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El alquiler de una oficina en Río es tres veces más caro que en Nueva York

La ciudad brasileña es tercera más cara del mundo después de Hong Kong y Tokio

Juan Arias
Río de Janeiro -
Un grupo de jóvenes camina por la rua Augusta de São Paulo.
Un grupo de jóvenes camina por la rua Augusta de São Paulo. Sebastião Moreira (EFE)

El precio por alquilar o comprar un piso en Río de Janeiro se ha disparado de forma tan alarmante en los últimos años que se empieza a temer una burbuja inmobiliaria. El alquiler de un piso para oficinas o uso comercial en la capital carioca es 153% más caro que en Nueva York. São Paulo, la ciudad más poblada de Brasil, es un 77%. Solamente Hong Kong (un 366% más costosa que la ciudad estadounidense) y Tokio (un 196%) son más caras que Río de Janeiro.

Las cifras son del Deutsche Bank y han comenzado a preocupar a las autoridades brasileñas, pues Río de Janeiro se prepara para la Copa del Mundo de fútbol que se celebrará el año próximo y además para los Juegos Olímpicos que recibirá en 2016, lo que probablemente incrementará los ya de por sí astronómicos alquileres.

En los últimos cuatro años, en Brasil los precios de los pisos se han disparado hasta un 300%. Entre las causas, la apertura del crédito, que llega a financiar hasta 500.000 reales (cerca de 250.000 dólares) con intereses que en Europa serían estratosféricos, pero que aquí se consideran. Por ejemplo, los créditos públicos, destinados a la población con menos recursos económicos, tienen una tasa de un 8%, la establecida por el Banco Central de Brasil. En Estados Unidos, la tasa es de un 3,3%.  

La ascendente clase media brasileña (que aumentó en 35 millones de personas en los últimos 10 años) ha aumentado la demanda por tener una casa propia y eso ha contribuido a disparar los precios. El déficit de pisos se calcula en ocho millones en todo el país. El Gobierno había prometido la construcción de cuatro millones de pisos populares. Solamente consiguió terminar algunos cientos de miles, algunos tan precarios que tuvieron que destruirse.

Algunos economistas, como Arminio Fraga que fue ministro de Hacienda, recuerdan que los pisos que sobre todo en ciudades como Río o São Paulo que hoy están con cifras casi irreales para este país, son comprados con dinero contante por artistas, futbolistas o grandes empresarios sin el peligro de las hipotecas.

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