pedir disculpas en antena ante el requerimiento del Ministerio de Protocolo por haber enseñado en pantalla una de las fotos que el joven había colgado en su página de la reciente visita de Mohamed VI a Túnez. Había terminado ya los tres días del periplo oficial y, como hace en muchas ocasiones, el rey decidió quedarse luego unas jornadas de ocio privado en la capital tunecina. Le encanta pasar periodos inconcretos de vacaciones en el extranjero. Ahí se veía al monarca en ropa vaquera, en una calle céntrica y próxima a la medina, posando con paseantes y de buen humor.
Una imagen nada usual en Marruecos pero ahora accesible, como otras muchas en otros países, viajes y escenas, a través de este inquietante mediador. Soufiane ElBahri no quiere proporcionar muchos más datos sobre cómo logra esas exclusivas imágenes. Dice que muchas se las facilitan las personas que se retratan con el rey. Pero en bastantes de ellas el monarca sale solo y en lugares remotos en los que en Marruecos se desconoce incluso su presencia. La agencia Efe intentó recabar más explicaciones sin éxito y tampoco contestó a los requerimientos de este corresponsal. Sí se sabe que el joven de Salé ha participado en manifestaciones promonárquicas y en contra del movimiento crítico 20 de Febrero, M20F, una versión anterior del Podemos español, que lleva reclamando más apertura, reformas y control del enorme poder real hace años sin excesivo éxito.
Resulta extraña esta fuga de control sobre la imagen del rey Mohamed VI, que en Marruecos es un asunto de Estado, con una legislación profusa y difusa en su protección, que puede conllevar penas de cárcel, con periodistas en prisión, y en un país con más de 300 presos políticos, según el informe presentado esta semana por la prestigiosa Asociación Marroquí pro Derechos Humanos.
Tampoco han sido normales las dos últimas portadas del ¡Hola! marroquí, con sendas exclusivas primero de la boda de la sobrina de su hermana mayor, Lalla Soukaina, con el joven Mehdi Regradi, y luego de su hermano pequeño, el príncipe Moulay Rachid, el quinto hijo de Hassan II. Todo un despliegue fotográfico, con la familia al completo, 250 invitados, banquete en palacio y el monarca en posición de honor. El director marroquí de la revista no ha querido facilitar detalles de estas exclusivas, en las que sí se distribuye todo el elenco familiar ataviado con la moda tradicional.
Muchos de los asesores del rey, tanto en su entorno más íntimo como del Gobierno, admiten que él es el primero consciente de que en Marruecos muchas cosas deben cambiar para poder seguir promocionando el modelo o la vía marroquí hacia la estabilidad como el más exportable del inestable Magreb. Y por eso se impulsó en 2011 una nueva Constitución que transfería al fin la responsabilidad de nombrar gobierno al presidente elegido en las urnas aunque en su texto “mencione 61 veces la palabra rey y una sola pueblo”, como lamenta el cineasta Nadir Bouhmouch, autor del documental My Makhzen and me, donde se registra la historia del movimiento 20 de Febrero, que se hizo fuerte al grito de “el rey debe reinar pero no gobernar” y que aún mantiene a varios de sus dirigentes encarcelados por organizar manifestaciones sin autorizar.
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