No silenciar el pensamiento crítico
El fin de las ayudas a la revista ‘Temas’ es una maniobra de discriminación
La exclusión de la revista TEMAS de las ayudas de la Secretaría de Estado de Cultura a las publicaciones culturales y de pensamiento ha convertido a esta revista en una nueva víctima de las políticas anticulturales del Gobierno, quedando discriminada de unas pequeñas ayudas que percibía desde 1996 y a las que tiene derecho por su interés y su relevancia.
Hasta el año 2012, TEMAS, igual que otras publicaciones similares, tenía como ayuda 850 suscripciones a bibliotecas públicas. Este sistema fue establecido cuando Miguel Ángel Cortés era secretario de Estado y ha sido respetado por todos los Gobiernos posteriores, tanto del PP como del PSOE, que han apoyado a las publicaciones culturales sin discriminar a ninguna por razones de orientación política o ideológica. Los diferentes responsables de Cultura se han comportado durante este tiempo de acuerdo con el consenso constitucional que obliga a las instituciones del Estado a proceder de acuerdo a principios de imparcialidad y no discriminación por razones de pensamiento o ideas.
Sin embargo, en 2012, con José María Lassalle en la Secretaría de Estado de Cultura, se suprimieron las suscripciones públicas a las revistas y se estableció un concurso de modestas ayudas a la edición, que se decide de forma unilateral por una comisión de funcionarios en su mayoría nombrados a dedo por el señor Lassalle y su equipo. Se ha pasado de un sistema objetivable y equitativo a otro que posibilita, como se constata, la arbitrariedad y la discriminación.
La principal consecuencia es que se ha roto un consenso democrático que se ha mantenido por Gobiernos de distinto signo, en un contexto de recortes que está causando un daño notable a las industrias culturales españolas. El mayor que se ha conocido en el periodo democrático y que, en lo que a revistas de pensamiento se refiere, ha dado lugar a la desaparición de un 30% de estas publicaciones.
Lo que está ocurriendo con las revistas culturales —al igual que en otros campos culturales— demuestra el sentido que tienen las ayudas públicas para mantener y fomentar —aún con escasos recursos— un tejido intelectual y cultural rico y solvente. De ahí la importancia de la labor de una Secretaría de Estado que responda precisamente a este nombre, porque la pluralidad de ideas debe ser vista como riqueza de un país. Los responsables de Cultura deberían saber que el pensamiento no es cuestión de mercado y que la confrontación de ideas y opiniones es una fuente democrática de expectativas y de búsqueda de soluciones. De ahí la sorpresa de comprobar que la exclusión de TEMAS responde a un intento de silenciar el pensamiento crítico.
Cultura mantiene el apoyo a la edición
a otras revistas de orientación conservadora
TEMAS está acompañada en la “lista negra” por publicaciones como Gaceta Sindical (cercana a CCOO), Raíces (revista judía de cultura), El cronista del Estado social y democrático de derecho (dirigida por Santiago Muñoz Machado); Gitanos, una publicación de SOS-Racismo; etcétera. Es decir, todo un repertorio de exclusión y señalización negativa.
El mantenimiento de las ayudas a la edición a otras revistas de orientación conservadora revela que no estamos solo ante un problema de recortes o escasez de recursos, sino ante una discriminación deliberada y perfectamente orientada.
TEMAS es una publicación con una larga trayectoria en defensa de una democracia de calidad y de los valores de solidaridad, libertad e igualdad, abierta al debate y a colaboraciones plurales, que puedan suscitar propuestas y alternativas sobre los problemas políticos, sociales, económicos y culturales.
De la relevancia y del interés cultural de TEMAS dan cuenta los 2.000 académicos prestigiosos y especialistas en diferentes materias que han colaborado en sus páginas en 19 años. Entre estos se encuentran primeras figuras intelectuales nacionales e internacionales, diputados y senadores, ministros y exministros de varios países, magistrados, presidentes de altas instituciones como el Senado, el Tribunal Constitucional, el Parlamento Europeo, científicos del máximo nivel, etcétera. Personas como Tomás y Valiente, Gregorio Peces Barba, Federico Mayor Zaragoza, Alain Touraine, Susan George, José Antonio Marina, Tarso Genro, Jacques Diouf, Javier Rojo, James K. Galbraith, José Luis Sampedro, Göran Therborn, Norman Birnbaum, Carlos París, Reyes Mate, Michel Rocard, Juan Luis Arsuaga, Juan Luis Cebrián, Francisco Ayala, Joaquín Estefanía, Miguel Delibes, Ángel Gabilondo, etcétera.
Los que firmamos este artículo entendemos que publicaciones como TEMAS son necesarias en las sociedades democráticas, especialmente en tiempos como los actuales. De ahí la importancia del papel de apoyo que ha prestado hasta ahora la Secretaría de Estado de Cultura para realizar unas tareas que siempre se han efectuado de manera austera, y lo incomprensible del proceder actual, que niega un reconocimiento al que varias publicaciones tienen derecho; el mismo derecho que las revistas de orientación conservadora a las que se ayuda.
Desde TEMAS existe la determinación de continuar contribuyendo de manera positiva al análisis, la reflexión, la crítica y la confrontación pacífica de ideas, y la convicción de que es necesario evitar el retorno a comportamientos propios de la España predemocrática, oscurantista y hostil a todo lo que signifique cultura y pensamiento. Sobre todo si es pensamiento crítico.
Alfonso Guerra es presidente del Consejo de Redacción de TEMAS y José Félix Tezanos es su director.
Firman también este artículo Josep Borrell, Rafael Simancas, Adela Cortina, Ángel Viñas, Rafael Nájera, Victoria Camps, Emilio Muñoz, Elías Díaz, Enrique Múgica, Cristina Narbona, Eduardo Sotillos, Elena Arnedo y Andrés de Blas.
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