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El camarero italiano favorito de Angela Merkel está en el paro

La canciller alemana visita en sus vacaciones a un empleado de su hotel que fue despedido Se enfrenta al estrepitoso fracaso al que abocan sus recetas económicas en el sur de Europa

Angela Merkel en sus vacaciones en Isquia.
Angela Merkel en sus vacaciones en Isquia.MARIO LAPORTA (AFP)

Cristoforo Iacono, le dijeron a Angela Merkel, se ha quedado sin trabajo. Cuando preguntó por su camarero favorito en el hotel Miramare de la isla italiana de Isquia, donde es una huésped habitual, la canciller alemana pudo hacerse una pequeña idea del estrepitoso fracaso al que abocan sus recetas económicas a los socios del sur de Europa. Iacono tiene 59 años y no le han renovado el contrato. Nada raro, signora Bundeskanzlerin: otro camarero desempleado en las islas napolitanas, uno más entre millones de parados en la Europa en crisis donde Alemania y su canciller fijan el rumbo político y económico desde hace un lustro. Sorprendida por el despido de alguien que aprecia y considera competente, Merkel fue a visitarlo el sábado junto a su esposo Joachim Sauer. Se ha publicado que almorzaron con él y con su familia en su casa del pueblo del Sant’Angelo, pero la esposa de Iacono, Lucia, cuenta que se trató de un café en la sobremesa.

Iacono, que tan bien se ocupó de las necesidades de la mujer más poderosa del mundo y de su marido durante muchas vacaciones en Isquia, no puede hacer nada. El camarero no votó a Merkel ni votó contra ella. Seguramente ni siquiera piense en viajar a Berlín a manifestase ante la Cancillería o ante el Bundestag, donde con tanta prosopopeya democrática escenifica Alemania las votaciones de los “rescates” europeos. Un camarero sin trabajo de Isquia no tiene voz ni, sobre todo, voto sobre el papel de Alemania en la crisis. Aunque tenga la suficiente gentileza y el sentido de la hospitalidad para invitar a Merkel a su casa y compartir su mesa con ella.

La hija de Iacono, Marianna, estuvo presente en la visita y cuenta al diario romano La Repubblica que el camarero y la canciller “se conocen de toda la vida”, desde antes de que ella llegara a la jefatura del Gobierno alemán en 2005. Marianna y su madre Lucia confirman que su familia estuvo “encantada de tenerlos aquí, en casa”. También piden respeto a la privacidad de Merkel y al de los Iacono. Eso sí, hablaron del nuevo Papa, de quien Merkel dijo que le causó buena impresión en marzo.

El populista y conservador diario alemán Bild refiere la “conmovedora preocupación” de Merkel por su excamarero. Los primeros en hablar de la inesperada visita fueron los diarios italianos, lo cual permite dudar de que fuera un montaje propagandístico. Lo seguro es que las historias sobre su trato sencillo y su proximidad con la gente beneficiarán a Merkel ante los votantes alemanes que, ignorantes de la devastadora crisis del sur, sí pueden reelegirla o destituirla. Merkel tiene todas las de ganar en las elecciones generales de septiembre. Iacono y muchos millones de parados como él miran, mientras tanto, a un horizonte cada vez más negro.

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