Amnistía Internacional lleva la lucha de Yoani Sánchez y Farnaz Seifi a Holanda
La película “Voces prohibidas”, presentada en el festival de cine de la ONG, denuncia también las presiones contra la activista china Zeng Jinyan
Yoani Sánchez, la disidente cubana que se ha convertido en la crítica más famosa del régimen castrista con su blog Generación Y, ha podido salir de su país después de cinco años de intentos y veinte solicitudes de pasaporte denegadas. De gira por el mundo, ha recalado en Holanda y espera no tener problemas para regresar a La Habana. Su colega iraní Farnaz Seifi tuvo que abandonar Teherán en 2007 y no puede regresar. Sería encarcelada de inmediato. La lucha de ambas, y también de la activista china Zeng Jinyan, llenó el lunes el festival de cine Películas que marcan la diferencia, patrocinado por Amnistía Internacional. Celebrada en La Haya, la cita anual proyectó esta vez la película Voces prohibidas, de la cineasta suiza Bárbara Miller sobre la peripecia vital del trío de blogueras. La obra sirvió de caja de resonancia del precio pagado por las tres mujeres “para mantener viva la voz de los ciudadanos normales que quieren cambiar su sociedad”, en palabras de Farnaz Seifi.
“El miedo del Gobierno a blogs como los nuestros es grande en Irán. No hay más que ver cómo se preparan las autoridades para las próximas elecciones. Ya hay unos 22 periodistas arrestados. El apetito por la revolución es enorme, pero también lo es la represión”, añade Seifi, que añora su tierra y teme por su familia. El dolor no la ha silenciado y sigue informando desde Alemania de lo que ocurre en Irán. “Nunca creí que en Teherán, la ciudad que más quiero en este mundo, se pudiera matar a la gente en la calle por nada”, dice, en el coloquio posterior a la proyección de la cinta.
La película sigue a su vez la trayectoria de Yoani Sánchez, que recordó en Holanda el día que dijo basta y tradujo su hartazgo con el régimen castrista en actos. “Fue el 13 de agosto de 2001, cumpleaños de Fidel Castro. Puse la radio de buena mañana y escuché al locutor decir que era el cumpleaños de la patria. En ese momento llegué al punto de saturación. Me fui a Europa en 2002 y regresé en 2004. Empecé mi blog Generación Y en 2007, y ahora lo leen en todos los ámbitos oficiales. Aunque me atacan por lo que digo, la información que escribo sale de Cuba y vuelve a entrar a través de otros medios”, asegura. En Twitter, la bloguera tiene 457.536 seguidores a los que mantuvo al tanto durante su comparecencia holandesa de la ilusión que le hacía poder recibir el Premio Príncipe Claus (una especie de Premio Príncipe de Asturias), concedido en 2010 en reconocimiento a su labor.
La precaria situación de la activista china Zeng Jinyan, figuró asimismo en el festival de Amnistía Internacional. En el filme puede verse el acoso a que es sometida por parte de la policía secreta por llevar un blog en defensa de los derechos humanos. Iniciativas como la suya son perseguidas por un equipo de unas cuarenta mil personas -la Gran Muralla Electrónica- que borran los sitios considerados peligrosos por las autoridades. “En estos momentos, Zeng Jinyan reside en Hong Kong con su hija de cuatro años.
El Gobierno la obligó a separarse legalmente de su marido, el también activista Hu Jia, que pasó tres años y medio en la cárcel. No se ven y no sabe si podrán reunirse de nuevo”, señala la directora Bárbara Miller. Farnaz Seifi, por su parte, ha tenido que escribir con seudónimo por motivos de seguridad. “Irán fue la primera en rebelarse contra el Gobierno a través de Internet. Falta mucho por hacer, pero la gente pierde cada vez más el miedo”, asegura esperanzada. Yoani Sánchez adapta la advertencia de su compañera iraní a Cuba y concluye así el coloquio: “Soy el producto contrario de lo que el sistema se propuso crear. Tratando de hacer el hombre nuevo, salió Yoani Sánchez”, dice, entre risas y aplausos del público.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.