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El lobo de Wall Street hace caja

Tras 22 meses en la cárcel, el timador que le ha dado un Globo de Oro a Leonardo DiCaprio se hace rico dando conferencias sobre técnicas bursátiles

El timador Jordan Belfort, protagonista de la última película de Scorsese.
El timador Jordan Belfort, protagonista de la última película de Scorsese.Getty Images

Bajo la piel de Leonardo DiCaprio se esconde un verdadero lobo, ese que da nombre a la última película de Martin Scorsese, El lobo de Wall Street, y que no es otro que Jordan Belfort, alguien que muchos definen a las claras como uno de los mayores timadores del mercado bursátil de la década de los noventa. El empresario estadounidense, de 51 años, que en la cúspide de su fortuna se enorgullecía de ganar hasta 9,5 millones de euros en un día, fue acusado de malversar 146,5 millones de euros de sus inversores. Pero más allá de sus robos de guante blanco, su figura se convirtió en una leyenda de los excesos que se viven en Wall Street, en el protagonista de una historia de prostitutas, drogas y bacanales en las que todo valía, incluido utilizar enanos para jugar a la diana o llevar chimpancés al trabajo como repartidores del correo. Lo que DiCaprio, que interpreta al timador en la película, ha llamado el “Calígula moderno”.

Ahora Belfort cobra más de 3.500 euros por persona para aquellos que quieren oír en directo sus historias mientras asisten a sus seminarios, el modus vivendi de un hombre que dice haberse reformado. Historias que también quedan reflejadas con todo detalle en sus dos libros de memorias, publicados con éxito, y en la película de Scorsese, que será segura candidata a los Oscar.

El actor, que acaba de ganar un Globo de Oro por su trabajo como Belfort, reconoce estar fascinado por la figura de su alter ego, alguien cuyos relatos superan incluso los excesos reflejados en la cinta, en la que además el ex agente bursátil hace un pequeño cameo casi al final. DiCaprio también está convencido de que Belfort es, en la actualidad, un hombre nuevo y que han quedado atrás los tiempos en los que hundió sin pudor el yate que perteneció a la diseñadora Coco Chanel en las aguas del Mediterraneo o se metió en el cuerpo en forma de diferentes drogas una fortuna que llegó a superar los 72 millones. En la actualidad, Belfort es, en apariencia, un hombre arrepentido y padre de tres hijos que se dedica a dar conferencias sobre técnicas de venta y vive en un barrio no tan glamuroso de Los Ángeles. Como él mismo ha dicho, no siempre somos los errores de nuestro pasado. “La película me ha hecho recordar el que fui y la persona en la que me he convertido”, comentó recientemente en las redes sociales sin poder ocultar el orgullo que le producía ser identificado con DiCaprio.

No todos están tan convencidos como Leo sobre esta transformación. Belfort vive ahora enseñando las mismas técnicas de venta que alentó entre sus empleados durante la década de los 90, cuando seducía a sus clientes para invertir en compañías de dudoso futuro solo para elevar su precio y poder cobrar su propia inversión en el momento más alto, hundiendo al resto de sus inversores. Tras haber pasado 22 meses en la cárcel, todavía tiene cuentas pendientes con la Justicia, ya que también fue condenado a pagar una multa de 90 millones de euros a sus víctimas, de los que hasta la fecha solo ha pagado 8,5 millones. Ahora, los afectados reclaman el total de la cantidad, habida cuenta de que Belfort ha cobrado mucho dinero por su historia.

Scorsese no quiso confirmar a este periódico la cifra que la producción de El lobo de Wall Street pagó a Belfort en concepto de derechos, aunque se comenta que puede acercarse al millón y medio de euros por sus dos libros de memorias. Los números se alejan de la fortuna que estaba acostumbrado a ganar de forma ilícita, pero siguen en línea con alguien que dejó sus estudios de ortodoncia el primer día de universidad cuando le dijeron que se olvidara de esa carrera si iba buscando hacer dinero. Fue el momento en el que se marchó a buscar fortuna a Wall Street.

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