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Columna
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Forrarse

Las retribuciones pagadas por Caja Navarra a los políticos son un disparate legal

Elvira Lindo

Es irónico que algunos políticos designados para participar en las obras sociales de las cajas se hayan forrado por su simple asistencia a las reuniones. No puede haber otro verbo que el de “forrarse” para una asistencia en la que el participante intervenía poco o nada y se llevaba por una hora de reunión 2.000 euros. Si, además, quien organizaba la convocatoria tenía la astucia de ventilar dos reuniones en una mañana, la compensación económica se multiplicaba por dos. En media jornada dicho cargo político salía de una sala de reuniones con el sueldo de cinco (afortunados) mileuristas. Esto era lo que ocurría en Caja Navarra. Un disparate legal ante el que los aludidos no han respondido hasta que esas retribuciones se han hecho públicas. Dada la irritación ciudadana, la presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, ha decidido devolver los 68.500 euros que ganó, recordando que se trataba de una práctica legal por cuanto no se puede comparar con casos de enriquecimiento ilícito, pero finalmente pidiendo disculpas por un sistema que debería haber sido reformado hace tiempo. En esas disculpas me detengo. Aunque mucha gente sabía o sospechaba que alrededor de las cajas revoloteaban políticos para recibir compensaciones desmesuradas o, en el peor de los casos, para que se financiaran empresas que nada tenían que ver con la original obra social, es ahora cuando comenzamos a conocer de qué cantidades estamos hablando.

La devolución y las disculpas son dos respuestas encomiables en un país en el que escasea el perdón por los errores, pero dado que el sistema se hubiera mantenido de no haber sido expuesto a la luz, una cree sinceramente que lo que España necesitaría es que esta clase política se jubilara y se incorporara otra no contaminada. Pero, ¿dónde está esa generación brillante y honrada que quiere protagonizar un cambio radical?

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Sobre la firma

Elvira Lindo
Es escritora y guionista. Trabajó en RNE toda la década de los 80. Ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por 'Los Trapos Sucios' y el Biblioteca Breve por 'Una palabra tuya'. Otras novelas suyas son: 'Lo que me queda por vivir' y 'A corazón abierto'. Su último libro es 'En la boca del lobo'. Colabora en EL PAÍS y la Cadena SER.

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