Christy Walton, fortuna en el hipermercado
Su matrimonio con el hijo del fundador de Walmart, la principal cadena de grandes almacenes de EE UU, la ha convertido en la mujer más rica del mundo Viuda y madre de un hijo, evita intervenir en los negocios y se dedica a la filantropía
Christy Walton recupera lo que le pertenece, el cetro de la mujer más rica del mundo, tras desbancar a Liliane Bettencourt en la lista de multimillonarios que ha publicado Forbes esta semana. Los 36.700 millones de dólares (unos 26.500 millones de euros) en los que se estima ahora la fortuna personal de la heredera del imperio comercial Walmart son suficientes además para colarla en la novena posición del grupo de las 10 personas más acaudaladas del planeta, entre los que aparece además otro miembro de su familia.
Los Walton son el clan más poderoso de Estados Unidos, y seguramente del mundo. Y no solo porque Walmart es el mayor empleador privado del país y por la larga relación que tiene la familia con los Clinton. La fortuna que acumulan es inmensa: la lista Forbes incluye a seis de sus miembros, con una riqueza combinada de 148.800 millones de dólares (107.500 millones de euros). Unos millones más que los 121.600 que suman los 26 magnates españoles del nuevo ranking, incluyendo los 64.000 de Amancio Ortega, dueño de Inditex y el tercero más rico del mundo.
Aunque no sea de la misma sangre, Christy Walton es la más rica de la familia. Estuvo casada con John Walton, hijo del fundador Sam Walton, que murió hace casi una década en un accidente aéreo. En ese momento entró sola en la lista Forbes. La heredera francesa del imperio de productos de belleza L’Oréal le ha arrebatado el cetro solo una vez en los últimos cinco años. Ahora es la novena más rica del globo.
Dona parte de su dinero a acciones benéficas y a apoyar las políticas de los republicanos
Pero Walton no debe su fortuna personal solo al rendimiento de las acciones de Walmart, que durante 2013 se estancaron. También ha contribuido a elevar su riqueza el último año una inversión que su difunto esposo hizo en First Solar, una de las compañías más activas en el negocio de la energía solar y de la que fue cofundador. Es por eso por lo que su fortuna supera por un par de miles de millones a la de sus cuñados Jim (en el décimo puesto de la lista), Alice (13º) y Robson (14º). Pero el grueso de la fortuna de la primera mujer que aparece en la famosa lista se debe a Walmart, suficiente para recibir 460 millones en concepto de dividendos en solo un año tras pagar impuestos.
Junto a Alice, Jim y Rob, es copropietaria del 48,9% de las acciones de Walmart. También controla junto a los otros herederos casi la totalidad del capital de Arvest Bank, una entidad financiera de la familia, además del 30% del capital de First Solar. Pese a esta ingente fortuna, la novena persona más rica del mundo y la séptima de EE UU trata de llevar una vida muy privada en Jackson (Wyoming), donde reside.
Tiene 59 años y un hijo de su matrimonio. El pasado verano, sin embargo, su nombre saltó más allá de las listas de grandes fortunas al recibir un premio de la Fundación Imagen por la producción del filme Bless Me, Ultima. El trabajo galardonado por esta organización cultural latina es una adaptación de la novela del escritor chicano Rudolfo Anaya. El nombre de Christy Walton aparece como el de productora ejecutiva.
Leyó el libro hace años. Volvió a hacerlo junto a su hijo, por turnos y comentándolo. Y una tercera vez. Le recordó siempre un momento dramático de su vida, cuando estuvo a punto de fallecer por una neumonía. Comenta que la enfermedad le enseñó lo fácil que puede ser morir, y eso le llevó a hacerse muchas preguntas sobre lo que quiere y debe hacer en vida. Por eso se embarcó en financiar un trabajo que nunca habría interesado a Hollywood. La película se estrenó en otoño de 2012, pero en la presentación dejó claro que no tiene intención de financiar otros proyectos similares.
Christy se define como filántropa. Trata de orientar la riqueza heredada hacia una docena de causas relacionadas con la educación, el medio ambiente y la protección de animales. Es copresidenta de un fondo que financia la educación privada a niños con bajos ingresos y es directora emérita del Teton Science Schools, en la que se graduó su hijo Lukas, superviviente de cáncer. También donó una propiedad que tenía en San Diego a la organización sin ánimo de lucro Cross Border Philanthropy.
Aunque se sabe poco de su vida más allá de lo que comenta en actos públicos, es conocido que parte de su fortuna la dedica a apoyar la acción política del Partido Republicano estadounidense. Sus cuñados también son conservadores, aunque no sería una sorpresa ver a Alice Walton junto a la demócrata Hillary Clinton si optara por presentarse otra vez a las presidenciales. La ex primera dama y ex senadora neoyorquina ocupó un asiento en el Consejo de Administración de Walmart.
Christy Walton, en principio, no necesita mover un dedo para disfrutar de las mieles que genera el gigante comercial. De hecho, no se conoce que tome parte en la gestión como hacen Jim y Robson. Eso, en principio, le permite esquivar las críticas que se vierten contra Walmart por los bajos sueldos que da a sus empleados. Pero sí se le reprocha con semejante fortuna no haber firmado la iniciativa filantrópica de Bill Gates y Warren Buffett, otros dos miembros destacados del G10 de Forbes, por la que los más ricos se comprometen a donar en vida más de la mitad de lo que tienen. En realidad no le hace falta hacer piña con ellos viendo la estructura de la Walton Family Charitable Support Foundation, que solo el año pasado canalizó 325 millones en proyectos benéficos.
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