La ministra (‘fashionista’) de Interior británica crea tendencia

Estilísticamente hablando, Theresa May es la nota discordante de la política británica. En un aburrido paisaje de trajes grises, la ministra del interior viste sin las ataduras ligadas a su cargo. Le gusta la moda y se nota. Va a los desfiles del diseñador Osman Yousefzada, es fiel a las chaquetas de diseño y los collares de cuentas gigantes y tiene especial debilidad por los zapatos originales.

En sus pies se ha visto un compendio de las últimas tendencias: ha llevado mocasines con tachuelas, botas de agua con estampado de leopardo y zapatos masculinos con pedrería en el tacón. A su manera, May pertenece a una larga tradición de excentricidad británica, que no duda en saltarse la etiqueta clásica.

En una cita con la reina de Inglaterra y el presidente de Corea del Sur rompió la formalidad imperante presentándose con unas botas de charol negro por encima de la rodilla, parecidas a las que lucía Julia Roberts en el cartel de Pretty Woman. Su manera de vestir tiene tanta repercusión que los grandes almacenes Debenhams atribuyen al efecto Theresa May el rápido incremento de un 60% en ventas de zapatos de tacón con estampado animal.

La prensa británica no pierde detalle de sus estilismos, que comentan con una mezcla de ironía y aprecio. Incluso el Daily Mail ha ido más allá del simple comentario y publicó un artículo en el que comparaba el estilo de la tory con el de la modelo Cara Delevingne. La noticia incluía fotos de la política y la top con atuendos vagamente similares. Con solo mirar las fotografías se puede concluir que el parecido está más que sacado de quicio, aunque la verdad es que ambas sí son propietarias de la misma prenda. Se trata de un traje de cuadros escoceses diseñado por Vivienne Westwood que Delevingne se puso para la fiesta de su 21 cumpleaños y May llevó durante la conferencia Tory celebrada en septiembre. En otros de los estilismos de ambas mujeres, si bien el parecido puede ser notorio, lo cierto es que no se trata de las mismas creaciones.

La improbable comparación provocó la hilaridad general, pero a May la gamberrada no le ha sentado mal, incluso se ha sentido halagada. La ministra de 56 años recogió el premio al político del año otorgado por la revista The Spectator y aprovechó para hacer referencia al ya por entonces comentadísimo artículo. “Este premio es la segunda mejor cosa que me ha sucedido hoy. Esta misma mañana el Daily Mail se preguntaba si yo era la nueva Cara Delevingne”, bromeó durante la entrega de premios “Para aquellos que no la conozcan, es una supermodelo de 21 años y una de las mujeres más guapas del mundo. Por lo tanto, la respuesta es no”.

Hija de pastor protestante y licenciada en geografía por la universidad de Oxford, May atesora una larga experiencia en política. Es dura, no se muerde la lengua y si se tercia, castiga a sus adversarios con una mirada terrorífica. Se rumorea que podría ser la sustituta de David Cameron como líder del partido conservador británico, o sea que más que la nueva supermodelo podría convertirse en la nueva Margaret Thatcher. Eso sí, sin blusas de lazada ni pendientes de perlas.