Lenguas útiles
El artículo Por una ley de lenguas (de una maldita vez) publicado en EL PAÍS el pasado día 7 parte, en mi opinión, de una premisa equivocada. A los políticos que defienden la cooficialidad de las lenguas regionales y su aprendizaje obligatorio y, en el caso catalán, excluyente, no los mueven razones pedagógicas ni culturales. Solo desean reforzar moldes identitarios para emplearlos en la balcanización de España.
Las lenguas útiles para comunicarse, ampliar el conocimiento y progresar en el medio laboral son la propia y mayoritaria, y también el inglés, el alemán, el francés, el ruso y el mandarín. Las regionales, incluidos el bable y el aranés, que Juan Claudio de Ramón olvida mencionar, pueden aprenderlas y utilizarlas libremente quienes así lo deseen. La educación pública, ya bastante maltratada, no debe convertirse en un espacio utilitario de ingeniería social al servicio de obsesiones etnocéntricas.— Eduardo Goligorsky.