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Armani: “No pienso retirarme”

El diseñador abre su primera tienda de Emporio Armani en Madrid A la inauguración asiste su sobrina Roberta, encargada de las relaciones públicas

Giorgio Armani en la inauguración de su tienda de Valencia, en 2006.
Giorgio Armani en la inauguración de su tienda de Valencia, en 2006.Jordi Vicent

“La continuidad de la empresa ya está definida en todos sus aspectos, incluso en el creativo. De todas maneras, por el momento no pienso retirarme. Mi vida es mi trabajo y no tengo ninguna intención de renunciar”, así responde el diseñador Giorgio Armani (Piacenza, 1934) a la eterna pregunta de la sucesión. A sus 78 años el italiano, que se ha hecho famoso en el sector por ser un trabajador incansable y controlar hasta el más mínimo detalle de lo que sucede en la compañía que fundó en 1975, inaugura una nueva tienda en España.

A pesar de que muchas firmas de lujo podrían no sentirse atraídas ante el actual panorama económico del país, el grupo que dirige el italiano abre hoy en Madrid las puertas de una tienda Emporio Armani. “Tras la reciente inauguración de una boutique Giorgio Armani, era natural abrir una tienda Emporio con la colección hombre y mujer completa. Madrid, al igual que Barcelona, es una ciudad dinámica con un gran flujo de turistas, por donde pasa una clientela variada muy interesante”, justifica por correo electrónico. Aunque, eso sí, en esta ocasión no le queda más alternativa que ejercer su férreo control desde la distancia, ya que ha delegado en su sobrina Roberta, directora de relaciones públicas, la labor de dar pistoletazo de salida al local.

Así es el escaparate de la tienda Emporio Armani de la calle Serrano de Madrid.
Así es el escaparate de la tienda Emporio Armani de la calle Serrano de Madrid.Claudio Álvarez

Podría decirse que, en el mundo de Armani, todo queda en casa. A pesar de no tener hijos, ha confiado en sus sobrinos labores importantes dentro de la compañía. Roberta, hija de su hermano Sergio (ya fallecido), se encarga de las relaciones públicas de la empresa, y su hermana Silvana trabaja con él en los talleres de diseño de ropa femenina, aunque hace años también fue su modelo. En 2007 explicaba así a la revista Time su relación de trabajo con Giorgio: “Preparamos la colección y viene a dar su opinión. Es un perfeccionista. Siempre piensas que has dado lo mejor de ti, y él cree que puedes hacerlo mejor. Suele tener razón”. Rosanna Armani es la tercera hermana del diseñador, y trabajó durante 20 años en la empresa como jefa de prensa. Antes, había sido modelo, actriz, fotógrafa, directora de arte de varias revistas y una continua fuente de inspiración para su hermano. De hecho, gracias a que ella se pasaba el día robándole prendas de su armario, creó trajes sastre en su primera colección, convirtiéndolos, con el tiempo, en una de sus prendas más reconociblesEl hijo de Rosanna, Andrea Camerana, ostenta el cargo de vicepresidente de márketing y licencias.

Su pasión por la familia es tal que en 2008 prohibió asistir a su desfile de alta costura a la periodista del New York Times Cathy Horyn. Todo porque ella, unos meses antes, había comentado la presencia de Roberta en otra presentación de Armani y al diseñador le pareció que estaba “menospreciando” a su sobrina, según explicó Horyn en el periódico tras recibir la carta en la que le anunciaban que no era bienvenida. No es la única muestra de genio que ha tenido últimamente. El año pasado Roberto Cavalli le llamó “pequeño rey” y le acusó de que cada elección que hacía se percibía como una orden. Armani no dudó en responderle, medio en broma medio en serio: “Cavalli debería quedarse tranquilo, porque el pequeño rey se podría enfadar”.

La continuidad de la empresa ya está definida en todos sus aspectos, incluso en el creativo. De todas maneras, por el momento no pienso retirarme

El rey Armani comenzó desde abajo. Estudió tres años de medicina y abandonó la carrera por un puesto de escaparatista en el gran almacén milanés La Rinascente. Diseñó para varias firmas italianas hasta que, en 1975, fundó Giorgio Armani junto a Sergio Galeotti, del que se dice que fue el auténtico estratega empresarial de la compañía. Armani y Galeotti fueron pareja sentimental hasta el fallecimiento de éste, debido a un ataque al corazón, en 1985. “Era el auténtico espíritu de la compañía”, diría el diseñador.

Han pasado casi 40 años desde que sentase las bases de su empresa. En este tiempo, ha practicado intensamente la diversificación empresarial, dejando pocos sectores por tocar: tiene líneas de alta costura, moda joven y pantalones vaqueros, gafas de sol, ropa infantil, perfumes y maquillaje, bombones, teléfonos e incluso dos hoteles con su sello, en Milán y Dubai. Aunque algunas de sus iniciativas fracasaron, el Grupo Armani se presenta en 2013 con una economía saneada. Tiene más de 700 tiendas propias alrededor del mundo y sigue manteniendo sus cuentas en positivo, a pesar de los embistes de la crisis. En 2011 ingréso 1.804 millones de euros, un 13,6% más de lo que había logrado el ejercicio anterior. A pesar del éxito palpable, ¿hay algo que podría haber hecho mejor?: “Con la conciencia que tengo hoy, habría hecho algunas cosas de otra manera, o quizás no. Son pensamientos que trato de evitar, mirando hacia adelante, porque el arrepentimiento me parece inútilmente paralizante”.

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