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Denuncias de racismo en la pasarela de Londres

Modelos negras acusan que algunos diseñadores las han vetado en la selección previa a la Semana de la Moda por el color de su piel

Modelos en el desfile de Ashish, en la Semana de la Moda de Londres.
Modelos en el desfile de Ashish, en la Semana de la Moda de Londres. Antonio de Moraes Barros Filho (WireImage)

No hay más que darse una vuelta por Londres para darse cuenta de que es una ciudad manifiestamente multicultural. Un crisol que atrae a diferentes razas, culturas y costumbres. Esta diversidad, evidente en la calle, no se refleja en su pasarela. Mientras se desarrollaba la semana de la moda de Londres, que finalizó el martes, varios profesionales de la moda han denunciado racismo en el sector...

The Sunday Times recoge las acusaciones de varias modelos negras que fueron expulsadas de castings a petición de los propios modistos. Betty Adewole, imagen de la línea cosmética de Tom Ford, describe cómo una diseñadora que desfila en Londres informó en plena selección que no quería chicas negras y tuvo que marcharse en el acto. “Fue delante de mí y ni siquiera me miró a la cara”, declaró al diario la modelo británico-nigeriana. Las maniquíes no son las únicas que sufren este tipo discriminación. Un ejecutivo con experiencia en marcas importantes asegura que fue despachado del proceso de selección para los desfiles esta temporada en el que colaboraba al sugerir que era excesivamente blanco.

La actriz de 12 años de esclavitud Lupita Nyong'o está siendo una de las mejores embajadoras del diseño contemporáneo en la alfombra roja, un hecho ante el que la industria se muestra impermeable. Y es que la moda, tan pendiente de lo que pasa en la sociedad para algunos asuntos, se está quedando atrás como espejo de la diversidad.

Este comportamiento discriminatorio resulta chocante en el seno de una sociedad progresivamente mezclada como la británica, en la que el porcentaje de niños menores de cinco años de raza mixta (nacidos de padres de dos etnias diferentes) ha crecido en la última década hasta un 6% del total. Una cifra similar a la de EE UU, un país con una mayor población no blanca. Para más énfasis, varias de las modelos británicas con más éxito son de raza negra, como la top Naomi Campbell, Jourdan Dunn y Malaika Firth, imagen de Prada.

Las dos primeras se han pronunciado públicamente sobre la exclusión de las minorías en la industria. El año pasado, Campbell puso en marcha una campaña prodiversidad junto a la legendaria modelo y esposa de David Bowie, Iman. La londinense envió una carta abierta a conocidos diseñadores entre los que se encuentran Calvin Klein, Victoria Beckham Chanel, Armani, Gucci, Roberto Cavalli y Marc Jacobs instando a emplear más maniquíes negras.

No conforme con la misiva, Campbell llamó personalmente a su amiga Victoria Beckham para reprocharle la uniformidad étnica de sus presentaciones. Dunn ha utilizado las redes sociales para protestar por el trato que ha recibido por su color de piel y confesado que otras compañeras callan por temor a repercusiones. “Los que controlan la industria mantienen que si incluyes un rostro negro en una revista, no venderá. Pero no hay pruebas que lo sostengan”, ha declarado.

El organismo regulador de la moda británica, el British Fashion Council, se ha tomado en serio estas alegaciones y urgió a los diseñadores una mayor diversidad de casting. Por ahora, los que parecen haber respondido con más fuerza son grandes firmas como Tom Ford o Burberry, que en su último desfile en Londres incluyó a nueve modelos no caucásicas: entre ellas Neelam Johal, la primera modelo india que trabaja para la marca.

Nueva York, o Sao Paulo han sido objeto de denuncias similares. En el caso de la ciudad brasileña se impuso una cuota del 10% de modelos negras o indígenas, una porción que los activistas no consideran suficiente, ya que la mitad de la población del país no es blanca.

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