_
_
_
_
_
El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Estrasburgo mira a Salt

Dieciséis familias duermen algo más tranquilas desde que el tribunal europeo ha paralizado de manera cautelar el desalojo promovido por el 'banco malo'

SOLEDAD CALÉS

Dice el abogado de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) que los jueces españoles desoían sus peticiones de defender la ocupación de un edificio vacío en Salt y que por eso se acudió al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. A veces los caminos de la justicia son inexcrutables. También en marzo pasado tuvo que intervenir un tribunal multilateral, el europeo de Luxemburgo, para parar en España los desalojos a familias necesitadas en virtud de contratos con cláusulas abusivas, aunque en esa ocasión fueron los jueces locales los que agitaron la cuestión hasta recurrir a Luxemburgo.

A la espera de que algún alto responsable del sistema judicial español ofrezca alguna explicación sobre tales anomalías, lo cierto es que en Salt (Girona) y gracias a los magistrados de Estrasburgo dieciséis familias (entre las que hay 21 niños) duermen un poco más tranquilas desde el miércoles. Pero la espada de Damocles sigue amenazante, pues la suspensión del desalojo es hasta el 29 de este mes.

El Tribunal de Estrasburgo ha actuado con rapidez a instancias de la PAH y, además, ha pedido a las autoridades españolas que concreten cuáles son las medidas que se van a tomar para alojar y asistir socialmente a estas familias. Los abogados del Estado tendrán que trabajar a fondo y con celeridad para dar una respuesta satisfactoria a los jueces europeos en un asunto —el de respetar el derecho de los ciudadanos a una vivienda digna— que se ha convertido en una meta tan complicada.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

La batalla de Salt conduce sin remedio a la confusión porque en este caso los contendientes no son unas cuantas familias necesitadas frente un banco “opresor”. La propietaria del edifico ocupado es ahora la Sareb, el llamado comúnmente banco malo, participado al 50% con dinero público del Estado y, por tanto, teledirigido por el Gobierno. De modo que los mismos políticos que deberían velar por los ciudadanos más vulnerables son los que se ven envueltos en estas decisiones de desalojo. No es extraño que hasta los bomberos se unieran a la defensa numantina que los okupas de Salt se disponían a mantener antes de recibir las buenas noticias de Estrasburgo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_